❝Aprendí con el tiempo los diferentes significados del color rojo:
Rojo, como el color que portan los pétalos de las rosas, mismos que se fueron cayendo al igual que nuestro amor.
Rojo, como el color que porta el hilo que se suponía, nos unía por to...
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Sus ojos se abren con lentitud, permitiéndole ser capaz de notar el frío y vacío espacio en la cama, que le genera un punzante dolor en el corazón; no lo va a negar, no tiene por qué hacerlo, es cierto que extraña despertarse por las mañanas y ver a Jun, su novio, junto a él, llenándolo de besos, suaves caricias y palabras de afecto, quizá tan simples como un "buenos días", que lo convertían en el chico más feliz de todo el universo. Pero, para su mala suerte, aquello había desaparecido de la noche a la mañana. Ya no había un Jun cariñoso, atento, tierno. Solo existía la viva imagen de la violencia, el deseo sexual y el desinterés, que tanto lo lastimaba.
— Buenos días, Dong Myeong. — Se dice a sí mismo, obteniendo como respuesta un claro silencio, que, combinado con la abrumante oscuridad de su habitación, se convierte en otra gran herida más para su ya lastimado corazón.
Reconoce que se ve patético a causa de su dependencia emocional, pero, realmente tiene la esperanza de que toda esta situación cambie, y no haya más violencia de por medio; que Jun, la persona que más ama en este mundo, vuelva a ser el mismo de antes.
Baja con tristeza de la cama, para posteriormente dirigirse al baño. Entra en silencio, abriendo la llave de la ducha, y, asimismo, entrando en ella con toda su ropa puesta. Se desliza ahora por la pared, hasta finalmente llegar al húmedo piso del baño, permitiendo que cada fría gota de agua que cae por su cuerpo, se fusione con sus dolorosas lágrimas.
— Esta bien, estoy bien. — dice en un leve susurro, escondiendo su cabeza entre sus piernas.
Si bien ama a Jun con todo su corazón, no es feliz, para nada lo es. No puede realmente sonreír estando con alguien así: manipulador, violento e infiel. Pero que, cuando ve que está a punto de perderlo, hace todo lo posible para atarlo. Y lo logra, lo logra porque sabe perfectamente que no tiene la suficiente autoestima como para dejarlo.
Myeong sale del baño, se viste, recoge sus cosas y baja las escaleras sin siquiera mirar a la cocina, pues desayunar esta estrictamente prohibido para él; Jun es quien se encarga de causarle este tipo de inseguridades respecto a su cuerpo, señalando lo gordo que esta y lo horribles que son sus mejillas, teniendo como resultado el que no quisiera comer.
