Mi Verdadero Amor [Terminada]

Cap 4» Edward Cullen VS Stefan Salvatore

Narra Edward

Estábamos Bella y yo en nuestro lugar, cuando me comenzó a mostrar todo lo que paso desde que me conoció y se detuvo solo un poco donde había golpeado a Paul, luego cuando termino me sonrió.

— ¿Cómo lo hiciste? –pregunte.

— Estuve practicando –dijo con una gran sonrisa.

— ¿Puedo saber porque me mostraste el momento donde conociste a Paul?

Ella borro su sonrisa y movió sus manos nerviosa.

— No tenia idea de que te lo había mostrado –dijo en un susurro que pude escuchar con claridad.

— ¿Bella recuerdas cuando me dijiste que sentías que pertenecias a mi mundo?

Ella asintió.

— Si perteneces a el, y no me refiero a hora, Bella tu y yo nunca debimos estar juntos –dije, por fin ella me miro por unos segundos pero en su rostro no había rasgos de molestia.

— ¿Alguna vez me ocultaste algo? –pregunto ella.

— ¿Qué? –pregunte.

— Ya sabes, algo que se te paso decirme.

La mire y asentí.

— No era virgen –dije y ella asintió.

— Perdí mi virginidad con una chica, fue en mis años de rebeldía, Bella yo aun la amo –dije y ella puso una pequeña sonrisa.

— ¿Porque estuviste conmigo? –pregunto, la mire a los ojos.

— Tu sangre, tu aroma, tu rostro, me recordabas a ella –dije y ella abrió mas los ojos.

— ¿Es Itzel? –pregunto y le asentí.

— Hay algo mas, Bella tuve una hija con ella, una hija que no supe de su existencia sino hasta que la volví a ver.

Baje la vista ya que no podía con la culpa.

— ¿Qué paso con ella?

La mire unos segundos.

— Esta aquí, si hubiera sabido quien eras, nunca te hubiera tocado, perdoname Isabella Cullen Swan.

Ella me miro confundida.

— Itzel te puede contestar todas las dudas que tengas –dije y ella asintió muy apenas.

— Edward preguntaste porque te mostré a Paul, ya que estamos hablando de verdades, aunque no logro entender algunas cosas quiero que sepas que Paul se me hace muy atractivo y su olor no me molesta tanto como los otros, incluso Jacob apesta mas que él y a Jake lo tolero –dijo y puse una pequeña sonrisa.

— Vamos a casa –dije y asintió, en el camino le conté algunas cosas que vi en la mente de los amigos de Itzel, lo que vi en los Mikealson y estaba por contestar como paso lo de Itzel y yo cuando la vi llegar con el tal Stefan, ella iba cargada en su espalda, estaban ambos sonriendo.