~ιᥒƚᥱɾᥒᥲᥴι᥆ᥒᥲᥣ~ [OneShots]

||El Ayer del Hoy||

-Virginia (USA) Año 1952-

(02:12 p.m)

Apenas 44 años, cualquiera podía pensar que se trataba de un hombre bastante mayor, pero cuando se trata de países e incluso agencias u organizaciones, la cosa cambia.
Cuarentena y cuatro años tenía en aquel entonces el joven FBI, aparentando incluso mas de la mitad de la edad que llevaba, dieciséis.

El solitario agente comenzaba aquella carrera en su vida donde le tocaba correr detrás de alguien, en este caso un poderoso ladrón asesino que huía a gran velocidad saltando y evitando cada obstáculo en su camino.
Justamente detrás del fugitivo, como en esas películas policiacas, perseguía el famoso FBI, con gran agilidad y seguido de varios de sus hombres quienes le ayudaban en su misión.

A lo lejos pudo presenciar como el ladrón se acercaba a una moto, con intenciones de escapar en ella.
La sangre del agente se heló, si no lograba alcanzar al fugitivo, este huiría con cientos de dólares y sus manos manchadas en carmesí.

Llevaba varios días siguiendo la pista del ladrón en cada Estado de USA, más parecía que cada vez que lo tenía en la punta de los dedos, por alguna razón aquel astuto humano conseguía escapar de las garras de la ley.
Y al parecer este día, sería otro como los demás.

El hombre subió a su vehículo, arrancando este, no sin darle antes una mirada victoriosa a los agentes.
El federal sacó su arma intentando apuntar a las ruedas de la moto para hacerla trastabillar, pero debido al movimiento de ambos y a la lejanía solo pudo fallar miserablemente.

Aventó su arma al suelo frustrado por volver a fallar.
Detrás de él llegaron sus agentes jadeantes, pues a pesar de ser profesionales, no llevaban la misma resistencia que su superior.

De repente un sonido agudo y chirriante llamó la atención de los policías, la moto resbaló y cayó sobre el ladrón, evitando su huida.
Aprovecharon el momento para acercarse rápidamente y poder atraparlo finalmente.

FBI pudo observar algo curioso, y es que una de las ruedas del vehículo se encontraba pinchada por algún pequeño objeto. ¿Alguien disparó al ladrón? ¿¿Y acertó aún en movimiento??

Unas inocentes risas le sacaron de su mente, buscó con la mirada al propietario, encontrando en un callejón a un niño que reía, en su mano llevaba una cerbatana echa a mano, este niño al sentir la mirada del mayor se asustó adentrándose al callejón.

FBI pidió un momento a sus agentes y corrió detrás del niño, tras caminar un poco y siguiendo las risas, pudo escuchar la voz del niño.

– Ahora no es el momento, Kechel - Habló el menor escondido, mas no recibió respuesta.

Siguiendo la voz, el mayor encontró al menor.
Este se encontraba en el suelo, parecía que ocultaba algo en su ropa, la cual estaba sucia y no era la más adecuada.