⚡ 24 🌊

3K 236 63
                                    


No podían culpar a nada ni a nadie luego que después de muchas explicaciones, se encontrasen ambos repartiendo caricias entre sí en medio de un bosque.

¿Quién en su sano juicio, estando malherido, haría eso?

Por supuesto que esos dos atolondrados enamorados.

— Ta-tanjirou... Para...— Pronunció entrecortadamente un rubio sonrojado.— Basta, espera a que al menos estemos en la finca.— Le miró con ojos llorosos llenos de súplica.

Tanjirou no podía negar el hecho de que se encontraba deseoso y con un hermoso rubio indefenso bajo de sí. Apretó sus labios y entró en razón, no podría hacer más con él porque, aparte de que no sabía cómo seguir, estaban en medio de un bosque a la mitad de una fría noche.

— Tienes razón, pero...— Dirigió su mano hacia las partes nobles del cuerpo ajeno.— Solo un poco más.— Susurró al oído del mayor, quien se limitó a apretar sus ojos y a echar su cabeza hacia atrás, retorciéndose del placer que poco a poco iba en aumento.

La mano hábil de Tanjirou se movía una y otra vez, de abajo hacia arriba y el rubio podría enloquecer. Jadeaba ante aquel contacto y no podía evitar el hecho de sentirse así de bien, pero como todo lo bueno dura tan poco, tendría que detenerse.

Zenitsu escuchó como alguien se aproximaba, este se encontraba corriendo hacia su dirección y el rubio entró en pánico, empezando a llorar a cántaros. El de burdeos le miraba extrañado y paró aquel frenético movimiento, pues el olor de Zenitsu delataba miedo, vergüenza y no podría describir qué otra cosa más.

Tanjirou, antes de articular palabra alguna sintió como era empujado por el pie del rubio, empezando el menor a rodar de espaldas hacia atrás el suelo. El mayor trató de acomodarse el uniforme, por lo menos la parte inferior hasta que ambas miradas, la carmín y la ambarina se toparon con el portador de una máscara de jabalí.

— ¡Aquí están, Gonpachiro y Monitsu!— Dijo aquel chico medio bestia.

Los mencionados se hastiaron, estaban incómodos, apenados. De a no ser por la repentina aparición de Inosuke quién sabe qué tipo de cosas indecentes se encontrarían haciendo. El sonrojo a sus rostros les invadió, más al rubio y ambos se incorporaron.

Decidieron tomar camino de regreso a la finca mariposa, donde el chico jabalí no paraba de preguntar qué tipo de cosas habían hecho, que sí habían derrotado al demonio y cómo era, si era fuerte, hábil, veloz, musculoso y un montón de preguntas más. Molesto, Zenitsu le gritó que se cayase mientras iba a la espalda de Tanjirou, quién luego de haber descansado ya estaba en forma para hacerle el favor al rubio, quién se encontraba en peor estado que él, de cargarle.

Era una típica escena de compañeros peleando y gritándose, así eran ellos tres.

⚡Será nuestro secreto 🌊 || Tanjirou Kamado × Zenitsu AgatsumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora