Recuerdo

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21 de abril de 1972

El pequeño omega de cinco años miraba con curiosidad aquel pequeño cuerpo moviéndose con torpeza entre los brazos de su madre. El aroma a lirios junto con la pesada presencia le decían que aquella bebé era un alfa, un alfa puro de la familia Stark.
Su madre le estaba dando de mamar a la niña, Anthony no podía creer que existiera un ser tan pequeño como su hermanita, María le acarició la mejilla para llamar su atención. Estaba un poco agotada luego de las horas tediosas de parto y solo quería acurrucarse con sus dos cachorros. Tony se recostó por el hombro de su madre, ronroneando para relajar a la alfa.
Con cierto temor de que su madre reaccionará mal, llevó sus dedos para tocar a la niña. Cuando alcanzo los pequeños pelos de la cabeza, la bebe abrió sus enormes ojos marrones. Se asustó por un momento, iba a retirar su mano, pero la pequeña manito sujetó los dedos del omega, la bebé soltó el pecho de su madre y comenzó a reír.

-Mira Tony, te quiere mucho. - María sonrió ante la interacción de los pequeños.
-Mami, ella es tan pequeña ¿Yo era así de pequeño? - el omega estaba muy concentrado en su hermanita.
-Mi niño, cuando llegaste aquí eras tan pequeño que tu padre tenía miedo de dejarte solo -

Howard entró muy apresurado a la habitación, tenía el rostro rojo y estaba muy agitado; cuando vio a su amada esposa con sus hijos se sintió la persona más feliz del universo. Se acercó a ellos tomando al omega entre sus brazos, sentándose al lado de la alfa; Tony se abrazó a su padre llenándose de su aroma.

-Hey, Hola, soy tu papá. - le hizo muecas a la bebé, quien sonrió a su padre.
-Bueno, ahora que estamos todos, tenemos que ponerle un nombre. - María miró pensativa a su hija. - ¿Antonina?
-Uy no. -dijeron Howard y Tony al mismo tiempo, haciendo que la alfa suelte una suave carcajada.
-¿María? - Howard sugirió.
-Nop.- no le gustaba que su hija tenga su nombre.

El omega miraba con profundidad a la bebé, volvió a sentir el aroma a lirios que soltaba la pequeña alfa.

-Huele a lirios... -el pequeño saltó de los brazos de su padre. -¡Lyra!

Tanto María como Howard miraron sorprendidos a su cachorro...

-Lyra Antoine Stark Carbonell. - a María le gustó el nombre.

Howard tomó en brazos a su heredera, meciendo con cuidado.

-Bienvenida al mundo. -

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Actualidad

Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no escuchaba al niño que lo llamaba, estaban en la biblioteca leyendo algunos libros, había dado al alfa libros de matemáticas para que los lea mientras él seguía leyendo los libros de metafísica, astrofísica, aeronáutica... todos aquellos libros que le encantaba.
Sintió una patada en la espinilla y levantó la cabeza.

-¡Ren! - Peter le pasó sus notas.
-¿Terminaste? -

El alfa asintió.

-Todavía me pregunto si es necesario leer todo esto. -
-Claro, no solo tienes que fortalecer tu cuerpo, si no tu mente-

El omega dijo de manera sabia, corrigiendo los ejercicios hecho por el pequeño niño. Le pasó nuevamente el papel y le felicito por hacer todos los ejercicios de perfecta forma; el rostro del alfa brilló en felicidad cuando recibió sus notas.
El niño estaba entusiasmado, guardo el papel en su bolsillo para luego mostrarle a su padre lo mucho que había mejorado, no solo en el tiro al blanco, si no por su inteligencia.

Se levantó para ir a la salida, el omega le detuvo antes de que vaya.

-Eres muy inteligente, Peter... más de lo que crees.

El omega lo miró como solía mirar a su hermana.

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Estaba en su habitación, tranquilamente bebiendo un té cuando el alfa Barnes entró de forma enérgica.

