10. The north is not so cold.

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Pasó toda la noche sola en la habitación, pensando cómo hacer creer a los Lannister que estaba de su parte, que era fiel a ellos, que no era una Stark, que Robb no era su rey.

A la mañana siguiente una mujer fue a su habitación, llevaba vestidos para Maryse. Los que usaba antes, allí no le valían; hacía calor en Desembarco del Rey, no podía usar vestidos que utilizaba en Invernalia.

Entró al salón del trono, todos estaban allí. Su abuela y sus hermanos, los Lannister, los miembros del consejo, la guardia dorada y Sansa. Maryse al verla, se extrañó de no ver a Arya; entonces supo que Petyr Baelish la había engañado, pero si Arya no estaba allí ¿dónde estaba? 

Ya había llegado, no podía acercarse más a ellos. Tiwyn y Cersei observaban cada gesto que hacía, cada movimiento, y Joffrey sentado en el trono la observaba y parecía que su mirada la apuñalaba. 

- Mi señor, vengo a disculparme por lo que está haciendo mi marido. Vengo a disculparme por sus actos. - Tomó aire, se sentía estúpida por estar haciendo esto. - Vengo a juraros lealtad, mi majestad. Mi marido no es mi rey, ni yo soy reina. Mi único rey es usted. 

- Eso está muy bien. - La voz de Joffrey tenía veneno, más aún que su madre. - Pero no se ha puesto de rodillas, mi señora. - Él chasqueó los dedos y como si de una mascota se tratara, se acercó un guardia a ella que golpeó su cara e hizo que quedara de rodillas en el suelo. - Ahora bien, juráis lealtad, pero ¿cómo sé que no volveréis junto a Robb Stark?

- Porque él me ha engañado. - Ella susurró, sólo una persona la habría escuchado y probablemente fuera el hombre que la tenía agarrada. 

- ¿Cómo ha dicho? - Joffrey volvió a chasquear los dedos, sacó un puñal y lo puso en su mejilla, apretó en ella haciéndola sangrar. Ella gritó y vio como Cersei quiso parar a Joffrey, mientras su abuela tuvo que parar a Loras para que no fuera a ayudarla. 

- Robb Stark me ha engañado, se ha acostado con otra mujer. - Ella lloró y gritó mientras hablaba. - Me ha engañado delante de mí, no quiero volver a verle. - Joffrey hizo que parara y el hombre de la guardia volvió a su lugar original. 

- El chico Stark no puede mantener la polla dentro de sus pantalones. - Joffrey rió, Maryse lloraba en el suelo mientras veía su mejilla sangrar. - Mi señora, espero que su estancia en Desembarco del Rey sea agradable. - E hizo que todos salieran de allí. Loras corrió a ayudar a Maryse y la llevó a su habitación para que pudieran curar la herida de su cara. 

-X-

Una septa curaba su mejilla y Maryse intentaba calmarse, por un momento había temido por la vida de su hijo. La septa la hablaba, decía que le dejaría cicatriz, no se sería muy grande pero ahí estaría; Maryse la oía de fondo, ella se centraba en Loras que no había dicho nada, estaba enfadado y ella lo sabía. 

- Loras. - Maryse habló cuando la septa ya la había curado y tapado la herida. - Loras.

- Le dije que te cuidara. - Murmuró enfadado. - Le dije que no te hiciera daño.

- Loras, por favor.

- Le dije que te cuidara, le dije que no te hiciera daño, ¿y él que hizo? Acostarse con otra mujer. - Se levantó de la silla enfadado. - Sabía que no era buena idea que te casaras con Robb Stark, ha seguido los pasos de su padre, seguro que esa mujer ya está esperando un bastardo.

- ¡Loras, no sigas! - Ella levantó el tono de voz. - Sigue siendo mi marido.

- Te ha engañado, ¿por qué le defiendes? - Ella agachó la mirada, sabía que Loras ya lo había entendido. - Le amas, y le perdonarás. - Loras suspiró pesadamente, ella estaba enamorada de Robb. Llamaron a la puerta, era Sansa. Corrió hacia Maryse, la abrazó y lloró en su brazo, Maryse lloró con ella, lloraron más de un cuarto de hora.

The north is not so cold.Where stories live. Discover now