Capitulo 16

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La camioneta se encontraba acorralada por dos vehículos que habían aparecido de la nada sin aviso alguno, la señora Park YangMi y su hijo Park Jimin no tenían escapatoria alguna. Ese día ambos salieron de compras, pero lo que nunca se habían imaginaron es que esa sería la última vez que saldrían juntos.

Tres hombres encapuchados y con armas habían bajado de una de las camionetas, el primer disparo se oyó cuando el chofer salió tratando de defender a los presentes.

-¡Agáchate Jimin! - su madre le ordenó escondiéndolo detrás del asiento tratando de que los atacantes no lo vean.

-¿Quiénes son mamá? - el menor preguntó asustado.

-No lo sé cariño, pero no salgas de aquí ¿de acuerdo? - acarició la caballera de su hijo - Yo saldré a ver qué pasa.

-¡No! - se aferró a la rubia - No vayas, pueden lastimarte.

La mayor no pudo evitar contener las lágrimas - Jimin - levantó su mirada - No importa lo que pase, quiero que sepas que te amo infinitamente a ti, a tú hermano y a tú padre  - seco las lágrimas del menor - Por favor cuídate mucho ¿si? Y recuerda ser bueno con los demás siempre - besó su frente - No salgas de aquí hasta que vengan a ayudarte - abrazo a su hijo - Te amo - susurró para luego salir cerrando la puerta con seguro, debía enfrentar a los hombres que estaban afuera.

-Pensé que no iba a salir señora Park - habló uno de los hombres.

-¿Que quieren?.

-Usted sabe perfectamente lo que queremos - sonrío - Creo que tiene una información que no debió haber escuchado.

-Ya le dije a su jefe que no hablaría con mi esposo, con la condición de que dejarán a mi familia fuera de todo esto.

-Y hemos cumplido con eso, por el momento - los pasos se escuchaban cada vez más cerca - Pero usted no ha cumplido con su parte.

-¡De que está hablado! ¡No he dicho nada! - gritó cuando uno de los hombres la tomó de sus brazos.

El pequeño Jimin veía la escena a través de la ventana con lágrimas en sus ojos.

-¡Cállese! - gritó el encapuchado y golpeó a la rubia de una manera violeta - Creí que mi jefe había sido muy claro en decirle que quería fuera a su marido de las elecciones presidenciales.

-Están locos si piensan que haré eso - se quejo - ¡Voy a luchar hasta conseguir que tu jefe y toda su porquería caigan!.

-Lamentó infórmale que eso no pasará y si fuera el caso, seria una lástima porque usted ya no estará aquí para presenciarlo.

A los lejos se podían oír las cirenas, el hombre le sacó el seguro a su pistola para luego hacer arrodillar a la mujer quien giró su rostro en dirección a la camioneta donde su hijo se encontraba gritando por piedad y que no lastimaran a su madre.

-Debió dejar al niño en su casa - sonrío y acercó el arma a su cabeza.

La rubia con lágrimas en sus ojos hizo contacto visual con su hijo por última vez y antes de que el disparo saliera logró susurrar un "todo va a estar bien" al pequeño de ojos claros que se encontraba llorando y golpeando la ventana tratando de llegar hasta su madre.

-¡Nooo! - gritó sintiendo su cuerpo temblar.

Había sido una pesadilla, una la cual no había tenido en mucho tiempo.

Él gritó que soltó, hizo que el peli negro que dormitaba a su lado se despertara asustado.

-¿Que pasó? - trato de incorporarse de manera rápida.

Pero cuando estuvo totalmente lúcido, la imagen que divisó fue a un rubio abrazando sus piernas con lágrimas en su rostro.

-Jimin - se sentó a lado del rubio - ¿Que pasa? - posó uno de sus brazos sobre el hombro del menor - ¿Esta todo bien? - lo miró preocupado.

El bajito no respondió a ninguna de las preguntas, su mente aún seguía sumergida en la imagen de su madre toda ensangrentada, las palabras no salían.

-Jimin - susurró nuevamente y en ese momento el mencionado abrazo al mayor escondiendo su rostro en su pecho - Tranquilo - acarició su cabellera.

-Y-Ya no quiero - trato de calmar su llanto.

-Aquí estoy - apretó su agarré tratando de calmarlo.

El peli negro no entendía que estaba pasando pero estaba muy preocupado por Jimin ya que no dejaba de llorar y susurrar cosas inentendibles y quizás él estaba actuando demasiado raro pero ver así de vulnerable al rubio provocaban ganas de querer protegerlo de todo lo que le redeaba. Pasaron unos largos minutos de esa manera, sin pronunciar ninguna palabra.

-Ya estoy mejor - seco sus lágrimas alejándose del alto.

-¿Seguro? - lo miró preocupado.

-S-Si - evitó su mirada y se puso de pie - Solo fue una pesadilla pasa de vez en cuando - comentó rápido.

-¿Quieres hablar de eso? - copió la acción del menor.

-No, estoy bien - se abrazo así mismo - Lamentó haberte despertado de esa forma.

-No debes preocuparte por eso, es mi trabajo estar al pendiente de ti.

El de ojos claros no respondió sólo se limitó a mirar por la ventana - La lluvia está más calmada ¿crees que ya podremos salir?.

El peli negro lo miró preocupado pero aún así no dijo nada - Iré a ver.

El rubio asintió y comenzó a doblar la manta que habían usado para refugiarse del frío, mientras tanto el alto iba a comprobar que era seguro salir del lugar.

-Podemos salir - ingresó nuevamente a la cabaña.

El menor se acercó hasta la puerta y cuando iba a salir el mayor lo tomo del brazo.

-¿Seguro que estás bien?.

-S-Si - lo miró para luego tomar su mano y apartarla lentamente de su brazo.

Después del episodio de aquella mañana ninguno habló sobre el tema y el rubio agradecía eso ya que si lo volvía a  recordar se desplomaría por completo y no quería volver a recaer en la depresión la cual le había costado muchísimo salir. La carretera estaba un poco desierta y gracias a eso pudieron llegar de manera rápida a la casa.

-No digas nada de lo que sucedió esta mañana - habló el menor con su típica voz fría y entonces el peli negro supuso que todo volvía a la normalidad - Y gracias por lo de hace rato - susurró y luego abrió la puerta.

Al momento que el rubio ingresó a la casa fue interrogado por su padre y hermano.

-No se preocupen, estoy bien - trato de calmarlos - Tuvimos que parar porque la tormenta era muy fuerte y no queríamos arriesgarnos - explicó - Iré a descansar - besó la mejilla de ambos y se dirigió a su habitación ante la atenta mirada del canoso y el castaño.

Apenas puso un pie en su dormitorio se derrumbó por completo, recodar el momento exacto en que su madre murió lo hizo sentir mal y culpable por no haberla ayudado en aquel momento, pero lo que no sabía el rubio es que detrás de la puerta un peli negro estaba escuchando los sollozos que provenían de la habitación, con unas ganas tremendas de abrír aquella puerta y tomarlo entre sus brazos para que pudiera sentirse seguro.

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La verdad pienso que el capítulo no quedó como lo esperaba pero supongo que querían saber que le había pasado con la señora Park, espero que la historia de verdad les esté gustando🥺💕

Mi Guardaespaldas [KOOKMIN]Where stories live. Discover now