Adiós [ Tododeku ]

Otra vida

Esto es un especial, muestran a Izuku y a Shoto en sus otras vidas, muestra su reencuentro y su final.

Atención: nombres y aspecto de los personajes cambiados (Es necesario, pues es otra vida. Entiendo que sea molesto para algunos pero esperó que le den una oportunidad al especial).

Lean hasta el final, porfis. ^^

Hono es Todoroki
Yuki es Midoriya

Antes de leer esto por favor vayan a leer la otra historia "Adiós -Shoto" que es la vista de Todoroki, cómo escribió las cartas y eso. Leen esa y luego vienen a esta ^^

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"Nos encontraremos en otra vida, podremos ser felices..."

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El chico se levantó de mala gana, tenía sueño, demasiado sueño.

El chico, llamado Hono Kori, era un chico de diecisiete años, su cabello era de color blanco y tenía uno que otro mechón rojo.

Su vida no era algo especial, tenía una familia normal. Era hijo único, sus dos papás son la pareja mas cariñosa que podrás ver en tu vida, y además, estaban planeando adoptar a una bebé.

De pequeño Hono creía que era adoptado, pues su cabello era diferente al de sus padres, los dos mayores eran rubios, luego olvido esa tonta idea ya que su mamá tenía fotos de cuando estaba embarazada y de cuando lo tuvo.

Era un estudiante, nada de otro mundo, trabajaba en una cafetería, y bueno, nada mas que contar.

El chico se vistió y agarró su mochila con algunas cosas, hoy era sábado, hoy trabaja hasta tarde, eso es lo malo de sus fines de semana.

—¡Hola! —Exclamó su madre— Sientate, serviré té.

—Bien.

—¿Y como dormiste? —La mujer llegó de la cocina con la taza y la tetera, Hono simplemente levanto los hombros sin ganas— Tú, niño, ¡sonríe! Mmh... De quién habrás sacado esa personalidad tan seca, hijito.

—No sé.

—Hoy iré a firmar los papeles, pronto me dejaran traer a Lily. ¿No estas emocionado? ¡Tendrás una hermanita!

—Lo estoy, pero bueno, llevas ya dos semanas diciendo que pronto podré verla, me emocionare cuando la vea.

En el desayuno no paso nada interesante, la única que hablaba era su madre.

Ya llegó la hora de irse, salió de casa y comenzó a caminar, no tenía que preocuparse por llegar tarde, su compañero le cubriría. Eso era bueno, podía estar tranquilo, le gustaba caminar, ir por ahí, tranquilo, sin problemas.

Claro, iba tan desconcentrado que no se dio cuenta que alguien venía corriendo, y como el otro chico venía en su mundo, los dos chocaron.

El bicolor calló al piso, escucho un quejido a su lado así que supuso que la persona calló con el.

—¡Lo lamento! —Abrió los ojos para reclamar, pero de quedó en silencio al ver al chico casi llorando del susto.