Capítulo 18

5.9K 394 563
                                    

Narra Agustina:

—¿Qué pregunta?—musito con un poco de miedo de escucharlo.

—No sé cómo...—suspira.—Bueno, voy a ser directo. ¿Te estás prostituyendo para mantenerte?

En ese momento siento un nudo en mi garganta.

Lo miro completamente indignada.

Me pongo de pie y empiezo a agarrar mis cosas.

—Agus...—dice poniéndose de pie también. E intenta agarrarme pero me lo saco de encima.

—No puedo creer que me estés preguntando eso. ¿Qué te crees? ¿Que porque me encontraste en la calle ando en cualquiera?

—No, bueno... es que no sé qué pensar nena... tanto misterio me tiene mal.

—Bueno, si en serio pudiste pensar eso quiere decir que no tenes idea con quien estás saliendo.

—Espera Agustina.—dice y se apoya en la puerta para que no salga.—No te vayas así. Tenemos que hablar...

—Te dije que cuando pueda iba a contarte todo lo que no sabes. No me gusta que me estés presionando con que lo haga porque es algo más serio de lo que crees.

—¿Y qué queres que haga? Si siento que no te conozco de nada. Lo único que sé de vos es tu nombre y que te echaron de tu casa. Nada más.

—¿Para qué me pediste ser tu novia entonces? Si es verdad. No me conoces.—digo y él frunce el ceño.

—Tenes razón.—aprieta sus labios.—Nunca tendría que haberte pedido eso.

Se hace a un lado para dejarme salir.

Mi corazón está latiendo a todo lo que da.

No quiero llorar porque estoy muy enojada.

Lo miro con odio una última vez y salgo de esa habitación de mierda.

Narra Trueno:

Me dolió más que nada que me haya cuestionado lo de ser novios.

Si no quería ser mi novia ¿para qué mierda aceptó?

Se fue de mi casa sin dejar ninguna explicación de nada.

Por una simple pregunta de mierda.

Es que ya ni siquiera es curiosidad de saber sobre ella, es una necesidad.

Y en este momento no sé qué hacer.

¿La voy a buscar?

¿Me olvido de ella?

¿Qué mierda hago?

Es jueves... hay varios boliches abiertos los jueves.

Agarro mi celular y le mando un mensaje a Camilo.

Me contesta al toque.

Me entro a bañar y después me cambio para ir a su casa.

Previamos con las mismas pibas de la vez pasadas. Esas que están buenísimas.

Pero no dejo de pensar en Agustina en ningún momento.

Aunque estoy enojado.

—Bueno a ver... —habla una de las wachas.—¿Quieren jugar a verdad o reto?

—Esa... si pinta.—contesta Nahuel.

—Dale, Dale.

Todos se prenden así que no me queda otra que hacerlo a mi también.

rain » truenoWhere stories live. Discover now