"Un nuevo comienzo" {Pilurre}

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En la ciudad

Había un castaño que estaba desesperado buscando a su pequeña rubia, ella para el lo significaba todo, era su sol, su luna, su pedacito de cielo, la última pieza en el rompecabezas. Cada hora, cada minuto y cada segundo que pasaba se arrepentía de haber dejado de lado al amor de su vida por un simple trabajo, pero aún así el estaba decidido a buscar su Rapunzel.

Después de el beso con Malena sintió que su vida le había dado un gran giro de 180 grados, no esperaba que ella hiciera eso, lo reconocía habían estado juntos para grabar el tema pero ella no tenía el derecho a hacer aquello, gracias a eso el había perdido lo que más le importaba en su vida, su solecito.

Por más cursi que sonara, el la trataba a ella como una pequeña muñeca de cristal, siempre la cuidaba, cada vez que aquella rubia le decía que iba a salir el castaño se tensaba, aunque confiara en ella no confiaba en las demás personas, ¿que tal un accidente de carro? Y más a ella que le encantaba correr a toda velocidad, solo de pensarlo se hacía toda una historia.

Nunca se iba de la casa de aquella rubia hasta que ella se quedará dormida, la amaba demasiado como para perderla,el mismo se juraba que si algún día algo le llegaba a pasar a aquella princesa iba a ser su culpa por no cuidarla bien. Esa pequeña rubia tenía un enorme significado para aquel castaño, la amaba mas que a él mismo, ella era su más grande tesoro.

El solo quería verla, explicarle todo y recuperarla, no podía soportar perder a la reina de su reino, sin ella el no era nada, era como si su vida dependiera de sus abrazos y besos. Tenía que recuperar a su más grande tesoro y si tuviera que entregar su vida por la de aquella rubia lo haría sin pensarlo dos veces.

En Bariloche

Aquella rubia sabía lo importante que era para aquel castaño, sabía muy bien que el la buscaría hasta en el rincón más oculto del planeta tierra, ella lo amaba también como el a ella pero después de ese show algo se habia roto entre ellos, y eso era la confianza.

Mientras aquella rubia pensaba en todo aquello algo la hizo poner los pies sobre la tierra otra vez, era su nueva amiga llamada Renata.

— Mañana es la fiesta de las luces, te va a encantar — Mencionó la castaña

— ¿Fiesta de las luces?— Cuestionó la rubia confundida

— Si — Respondió su nuevo amigo Agustín — Es un fiesta que se hace todas las semanas, es en esta calle de aquí enfrente y la decoran con muchas luces, y cuando la noche cae es un festival.

— Te va a encantar — Celebró esta vez la pelirroja

Aquella rubia aún seguía un poco confundida, y es que puede que este pueblo fuera pequeño, que no vivieran más de 60 personas pero aún así no perdía ese toque tradicional y divertido. Después de la cena ella se ofreció a lavar los platos y ayudar en recoger todo pero su tía no lo acepto, dando permiso a que sus nuevos amigos la llevaran a la terraza.

— Wow..... es hermoso — Exalto aquella rubia como si hubiera visto un diamante

Enfrente de sus ojos tenía un hermoso paisaje, las montañas, el lago y un cielo completamente estrellado, algo que la rubia nunca había visto ya que por vivir en la ciudad no se veía semejante belleza.

Todos aquellos jóvenes se sentaron a contemplar aquel impresionante paisaje mientras que la rubia lo veía con detalle pero también deseaba que su castaño estuviera allí para apreciar aquella inigualable belleza. A cada Estrella que ella veía le daba una razón por la cual amaba a aquel castaño, al llevar tan solo cinco estrellas se dio cuenta de iba ser imposible contar las razones por la cual amaba a aquel chico que había robado su corazón desde los doce años.

Aquella rubia de orbes verdes reconocía que extrañaba a su príncipe, extrañaba estar en sus brazos, extrañaba los cuidados intensivos de este, simplemente ella lo extrañaba; sin darse cuenta una lágrima recorría la mejilla indicándole que extrañaba a su Rey pero que este tiempo era para ella misma, para saber que era lo quería hacer y más que todo para reflexionar sobre sus diecinueve años de su vida.