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Girasol;

Ayer pase por la florería,
como cada mañana hacías.
Siguiendo las mismas huellas
que un día plantaste en tu huida.

Y me encontré un girasol,
al lado de una margarita y un trombón,
que brillaba tanto como las mismas estrellas
que en la noche veo encima del balcón.

Pero eso nunca será suficiente
para eclipsar el brillo que tenían tus ojos,
la vez que vine a visitarte con un girasol
y tú reacción me hizo querer regalarte uno y dos.

Supongo que te hice una promesa sin querer,
pienso que en realidad nunca me descuidé.
Pero me llevé esa misma flor,
porque hoy cumplía el aniversario
la misma estrella que un día se incendió.
Y me di cuenta que la supernova de tu existencia
siempre iluminará a los girasoles, en tu conmemoración.

Diez poemas de (des) amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora