Capítulo 9. Ya he ganado

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JON

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JON

Manuel se sube en el asiento del copiloto y ponemos rumbo al recinto en el que se realizará el concierto. Por el camino, escuchamos la música que ponen en mi emisora favorita de radio. En el tiempo que dura el trayecto, suenan varias canciones de Leiva por lo que vamos entrando en sintonía con lo que nos espera esta noche.

Encontrar un aparcamiento está siendo más complicado de lo que esperaba. A pesar de haber dado varias vueltas por distintas zonas no hay ni un mísero hueco libre. Además, en los últimos cinco minutos, han sido cuatro los coches me han quitado el aparcamiento.

—Joder. Esto es una mierda —suelta Manuel con indignación—. A este paso llegaremos cuando ya haya empezado. —Suspira.

Justo cuando termina de hablar, un coche sale de su aparcamiento frente a nosotros y deja un hueco lo suficientemente grande como para que quepa incluso una furgoneta.

Pongo el intermitente para señalar cuál será mi próxima maniobra y giro la cabeza hacia mi derecha para mirar a mi amigo.

Mi sonrisa se va incrementando por segundos. 

—Mejor no digas nada que ya veo cuales son tus intenciones —dice mirando al frente para evitar el contacto visual.

—Te prometo que eres la persona más gafe que he conocido en toda mi puta vida. —Río con ganas.

—No pienso responder a eso.

Niego con la cabeza sin ocultar lo cómica que me resulta la situación y maniobro hasta aparcar el coche en el espacio que se había quedado libre. 

Bajamos del coche y cuando empezamos en dirección al recinto nos damos cuenta de que estamos más alejados de lo que pensábamos en un principio. Caminamos un buen rato hasta que encontramos dos caminos opuestos. No lo pensamos demasiado antes de dirigirnos hacia el que nos da la sensación de que es más corto.

—Tío, llevamos media hora andando y todavía no hemos llegado —se queja Manuel—. Es que no sé para qué te hago caso. Con lo bien que estaría en mi casa ahora mismo.

—¿Y si es el concierto de tu vida? Si no hubieras venido te lo habrías perdido.

—Todo eso me parece muy bien pero me obligaste la semana pasada a comprar las entradas solo porque va la chica que te gusta. Eres un poco ingenuo si crees que la vas a encontrar entre toda la gente que habrá en el recinto.

Me da unas cuantas palmaditas en la espalda.

—¿Hace falta que te recuerde que no me hizo falta insistir demasiado cuando te dije que también iba Ximena?

Lo miro y alzo una ceja. Manuel, por su parte, resopla y desvía la mirada hacia el suelo.

—Eso pensaba yo —sentencio.

Entre mis labiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora