El Rey Blanco.

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-¡¿Donde estás?! -Aquella voz, que fue más un gruñido borboteante de alguna bestia que un grito humano, sacudió los huesos de todos los presentes- sal de tu escondite Kuroko Tetsuya!

Kouki palideció y miró fijamente al de cabello celeste, notoriamente más aterrado que todos los demás.

-Dime que no te llamas..

-Un placer, soy Kuroko Tetsuya.

Las personas abandonaron las calles de tierra pisándose unas sobre otras y brincando sobre las caídas. Kuroko lo tomó del brazo y lo arrastró a un callejón apartado donde ambos pegaron la espalda a la pared.

-Q-q-que fue eso?! -Murmuró aterrado, su corazón parecía querer salirse de su pecho.

-El rey.. El culpable de estar encerrados aquí y el enemigo máximo del juego -dijo en tono aletargado y bajo, como si leyera un lápida. Kouki esperó que no la suya.

-¡¿O sea que no fue un accidente?! ¿¡Por qué los encerró?! -preguntó histérico, omitiendo la idea de estar compartiendo el encierro- Qué.. Qué... ¡¿Qué hacemos?!

-Tu.. Tienes misiones que hacer, no te fijes en las simples -dijo tomándolo de los hombros con una firme mirada, sus ojos claros como estanques sosegaron a Kouki- eres el único que puede ayudarnos.. Todos los demás jugadores no me vieron y yo soy la primera barrera aquí, el sexto milagro. Tú podrás liberarnos!

-No sé como! Soy nuevo aquí!

-Lo sé.. Pero no sabes cuánto te hemos esperado. -Kuroko se permitió sonreír mientras se mordía el labio inferior, el gesto le causó un sonrojo al castaño, cuya espalda estaba pegada a un muro y su pecho casi podía sentir el ajeno- tienes que encontrar al séptimo milagro, está en el campo abierto.. Por mi parte, tienes mi arma a tu disposición.

Un brillo celeste fue desplegado desde el cuerpo de Kuroko, cuya piel se iluminó como si lo hubieran bañado en brillos para luego apagarse. El sentimiento cálido y confortante se expandió hasta el pecho de Kouki, quien lo miró admirado y embelesado.

-Tienes que irte.. Dile que vas de mi parte y te ayudará.

-A.. A dónde vas?! -exclamó estirando el brazo pero sin lograr alcanzarlo.

-Tengo que retrasarlos.. Suerte.

-Tetsuya! -Aquella voz lo hizo temblar con el apesadumbrado sentimiento de haber perdido tan rápidamente a su primer amigo y guía del juego.

Kouki subió por una escalera lateral hasta un techo de heno, desde allí visualizó a Kuroko acercándose despacio y con las manos firmes a cada lado hasta un caballero de armadura negra y casco con una ínfima visera rectangular a la altura de los ojos. Iba montando un corcel negro tan fiero y sublime como llamas negras. Su crin se sacudió en hondas como tinta al detenerse en dos patas y luego plantarse frente a Kuroko.. Él cual ni siquiera se inmutó.

-Dónde está?

-Quién? -dijo Kuroko y recibió una patada con aquellas botas de metal. Kouki se encogió.

-Acabo de ver el brillo! Le diste tu arma a alguien! ¡¿Donde está?! -Kuroko tirado en el suelo de tierra sujetándose el estomago, sonrió.

-Tu reinado de terror va a acabarse.. Ganaremos el juego y seremos libres.

-Ya lo veremos.

Recibió otro golpe y Kouki ya no pudo ver, salió arrastrándose y se alejó corriendo. Lucharía por hacer valer el sacrificio de Kuroko. Ya que se suponía que no podías matar a un Milagro a menos que fueras muy poderoso, decidió creer que sólo sería tomado prisionero.

RPG: Los Siete Milagros.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon