33. ¿Cambio de ambiente? (Parte 4)

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Di instantáneamente un paso hacia atrás.

Había olvidado por completo que uno de mis primordiales objetivos de esa noche era técnicamente evitar que pasara lo que estaba pasando.

¿Cómo olvidar tan pequeñísimo detalle, no?

Para mi sorpresa los ojos de Levi parecían tener esta vez algo de brillo, cosa de la que hasta el momento habían carecido por completo, además, su rostro- su ser- no desprendía el mismo aura intimidante y de alguna manera acechadora, de nuestros anteriores encuentros.

Levi esquivo inmediatamente mis ojos y frunciendo levemente el ceño se retiró abriéndose rápidamente paso entre la gente a su izquierda. Algo que definitivamente después de lo ya—ocurrido-varias-veces no me esperaba que hiciera en lo mas mínimo.

Inconscientemente acelere el paso y lo tome del brazo haciendo que se volteara hacia mí.

Una parte de mi sabia que si dejaba ir la oportunidad de hablarle en ese estado, en ese momento, en ese lugar, probablemente la próxima vez que le vería seria en uno de los maravillosos encuentros "cazador-presa" que acostumbrábamos.

Por muy perturbador que sonara.

- Lev- me detuve inmediatamente sin aun soltarle el brazo.

Su rostro mostraba una expresión irreconocible. Tristeza, frustración, enojo, miedo era imposible encontrar la palabra perfecta para describirlo, sin embargo... todo en él me decía "Aléjate".

Retiro inmediatamente el contacto visual y con una expresión de dolor inquietante soltó de la manera más delicada mi mano de su brazo y dándome la espalda, se alejó acelerando el paso.

Esta vez no le seguí.

Enseguida sentí como mi estómago se revolvía, haciéndome salir corriendo directo hacia baño.

Quizá era momento de que la Khanna racional volviera.

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Había lavado unas quince veces mi rostro y unas cuarenta veces mi boca antes de salir del baño, buscar mi chaqueta y salir de allí.

Me sentía mental y físicamente agotada.

Ugh.

Gotas de agua aun escurrían por el costado de mi cara cuando abandone la facultad de arquitectura. Eran aproximadamente las tres de la mañana o por lo menos eso parecía. Mi celular había muerto horas atrás, pues había olvidado cargarlo la noche anterior y nunca había sido una persona de llevar relojes de muñeca pues siempre les pasaba algo y se dañaban bajo mi cuidado, así que me era imposible ver la hora exacta.

No era que realmente importara.

Suspire, cerré la chaqueta y metí las manos en los bolsillos. Hacia frio.

- Te ves terrible- añadió una voz a pocos metros míos.

Levante la mirada y me encontré con Demian, quien lentamente se ponía de pie separándose del murillo de piedra y caminando hacia a mí.

Me detuve y le observe.

- ¿Qué haces aquí?- fruncí el ceño y enarque una ceja.

- hmmm larga historia- añadió deteniéndose frente a mí, quitándose la bufanda y enrollándola alrededor de mi cuello- ¿Te has dado un baño? ¿Por qué tienes el pelo mojado?- añadió desconcertado pero algo burlón.

- Si, bueno, que te puedo decir, me urgía tomar una ducha en el lavabo de una fiesta... a las tres de la mañana- añadí sarcásticamente encorvándome de hombros, intentando ignorar el hecho de que su bufanda olía increíblemente bien.

Demian rió levemente por la nariz. Casi como un pequeño resoplido carismático. – Espero que la ducha de tu cuarto no se sienta celosa- añadió metiendo ambas manos en los bolsillos y enarcando una ceja divertido.

Rodé los ojos y sonriendo levemente empecé a caminar pasándole por el lado y dándole la espalda. – Vamos- añadí mirando sobre el hombro- presiento que ha este paso la cama también comenzara a sospechar de mí.

- Vas a tener que invocar una reunión de muebles y discutir al respecto- agrego Demian posándose a mi lado mientras caminábamos

- Ni me lo digas.- suspire y subí la bufanda cubriéndome hasta la parte baja de la nariz.

Era simplemente imposible ignorar ese agradable aroma.

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Where stories live. Discover now