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  La peor parte para ambos era que sus habitaciones estaban pared con pared. Ninguno era muy ruidoso, trataban de respetar al contrario si sabían que se encontraban dentro de sus dormitorios.

  Miró por su ventana que daba al jardín de la casa, Kento permanecía sentado mirando hacia el muro de piedra que quedaba a unos metros de su habitación. Le observó conteniendo un suspiro, ese chico era el culpable de su actual situación. De la noche a la mañana sus sentimientos por él habían comenzado a cambiar como quien caminando en una dirección, de repente se gira para volver sobre sus pasos.

  Se detuvo al otro lado de la pared de cristal que dividía la cocina del jardín, sacudió los hombros un par de veces y se adentró en el verde césped. Kento tenía los ojos cerrados, las piernas cruzadas y las manos sobre éstas. A Haruka le resultaba extraño que un sábado estuviera ahí pues normalmente usaba ese día para encerrarse en su cuarto. Se sentó con cuidado para no alarmarle antes de aclararse la garganta y decir con suavidad.

  — Creía que estarías en tu habitación.

  Kento abrió los ojos mirando en su dirección, quiso alejarse pero sería demasiado maleducado.

  — No me apetecía quedarme allí.

  Después llegó el silencio que tanto molestaba a Haruka, pensaba como acercar posturas.

  — ¿Cuándo vuelve tu madre a casa? — Era un tema de conversación, pero también quería saberlo pues no se entendía demasiado con su madrastra.

— No estoy seguro.

  Haruka se tumbó con los brazos bajo su nuca, Kento se removió incómodo. Si se ponía así es que no tenía la más mínima intención de irse.

— No es necesario que busques excusas para crear una buena relación de hermanos, después de casi un año de silencio ahora no es necesario.

  Haruka le contempló desde el suelo donde sólo podía ver el perfil del chico unos meses menor que él. Su fina cara robó su atención momentáneamente, no buscaba ese tipo de relación. Como no contestaba Kento se giró hacia él, cuando esos ojos negros brillantes se clavaron en los suyos su corazón dio un salto, lanzándose en un carrera que le robaba la respiración.

  — Nuestros padres saben que mantenemos una fría cordialidad entre nosotros por el bien de la convivencia y su matrimonio, deja de jugar al hermano mayor.

  — No lo hago — Se enderezó quedando a unos centímetros de la cara de Kento, visiblemente molesto respondió — No quiero ser tu amigo y mucho menos tu hermano mayor, quiero ser capaz de hablar contigo, de tener confianza porque tenemos la misma edad. No pretendo ser nada de eso porque me gustas.

  Se mantuvieron la mirada el uno al otro sin mediar palabra. Haruka con la respiración un poco agitada mientras sentía la vergüenza de sus palabras, Kento le miraba incrédulo pensando que se estaba quedando con él. De repente Kento le propinó un empujón por el pecho haciendo que cayese sobre un codo.

— ¡No me interesa nada de eso!

  Se levantó huyendo de Haruka, de esas palabras, de esa repentina declaración y de sus propias dudas. Sentía que le odiaba mucho más que antes, su sangre hervía por la furia que sus dudas y vacilaciones le creaban. Desde hacía unos días había pillado a Haruka mirándole en silencio, al principio creyó que por desprecio. Sin embargo, en una ocasión mientras él reía con su madre notó el peso de una mirada y al volverse, Haruka le observaba con la sonrisa más preciosa que jamás vio en él. Desde entonces se había fijado mucho más en él, atento por si esas miradas volvían provocando que se metiera en su mente creando dudas y al mismo tiempo sintiendo que le odiaba.

  Se sentó en la cama sintiéndose furioso consigo mismo, la frase de Haruka se repetía mil veces en el interior de su cabeza ¿realmente se sentía atraído por su hermanastro? O quizá era una inseguridad creada por sus palabras. De ahora en adelante lo único que deseaba hacer era separar su vida todo lo posible de él.

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N/A: Si algún día esto llega a los ojos de alguien (lo cual deseo enormemente) espero que sea de su agrado. Seguiré publicando aunque nadie lo lea.

AMOR ESCONDIDOWhere stories live. Discover now