-Ven.-

No dijo más nada y se retiró, él lo siguió hasta el campo de entrenamiento. Todas las personas estaban aglomeradas alrededor del centro, en donde estaban Steve y Peter.
El corazón del omega se encogió al ver al niño muy lastimado, los puños manchados del alfa le indicaron que estaba entrenando con su hijo, pero al parecer el niño estaba demasiado cansado. Un brazo de metal sujeto su cuerpo para que no se moviera.

-Vas a ver esto, primor. -Barnes susurró en su oído.

Nieve... todo lo que caía eran unas gotas de nieve junto con el frío viento que humedecio el campo de entrenamiento. Steve y Peter entrenaban a sangre fría, de pronto, el pequeño alfa quedó bajo el cuerpo de su padre y este iba a comenzar a darle pequeños puñetazos.

Tony recordó una escena, cuando sus padres esa dinámica para explotar sus poderes... pero Hydra no sabia eso, Steve no se iba a detener.

Un golpe.

Un trueno cayó cerca de la mansión, miraron a Thor pero este estaba tranquilo.

-Eres débil. - dijo Steve cuando volvió a lanzar otro puñetazo.

Un trueno más cerca.

-Nunca debiste nacer...-

El trueno cayó sobre un árbol cercano a ellos. Tony piso fuerte el pie de James para luego dar un cabezazo a la barbilla del alfa. Salto las vallas que lo separaban de su objetivo y con una velocidad inhumana tomó al alfa grande de los cabellos para lanzarlo hacia otro lado.
Steve se levantó iracundo, lanzó un gruñido alfa que hizo temblar las piernas del omega y cuando lo iba a golpear, Tony agarra sus muñecas.

Lo tira hacia él para luego hacerle una llave, ambos caen al suelo, con las piernas del omega rodeando y apretando el cuello del alfa líder. Como una serpiente se retira solo para quedarse a horcajadas sobre el vientre de Steve, con el brazo del alfa comienza apretando su cuello.

-Te juro, que si vuelves a insultar o a tocar a Peter, Hydra tendrá que buscar a otro líder. -

Todos se quedaron en estado de shock debido a que es la primera vez que un omega derriba al líder principal de Hydra y lo amenaza sin miedo alguno. Tony suelta a Steve cuando el aire en los pulmones del alfa comenzaba a escasear. Camina hacia el niño que lo ve sorprendido, le extiende una mano.

Peter comienza a pensar de otra forma con respecto al omega. Con una sonrisa acepta la mano del castaño y ambos salen del campo, rumbo a la mansión.

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-¿Dónde aprendiste a pelear así? - el alfa pequeño no se callaba en ningún momento.

Estaban en la enfermería y Tony estaba limpiando las heridas del niño mientras las enfermeras solo se reían ante la cara de frustración del omega.

-En mi casa, cuando era niño. -suspiro con frustración. - Peter ¿puedes quedarte quieto un momento?
-Es que me duele...- hizo un puchero.
-Aish...- rodó los ojos.
-¿Quién te enseño? -
-Mis padres, tenia que aprender a pelear si o si, o me prohibían ver a mi hermana. - se concentraba en limpiar bien la mejilla roja del niño.
-¿Tienes una hermana? -
-Si, era mi vida entera. - el omega se levantó cuando terminó su labor de curación.

Se lavó las manos muy bien al terminar, las enfermeras que eran betas y omegas escuchaban atentamente a su relato, al igual que Peter.

-¿Y, donde está ella ahora?- pregunto el niño de forma inocente.

-Esta muerta. - respondió con un suspiro.

Estaba cansado, últimamente no dejaba de leer ningún libro, ni de practicar con sus poderes o sin ellos. Además de enseñar a un niño alfa con mucha energía requería de toda su fuerza y paciencia.

-Lo siento. - Peter bajo la cabeza.
-Hey, no es tu culpa... -el omega le miró. - ¿Quieres comer dulces?

El alfa asintió con energía, se aferró al omega y ambos salieron rumbo a la cocina.
Tony pensó que sería mejor no encariñarse mucho con el cachorro. Pero Peter le recordaba demasiado a su hermana.

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