C I N C O

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Se encontraba a las afueras de la ciudad, un área poco transitada, la edificación frente a él demostraba no ser nada barato con lo que ofrecía. Inseguro de si era buena idea tomó una bocanada de aire y se adentró al lugar.

Había decidido conocer a la futura pareja de casados para poder saber de qué iría su trabajo, según le había dicho Jackson la pareja quería un recuerdo de todo lo que harían antes de la boda, desde los preparativos hasta el viaje que realizarían previo a la boda.

Este sería el primer trabajo que realizaría, en el que conviviría por tanto tiempo con sus clientes, todos sus trabajos previos los había realizado con Jackson de por medio, por lo tanto se sentía un tanto inquieto al no tener a su lado a aquel chino quien le había reconfortado y animado a cumplir con su meta de ser un fotógrafo independiente.

Caminó buscando a alguien que pudiera decirle en donde se encontraba la pareja, lo único que sabía era que sus apellidos eran Park y Kim,de ahí no tenía idea de cómo eran sus empleadores.

Se detuvo a observar el lugar y probó que su cámara estuviera lista para captar algún momento único, escucho algunos quejidos provenir de un pasillo que conectaba la parte del fondo con los rosales de la parte del frente, se acercó para pedir ayuda al chico pero se detuvo al mirarlo, se le hacía conocido aunque en ese momento no estaba seguro de dónde podría haberlo visto antes.

Cuando quiso retomar su camino hacia él se detuvo al ver que el chico se estiraba y de un momento a otro sintió un fuerte golpe en la cabeza y en el brazo provocando que se tambaleara y tropezara hacia atrás.

El golpe fue tan fuerte que sintió sus ojos humedecerse, masajeó el área afectada mientras soltaba pequeños quejidos de dolor. Un momento después sintió una mano ajena retirar la suya y masajear el lugar adolorido.

— Realmente lo siento, no me di cuenta que estabas ahí, ¡ah! ¿Quién te manda a ponerte en el camino? — dijo él y abruptamente tomó su barbilla y lo miró con preocupación examinando que no tuviera una herida grave.

— ¡Ay! Duele — se quejó cuando presionó su frente con su mano.

— Disculpa — dijo él enseguida retirando su mano.

Lo ayudó a levantarse, guiándolo a través de los pasillo buscando a su hermana para tratar de arreglar el desastre que había ocasionado. No había terminado el día y ya quería morirse, ¡por todos los cielos! ¿De dónde había salido ese pequeño intruso?

Observó la cámara rota entre las manos del chico y se sintió culpable, llegó hasta donde estaba Kim, trató de buscar a su hermana con la mirada pero no la encontró, lo sentó junto a la mesa, corrió hasta una de las empleadas y pidió un poco de hielo, se las arregló para ponerlo en un pedacito de tela y envolverlo, esas bestias seguramente dejarían marca en el rostro del chico, que debía admitir era precioso.

Se acercó de vuelta al muchacho y despacio colocó su improvisado trapo frío, le sonrió al chico.

— Lamento mucho lo sucedido — dijo apenado — No te vi, ¿eres el chico que envió mi tía? Lo digo por la cámara.

Jinyoung apuntó a la cámara destrozada y el chico reaccionó finalmente.

— Eh, sí. Supongo que eres quien se va a casar — tomó el pedazo de tela y se levantó rápidamente — Un placer, su prometido es muy hermoso.

Había escuchado sobre los matrimonios con personas del mismo sexo, había ido a varias de ellas y también soñado con la suya por lo que no le pareció extraño eso.

Saludó a Yugyeom y Jinyoung sólo podía negar, rojo de la vergüenza.

— No, no, no soy yo el que se va a casar — mencionó y el chico se confundió más.

— Por supuesto que es hermoso, pero él no es mi prometido, es su hermana — contestó amigable y divertido con la situación — Aunque estoy seguro de que conseguirá a una bonita chica.

Le sonrió a Jinyoung que se tensó algo incómodo.

¿Una chica? Si, claro. Todos pensaban que era un heterosexual en busca de una princesa en apuros cuando era lo contrario. Él buscaba a su príncipe en su corcel para llevarlo lejos del sufrimiento y las críticas por sus gustos.

— Lo lamento, no me dieron ninguna fotografía, sólo los nombres así que no sabía — contestó avergonzado mientras se colocaba el hielo nuevamente.

— No te preocupes, en un momento viene YoungMi y nos pondremos de acuerdo con respecto al viaje —calmó el pelinegro.

— Entonces, ¿dentro de cuantos días se realizará el viaje? —preguntó sobandose la frente.

— En dos días —dijo y los ojos del muchacho se abrieron— No te preocupes podemos conseguirte otra cámara.

— Umm... Claro, eso funcionaría.

Cuando Young Mi apareció inmediatamente se levantó y la saludó con una reverencia dejando de lado el trocito de tela mojado a causa del hielo derretido.

— Soy Im Jaebeom —saludó formalmente— Su fotógrafo.


Photographer [BNIOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora