Te amo, West. TERMINADA.

#11 ¿Acaso estaba celosa?

Narra Jade:

Después de haberle dicho a la rubia las reglas básicas de aquí, aún me daban celos de ella. Es que, ¿por qué Tori le dio la mano? Ash. Me ardía la garganta, entonces saqué una lata de refresco de mi bolso y empecé a beber, aunque el gas no ayudaba mucho y solo empeoraba mi malestar.

Y primero que nada, no puedes acercarte a Vega. Advertí, sin mirarla ni pensarlo. Ella me miró con una expresión rara, y con una sonrisa curiosa.

¿Por? La chica sacó su espejo de bolso y luego un labial. Empezó a aplicarse el maquillaje ahí mismo. Como no respondí por pensar una respuesta más decente que "porque es mi chica", me miró sin dejar de arreglarse. Me incómodé un poco.

Ella no es lesbiana. Corté; bebiendo otro sorbo de mi refresco, presionando la lata. Emma casi que tira sus cosas y rodé los ojos con fastidio. La oí reir.

¿Y eso qué? Yo tampoco. Guardó todo en su mochila y se la colgó al hombro. Luego me miró. Ya he visto a un chico lindo por aquí. Sonrió, como buscándolo con la mirada.

¿Quién es? Seguía con el mismo tono neutral, pero en el fondo estaba realmente aliviada por lo que me había dicho, realmente no quería competir con ella.

Oh, no sé su nombre. Pero es alto, con el cabello algo largo y un pésimo gusto para vestirse. Se cruzó de brazos, negando con la cabeza, aunque con un leve sonrojo en sus mejillas.

Beck. La señalé. Era evidente que hablaba de Beck. Lamentablemente ese idiota era atractivo, aunque Andre no se quedaba atrás y Robbie... bueno, tiene salud.

¿Eh? Se la vio confundida.

Estoy casi segura que hablas de Beck. Beckett Oliver. Es mi ex novio. Le di el último sorbo al refresco, la tiré al suelo y la patee atrás de algunas cajas.

Su expresión de sorpresa apareció.

Oh, em, si te molesta yo... Movió sus manos nerviosa. ¿Por qué demonios todos me tenían miedo?

No, en absoluto. No me gusta más. Negué con la cabeza. Al estar tan quietas, comenzamos a caminar por los pasillos, también para aprovechar y estirar las piernas.
Yo tenía mis manos guardadas en los bolsillos de mi chaqueta.

¿Y a ti quién te gusta? ¿Es Tori, no? Sonrió, girando un poco la cabeza para verme ya que estábamos una al lado de la otra. Yo fingí confusión. ¿Tan obvia era?

¿Qué? ¿Vega? No, oh mi dios, que asco. Fingí una arcada. Como las mentiras las vivo haciendo desde que tengo memoria, las hago realmente creíbles. Nadie jamás se atreve a dudar de mis palabras. Y tampoco los dejo.

Bueno, ¿entonces quién? Se paró enfrente mío intentando tocarme el brazo. Yo me alejé.

Primero, no, no me gusta nadie. Y segundo, el contacto físico lo odio, ahórratelo. Tip para que tengas en cuenta. Agarré su brazo con el cual quería tocarme y lo pegué a su costilla, ella solo sonrió negando con la cabeza. Luego lo solté y limpié la palma de mi mano en mi jean.

Si conocieras a mis hermanos te bañarías en alcohol en gel.

Oh. Dije, dándole a entender que me importaba muy poco.

Llegamos a las escaleras y pude ver a Tori hablando con Beck. Más celos incontrolables vinieron a mí, ya que ellos ya se habían besado una vez.

Te presentaré a Beck. Apreté mi mandíbula, con la mejor sonrisa que podía hacer en ese momento.

No, no, no. Movió el dedo en señal de negación con vergüenza en su rostro, pero yo agarré su muñeca y la obligué a bajar.

Llegamos hasta donde estaban Vega y Beck. Beck estaba de espalda, así que se volteó al escuchar nuestros pasos.

Beck, ella es Emma, Emma, el es Beck. Casi que empujé a la rubia contra el chico. Le pedí disculpas con mis ojos. En verdad no podía controlar mis celos. Y lo odiaba.

Ho...hola. Dijeron el chico y la rubia a la vez, Beck la tenía agarrada de los brazos, evitando que se caiga contra él. Claramente estaban nerviosos. Nunca vi así a Beck. Wow. Una corta sonrisa se hizo en mis labios.

Si se enamoraba de Emma, le haría un favor a ella, (lo cual me daba igual) y un favor a mí, puesto que tendría a Tori disponible y sin ningún tipo en la cabeza.
Soy una genia.

Beck, ve a comprarme chicles. Ordené de mala gana, sacando dinero de mi bolsillo trasero y se lo extendí.

Él soltó a Emma, pero aún no quitaba la mirada de ella, y lanzaba sonrisas tímidas.

Ay, Jade, ve tú... Gruñó.

¿Acaso estás diciendo que no? ¿Acaso te olvidaste quién es la jefa ahora? Sonreí, logrando que ponga una cara malhumorada. Sacudí los billetes en frente de su rostro.

Él los agarró con pesar, sacándome la lengua.

Le guiñé el ojo a la rubia, que entendió el gesto ya que yo le dije que era la que daba órdenes. Luego, moví mis labios y mis manos indirectamente para que vaya con él.

Vayan juntos, Emma aún no conoce la cafetería. Le dije a él, que cambió su expresión de mal humor a otra sonrisa tímida.

Claro, vayamos. Dijo él, a lo bajo. Ella solo asintió con una sonrisa y se fueron.

¿Oye, así que tú... y Emma ya son amigas? Tal vez era mi imaginación, pero podría jurar que el tono de Vega era de molestia.

Amaba jugar con fuego y la verdad me intrigaba demasiado saber que pasaba. Me acerqué a ella. No había gente con nosotras.

Comencé a acercar mi cuerpo al suyo hasta quedar a una distancia considerablemente cerca, pero tampoco iba a exponerme.

Somos bastante cercanas, ¿por qué? Pregunté con un tono amable pero dejando ver que ya sabía porque preguntaba, aunque no lo sabía. Volví a dar un paso, haciendo que ella choque la espalda con su locker y el candado haga un ruido algo fuerte.

Se asustó por el ruido y luego noté como tragó saliva.

No, por nada. Es cool. Carraspeó la garganta. Pensé que no querías hacer amigos. Siguió firme, acomodándose el bolso en su hombro, luego cruzó sus brazos. Levantó sus cejas.

Yo levanté mi brazo y apoyé el antebrazo horizontalmente sobre un locker.

Es verdad. Pero no dije amigAs. Sonreí con malicia.

Voy al baño. Recibí un empujón de su parte y luego se fue caminando rápido.

Fruncí el ceño.

¿Acaso Vega estaba celosa? Sonreí y justo sonó la campana.

Volví a mi salón.