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23|| Para mi

AISA POV'S

Estoy sentada con Damian a mi lado y mamá está hablando con la mami de este. Ellas son muy buenas amigas, su mejor amiga podría decir.

—Aisa juguemos— pide Damian llamando mi atención, se ve que la situación le está aburriendo.

—¿A qué quieres jugar?— pregunto.

—Al escondite, pero si yo te encuentro tienes que darme un beso— frunzo mi ceño. ¿Qué dice?

—¿Qué? Damian, no te voy a besar— me niego cruzando mis brazos.

—Como digas— musita y toma mi mano para caminar hasta el patio— Mamá iremos a jugar al patio de atrás.

—Está bien cariño— nuestras mamás siguen hablando y Damian tira de mi mano hasta el lugar, cuando estamos en este se voltea y se queda mirándome a los ojos. Damian es un chico muy lindo, alto, delgado, rubio, ojos azules y una muy hermosa sonrisa.

—Tú escóndete y yo te buscaré ¿Si?— ordena y yo afirmo con la cabeza.

Cuando estaba a punto de hacerlo alguien gritó su nombre, ambos giramos encontrándonos con el primo de Damian, Maximiliano, mejor conocido como Max y Jace mi mejor amigo.

—Hey ¿Cómo están?— el pelinegro se acerca a nosotros con una gran sonrisa abrazándome al estar cerca de mí— ¡Estás muy bonita Aisa!— me halaga Max.

—Bien y gracias— respondo sonrojándome, no me gusta sonrojarme.

—Todo bien— mira a Damian que ha permanecido en silencio— ¿Este que tiene o que?— pregunta al ver la mirada de aparente molestia que le lanza el rubio.

—No vuelvas a decirle esas cosas a Aisa, ella es mía, solo yo puedo decírselas— susurra Damian.

Sus manos van a mis hombros empujándome cerca de su pecho, cuando hace esas cosas me siento avergonzada y mami dice que eso no está bien.

—¿Qué haces?— mascullo confundida y miro a Max que está igual que yo— No digas eso, mami dice que no está bien decir que soy de alguien, no soy un objeto para ser de alguien— sus manos presionan más mis hombros.

—¡Si lo eres!— grita y me espanto.

—Damian déjala, le haces daño— interviene Max, le doy la razón.

Damian afloja su agarre poco a poco, cuando lo hace me quito de su lado y me pongo detrás de Jace, que hasta ahora no ha dicho nada, únicamente mira enojado a Damian.

—¡No corras hacia él!— ordena Damian y yo ejerzo fuerza en el brazo de Jace.

—¡No le hables así a Aisa!— espeta este hablando por primera vez en lo que estamos aquí.

—¡Yo le grito cuando yo quiera!— se acerca hasta quedar cara a cara con Jace.

—¿¡Que pasa aquí niños!?— interviene la madre de Damian y yo me voy corriendo hasta llegar al lado de la mía.

—¡Damian le está gritando a Aisa!— Jace grita molesto, es mi mejor amigo, no le gusta verme triste.

—Aisa es mía, ¡Ella no puede ser cariñosa con otros niños!

Mami se tensa y la miro, ella hace lo mismo.

—Es hora de irnos Danna, lamento mucho que tenga que irme y apenas ustedes llegan— dice mi mamá dirigiéndose a la madre de mis otros amigos.

Yo también ya me quiero ir, Damian a veces me da miedo cuando se comporta de esa manera.

—Claro, no te preocupes Isabella, otro día pasamos más tiempo juntas las tres— habla Jazmín, La mami de Jace.

Llegamos a casa y noto que mi padre ya está aquí, salgo del coche y corro hasta él, lo abrazo y él hace lo mismo.

—Hola pequeña, ¿Cómo te fue en casa de los Lincer?— pregunta y yo hago una mueca con mis labios, que logro ocultar.

—Bien padre, además te he dicho que no me digas pequeña, ya no soy una bebé— me cruzo de brazos y él levanta sus manos.

—Está bien mi pequeña— pongo mis ojos en blanco y él ríe.

Mami entra y saluda de beso a mi padre, en su rostro se ve que no está contenta, además papá siempre se da cuenta.

—¿Qué tienes Bella?— pregunta y ella lo mira sin expresión.

—Tenemos que hablar— ella va hasta la cocina, él la sigue, yo por igual, pero sin que ellos me noten.

—Aaron, no quiero que mi hija se junte más con Damian— pide y veo a mi padre fruncir su entre ceja.

—¿Por qué?

—Hoy estaban jugando, llegaron Jace y Maximiliano, tomó a la niña de sus bracitos con fuerza, y estaba gritando que ella era suya y que no podía darle afectos de Cariño a demás niños— hace comillas con sus dedos.

—Bella, son solo juegos— dice papá y ella niega enojada.

—¿Crees que no sé que su padre es igual a ti? Que le ha enseñado todas esas atrocidades, que la mujer vale poco, Danna es mi mejor amiga, sé todo lo que ella pasa en esa casa, su hijo presencia todo eso ¿¡Qué diablos crees que está aprendiendo?!— grita.

Mi padre la toma del cuello y ella pone sus manos sobre las suyas. Tapo mis labios con mis manos, para ahogar un grito.

—¡No me grites Isabella! - suelta su cuello para tomar su cabello— ¿No querrás que volvamos a lo pasado, verdad?— ella niega— Perfecto, pues te aviso que mi hija no romperá lazos con los Lincer, nadie lo hará, además tú ya muy bien sabías que Aisa, está destinada a ser la chica de Damian.

Ella niega y hace una mueca, cuando él hace más fuerte su agarre.

—No-No permitiré que mi hija sufra todas las desgracias, que yo sufro contigo— él ríe y su mano se estrella contra la mejilla de mi mami.

Mis ojos se llenan de lágrimas y salgo corriendo hasta mi habitación, me arropo de pies a cabeza temblando.

Solo había visto a mi padre hacer eso unas dos veces, tres con esta en mis nueves años de vida y no me gusta que haga esto, eso no está bien.