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Lluvia;

Hoy la lluvia golpeó fuerte
y yo estaba en el parque de enfrente.

Digamos que nunca me he acostumbrado a mentirme,
pero para mí era imposible evadirte.

Esconder mis sentimientos no me había ayudado el martes,
casi te digo que te quiero cuando charlábamos de arte,
y tú hablabas de la pintura de Monet como si eso fuera parte,
de las primeras maravillas que te encontraste
en una larga búsqueda donde nunca estuve yo.
Y ahora me doy cuenta,
cuando llueve bajo el sol,
que tal vez nunca perdiste el reloj en esa ocasión.

Pero extraviaste algo más importante.
Este día y esta tarde,
en la misma lluvia que en parte,
sentirás en tu balcón.

Por eso solo te pido, como perdón,
que me recuerdes como a Van Gogh.
Porque tú fuiste la primera y última maravilla,
por la que habrá una tormenta en los tiempos secos de mi corazón.

Diez poemas de (des) amorWhere stories live. Discover now