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Nuestro querido moreno siempre ha estado interesado en esto de las almas gemelas, sobre todo porque muchos de sus amigos ya tenían a esa personita especial a su lado. Para su confundida mente resultó algo extraña la forma en la que se encontraron, después de todo sus amigos, que por cierto consideraba sus hermanos, habían tenido cada uno de ellos una manera diferente de conocer a la persona con quien compartirían su vida.

Por un lado tenía a México y Rusia.

Su querido hermano desde que era pequeño le había mostrado un contador situado en su brazo derecho, el número que había ahí era bastante extenso, aunque conforme el mexicano crecía se iba acortando.

En un inicio pensó que no sería algo importante, tal vez solo era algo que cuando llegara a cero se borraria; sin embargo, en una de las tantas salidas  que tuvieron sin que su compañero se diera cuenta comenzó a vigilar ese marcador algo curioso por lo que podría pasar debido a que este ya había llegado a ese número que creían no representaba nada.

Los minutos pasaban con rapidez, uno, dos, tres y cuando menos lo notó su querido amigo había caído hacía atrás pues había sido empujado, no a propósito, por un chico bastante alto de expresión fría, Perú y seguro México sabían de quien se trataba, como olvidar a Rusia, con esa altura era obvio que no podrían olvidarlo.

—Lo siento ¿Estás bien?— Habló el chico con ciertas complicaciones en su "español", Perú lo miró y luego vio a su hermano tendido en el suelo quejándose de que le dolía el trasero por haber chocado con algo tremendamente duro, cuando se dio cuenta que el más alto le tendía la mano se sonrojo y por su puesto la aceptó para levantarse.

Al momento de tender el brazo Perú miró nuevamente el marcador del amante de los tacos. . . El marcador ya no estaba, hace unos momentos estaba ahí un brillante cero y ahora simplemente no había nada, por lo que significaba. . .

—¡México, México!— Perú casi grita de la emoción, su confundido amigo volteó a verlo con una cara que representaba lo extraño que se estaba sintiendo en ese momento ante la emoción del moreno.— Mira tu brazo, tonto, el marcador ya no está.—

Su amigo le hizo caso y se sorprendió, Rusia pareció hacer lo mismo lo cual produjo cierto color en sus mejillas ¿Su alma gemela era el mexicano? La verdad, no se quejaba, desde que lo había conocido en una de las reuniones de ONU quedó encantado con su manera de expresarse y la forma en la que hablaba de todas las cosas geniales de su país.

Para el pecoso fue más como, iugh, tendría que irse si no quería ser la tercera rueda, lo cual hizo. Apenas llegó se recosto en la cama ¿Cómo rayos iba a conocer a su alma gemela si parecía no tener algún indicio?

Miró a su ventana y solo pronunció.— Vamos, yo también quiero un marcador, así sería mucho más fácil, cuando llegue a cero conoceré a la persona con la cual pasaré el resto de mi vida.— Sí, había sonado como un total romántico, pero es que estaba tan ansioso por conocer a esa persona ¿Cómo sería? ¿Lo trataría bien? ¿Le gustaría su comida? Eso era lo más importante.

¿Qué creen que pasó? Bueno, su deseo se había cumplido, ¿Hubo algún error? Tan solo el hecho de que no iba a ser tan fácil como pensaba.

A la mañana siguiente el peruano se levantó, hizo su rutina normal y cuando ya se estaba cambiando notó una luz brillante en su brazo ¡Era el marcador! ¿Lo mejor? ¡Estaba en cero!

Perú estaba muy muy feliz, estaba corriendo de un lado a otro hasta que recordó que llegaba tarde a una de las reuniones de la ONU, al parecer habría un invitado especial dispuestos a hablarles de algún protocolo de salubridad o algo por el estilo, no lo recordaba, ahora mismo estaba emocionado por otra cosa.

Por su puesto que cuando llegó a la sala se topó con varios países que habían decidido llegar temprano, al parecer no iba tan tarde como creía, en el lugar estaban Estados Unidos, China, Venezuela, Chile , Argentina y Colombia. Todos parecían estar ocupados con diversas cosas, sus amigos por un lado, sentados juntos charlando y riendo, China por otro y Estados Unidos luciendo solitario y algo serio.

Quiso acercarse al rubio cuando este le dirigió una mirada cálida junto a una sonrisa, se habían comenzado a llevar bien desde hace un tiempo, pero sus hermanos ya lo habían llamado para sentarse con ellos, se disculpó con una pequeña sonrisa triste antes de dejarlo solo otra vez.

Estuvo hablando un largo rato hasta que recordó la razón por la cual casi llega tarde a la reunión, lo cual por suerte no pasó, vio su brazo, el marcador había desaparecido, lo que significaba que ya había interactuado con su alma gemela ¿Lo malo? Había estado hablando con varias personas a la vez.

—Que fea huevada— maldijo recostandose en la mesa soltando un suspiro frustrado, primer intento fallido, esperaba que el destino le diera otra oportunidad porque lo había arruinado.

Soulmate «Usper»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora