RPG

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Todo el mundo había hablado de ese juego desde que salió a la venta. En verdad no había nadie que no hablara de tal o cual personaje, de los muchos accesorios que le agregaron a los suyos, de la dificultad de este nivel o el truco para pasar aquél otro..

Incluso su compañero Izuki hablaba de ello con los alumnos del otro curso, Kyoshi y Hyuuga.

No es que no le interesaran los juegos a Furihata.. Sino que no tenía dinero para comprar el innovador aparato que lo reproducía. Como un aparato llegado del futuro, la empresa dueña del videojuego se había vuelto la más famosa y millonaria mundialmente gracias al invento de un casco con las gráficas como anteojos oscuros y el audio como dos auriculares incorporados.

Los que lo jugaban decían que era como "abrir los ojos a un mundo diferente".

Nadie tenía la tecnología que había creado aquella empresa, así que el único e innovador RPG que inmovilizaba tu cuerpo pero al mismo tiempo te permitía "meterte" en el papel de tu personaje era ése: Los siete milagros.

El teléfono de Furihata era viejo, su laptop se había roto y sus padres ni soñando podrían comprarle el casco de realidad virtual. En fin, se había acostumbrado a pasar el tiempo leyendo o viendo televisión en lugar de perder el tiempo con juegos de roles. Aunque oír que otros hablaban tanto de ello.. Le daba cierta envidia.

—Antes de llegar al ultimo nivel debes enfrentarte al mago y obligarlo a que te ayude en la travesía.

—Creí que era un mito, Kyoshi. —dijo Izuki, con sus rasgados ojos grises mirando al vacío mientras rascaba su mentón.

—Nop, mi vecina lo juega y como perdió con el mago tuvo que volver al nivel uno.

—En serio?! Eso es demasiado difícil, cuál es el truco?

—Nadie sabe —dijo con los ojos muy abiertos y con voz de ultratumba— se dice que el mago fue el primer jugador en ganar "Los Siete Milagros" y como recompensa le dejaron ser parte del juego, incluso dicen que es un viejo de cuarenta años que vive en el sótano de una casa enmohecida y por eso no deja pasar a nadie.

—Porque si mucha gente gana ya no les gustará el juego y compraran otro? —dijo Furihata aburrido, mirando por la ventana.

—Exacto!

—No lo digas con esa sonrisa, idiota —se quejó el pelinegro de anteojos a su lado.

—Oww.. Junpei no juega desde que el monje lo devolvió al nivel veinte..

—Y no volveré a jugar! Ese juego idiota te atrofia el cerebro! Ese estúpido monje..

Se quejó molesto y dio grandes pisotones hasta la salida del aula, los ojos chocolate lo miraron, probablemente el tendría la misma reacción.. Claro, si pudiera jugar el juego.

—Que hay de ti, Furihata? No te gustan los RPG?

—No puedo pagarlo, así que..

—Y por qué no buscas un trabajo de medio tiempo?! —preguntó con una gran sonrisa Teppei— así podrías jugar sin tener que pedirle dinero a tus padres, sólo necesitas WiFi.

Así fue como comenzó su travesía, luego de tres semanas lavando automóviles pudo comprar un casco usado pero que funcionaba bastante bien.

El juego vino como regalo del vendedor que se quejó de lo difícil y aburrido que fue.. La idea de que lo decepcionara lo atemorizó. ¿Habria gastado tanto esfuerzo y tiempo en un caso perdido? De acuerdo, todos hablaban de la "fiebre por los milagros", pero quizás no fuese de su agrado, quizás lo aburriera.. Quizás, quizás..

RPG: Los Siete Milagros.Where stories live. Discover now