Curación desesperada

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El viento soplaba en mi rostro. Parecía que fluía mi cabello castaño entre la luz del sol que irradiaba con fuerza en medio de la carretera donde estábamos pasando. Me aferraba al cuerpo de Jony por la espalda. Tantas veces habíamos viajado en moto pero jamás había sentido la adrenalina que sentía en ese momento, desde que él me había preguntado qué había ocurrido en mi pierna vendada hasta que me obligó a subir en su moto, detrás de él… hasta mucho después, luego de horas enteras viajando, casi llegando a Nueva York.

Frank iba por delante de nosotros, éramos los que comandábamos la caravana de motoqueros. Yo era la única mujer pero me respetaban tanto o más como si fuera un hombre, supongo que gracias a Jony. E, igualmente, no tenía el agrado de conocer a nadie ya que jamás me había hablado con ninguno. Pero todos tenían el prototipo perfecto de hombre rudo con moto, barba hasta por la mita del pecho, una banda negra que le tiraba el cabello hacia atrás y ropa de cuero que parecía no impórtale el calor que producía. Todos llevaban gafas oscuras por el sol, inclusive Jony.

En la gasolinera que paramos, Jony me amenazó contra la pared de uno de los baños femeninos a los cuales yo había entrado para lavarme la cara, el calor era demasiado, no creía soportarlo más.

—Debes dejar de comportarte como una puta. —Me había dicho entre gritos susurrados para que nadie lo oiga, mientras me sostenía el cuello con su antebrazo.

—Yo no… —traté de contestar sin aire ni fuerzas.

—Tú no, ¿Qué? Deja de vestirte así, mostrando las piernas con ese short ajustado que tienes, como si quisieras atraer a alguien. Nadie te mirará jamás porque eres mía, recuérdalo. Y si lo hace, lo mataré y te mataré a ti también.

Desabrochó su hebilla con desesperación, mientras me seguía sosteniendo del cuello. Me penetró contra la pared, sin siquiera importarle la asfixia que me estaba provocando. Un aullido gutural salió de su pecho cuando acabo dentro de mí. Me soltó, haciéndome caer de rodillas en el suelo, prácticamente desnuda.

Lloré ahí hasta que decidí pararme con la frente en alto. Me observé en el espejo del baño público, tenía la marca de su antebrazo marcada a fuego en mi cuello. Me lo oculté con una pashmina que hasta ese momento funcionaba como cinturón de color rojo.

Salí del baño para seguir viaje, agarrada a la espalda de alguien que quería, de forma indirecta, matarme.

Seguimos un trecho más hasta que pronto vislumbramos las luces de la ciudad que comenzaban a prenderse con más nitidez al tiempo que el sol se ocultaba de nuestras cabezas. Ya dentro de ella, saludamos a los demás con educación y cada uno se fue a su respectivo departamento.

—No me esperes, iré al bar —gritó Jony en mi oído ni bien habíamos llegado al nuestro.

—Pero… acabamos de llegar, amor —digo suavemente, con la cabeza gacha por miedo a lo que me hará.

— ¿Ahora quieres decirme que hacer y que no? —Su voz está tranquila, demasiado tranquila.

—No, sólo que pensé que podríamos descansar juntos del viaje.

Se acerca despacio, comienza a tocarme un mechón de cabello que tenía frente a mi rostro, haciendo que quede éste libre de cualquier impedimento para ver.

—Eres demasiado ingenua, mi cielo —sonríe de lado. Sus dedos ágiles comienzan a ir a mi nuca hasta tomarme de los cabellos con fuerza para que endurezca la espalda así lo veo a los ojos.

—Me lastimas, Jony —digo entre dientes con suavidad.

—Oh, lo siento tanto, my Lady —contesta con voz forzada. —. Trataré de no hacerlo más. —Al terminar de decir esto, me empuja contra la pared con fuerza. Mis pulmones quedan sin aire por unas centésimas de segundos, por lo que abro la boca con fuerza para captar oxígeno de alguna manera pero no logro conseguirlo.

Bed of Lies [Proyecto HipHopRapFem]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant