52: Un columpio.

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Y volví a sentarme en el columpio amarillo

con la vista en el columpio verde,

vacío

porque él ya no estaba

y tenía ganas de largarme a llorar

Y volví a sentarme en el columpio verde

en donde alguna vez el se había sentado

en el columpio amarillo no había nadie

y por fin comprendí que todo había cambiado.

Él ya se fue

ya no recuerda

y yo sigo aquí

amarrada a una cuerda

comportamiento infantil

resentimiento subnormal

él no se inmuta

y yo

me siento mal.

Porque alguna vez

los dos columpios estaban ocupados

ahora es sólo uno

que sólo se aferra al pasado

y entre sollozos miro hacia abajo

el año está por terminar

todo está por terminar

y me limito a devolverle la vista al columpio amarillo

mientras recuerdo esas risas de mi pasado

que ahora se reflejan en mis cortes

como trofeos de un juego

que nunca he ganado.

Poesía de una chica suicidaWhere stories live. Discover now