Te amo, West. TERMINADA.

#16 Somos

Narradora Omnisciente:

La mitad latina no podía hablar. Estaba demasiado nerviosa, tanto que sus manos comenzaron a sudarles. Las guardó en sus bolsillos y pellizcaba la tela de adentro.

Vega, ¿te da vergüenza por que hay mucha gente verdad? Susurró Jade adelantándose a que Victoria diga algo. La verdad es que sí estaba con algo de mal humor puesto que no le gustaba esconderse, pero solo lo hacía por ella.
Tori después de varios segundos asintió. Ven aquí. Gruñó, tomándola de la muñeca como de costumbre, y la llevó al baño del colegio.

Subieron por unas escaleras medio escondidas del gran pasillo de entrada a HA e ingresaron al tan conocido baño, aunque antes la gótica pegó un grito.

Todas las chicas que están aquí, ¡se van! Ordenó mientras daba una mirada rápida a las puertas de los cubículos. Su voz era feroz, autoritaria, era imposible no reconocerla.

Allí salían varias chicas casi que corriendo y algunas abrochándose los jeans. Sí, le tenían demasiado miedo a aquella gótica que en un chasquido de dedos las podría mandar a la mierda y destruir su autoestima por varios largos años.

Luego se eso, Jade cerró las puertas que quedaron abiertas. Al terminar, sacó una llave plateada de su bolsillo y cerró la puerta de entrada al baño.

¿Dónde conseguiste esa llave? Preguntó Tori algo sorprendida al notar la facilidad que tenía Jade de tener todo bajo control.

En el clóset del conserje hay muuchas cosas. Exclamó volviendo a guardar el objeto.

Luego, miró de arriba abajo a la chica que tenía en frente suyo, haciendo que esta carraspee la garganta, nerviosa. Sonrió para sus adentros. Empezó a dar pasos largos, pero lentos, cruzada de brazos mirándola fijamente a los ojos.

Obviamente Tori ya con las mejillas rojizas se iba para atrás, con torpeza y dificultad. Su mente estaba entre el: "solo chicos" que dijo su madre y su corazón estaba en que ella sabía que lo que le pasaba con la gótica no era simplemente una amistad.

Y en un abrir y cerrar de ojos, Tori sintió como el espacio para huir se le acababa, que sus codos y espalda tocaron la pared. Aún sentía que podía hacer algo, ya sea mirar para el suelo o alguna otra cosa digna de una Vega.

Jade debo ir a... Sonó la campana, lo cual le daría una buena excusa para irse. Debo ir a clases jaja. Rió falsamente para librarse del momento y corrió hacia la puerta.

Lo cual salió terriblemente mal puesto que cuando quiso empujar la puerta, solo se dio un golpe. Ahí se volteó a ver a la gótica, que estaba con una sonrisa pícara con la llave en la punta de sus dedos pulgar e indice, moviéndola un poco.

Ahora sí. No habría escapatoria.

¿A dónde pensabas irte, Tori? Exclamó Jade con una voz seductora que solo ella podía hacer.

Y ahora si, volvió a caminar hacia ella, y la besó con ternura. La gótica jamás preguntaba si podía besar que alguien. Sí, era malo, pero a ella no le gustaba que le pidan permiso; así que ella trataba a los demás como pensaba que era la manera correcta de que la traten a sí misma.

Al principio, Jade iba a retroceder porque pensaba que recibiría una bofetada o un grito; pero al contrario, lo que recibió, dejándola algo atónita fue como Vega iba correspondiendo el beso sin ningún tipo de incomodidad o forcejeo.

Al instante, esa felicidad que sintió West se desvaneció. Tori colocó sus manos abiertas sobre los hombros de la chica y la alejó suavemente, quitando su rostro.

Para, para... Susurró, limpiándose los labios, con un suspiro.

¿Qué pasa, Vega? Preguntó Jade, bufando. No entiendo nada, Tori. Yo... Pasó las manos por si cuello, nerviosa. Me gustas. Soltó, sin mirarla a la cara. Pero no quiero que nuestra "enemistad" se vuelva incómoda. Tori largó una sonrisa inconsciente. Si no me quieres solo dilo y ya. Jade la miró a los ojos.

Vega quiso sostener la mirada, pero la culpa la consumía. ¿Qué debía decirle?

No... La gótica levantó las cejas, apretando la llave, encaminada a abrir la puerta e irse con el corazón un poco más destrozado. No puedo negarte que algo me pasa. Soltó Vega con los nervios a flor de piel y aún con sus manos sudorosas. Pero me aterra, Jade. Jamás en la vida estuve con una chica y mis dos novios fueron un desastre. Dijo, cabizbaja y una leve risa cansada al final de la oración.

Bueno... West con una sonrisa en sus labios y volviendo a guardar la llavecita plateada, levantó su brazo, y le levantó el mentón a la mitad latina, haciendo que la mire. Si tú quieres... iremos despacio, ¿sí?

Tori ya debilitada por el conjunto de emociones, se tiró a los brazos de la chica que tenía enfrente de ella, abrazándola por las costillas y escondiendo su cabeza en su cuello.

Después de algunos segundos, Jade sintió como su clavícula se humedecía, se preocupó.

¿Tori? ¿Estás llorando?

Tori y Jade se tiraron al suelo, Jade cayó primero y de rodillas, pudiendo atrapar a Tori, agarrándola de los brazos y haciendo que la mire.

Es que... nunca me di cuenta lo mucho que necesitaba estar contigo, hasta ahora. Dijo ella, mientras le caían las lágrimas.

Tori... West abrazó fuertemente a Vega, dándole mimos en el cabello. Te quiero. Susurró, cerrando sus ojos.

Se quedaron hablando de cualquier cosa. La mitad latina apoyaba su espalda en el pecho de Jade. Esta envolvía con sus brazos el abdomen de Vega.

Conversaban de todo, de sus aspiraciones a futuro, de películas, de canciones, de chicos (y chicas); ahí estaban, las dos, siendo ellas.

Y... Jade, ¿qué somos, ahora? No quiero estropearlo, en verdad, solo... Ella se vio interrumpida con unos labios dulces.

Cuando tu desees seremos novias, lo que menos quiero es apresurarte. Vega asintió con una leve sonrisa. Por ahora, solo somos,.¿Te parece bien? Tori giró un poco su cabeza y le dio un beso.

El timbre las asustó, rápidamente se levantaron y la gótica abrió la puerta antes de que todas las chicas saliendo de sus salones fueran allí.

Oye, luego te escribo. Dijo Tori.

Y luego yo te leo, Vega. Le sonrió ella, saludándola rápidamente con la mano, para luego irse por la puerta como una diva.