Capitulo 77

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— Y me engaño diciéndome que se iba a escapar conmigo para que no sospechara — grito Hermione llorando —

— No sabes lo que dices — respondió Theo enojado —

— Yo sé muy bien lo que digo — enfatizó la castaña — si vuelve o se comunica con usted quiero que se lo diga.

Theo suspiro fastidiado.

Hermione se puso de pie y acercandose todo lo que pudo a un Theo fastidiado y sentado en su escritorio,  dijo — si le queda algo de hombría —  a escondidas si quiere, que no lo voy a delatar, pero en mi cara pinta que es un rufián y un sinvergüenza.

— Mira Hermione — refutó Theo enojado.

— Que reconozca que esas poses de hombre decente y justo fueron una farsa — aseveró Hermione — exigo que frente a mi se quite esa máscara y se presente tal cual como es.

— Estás muy equivocada, Hermione te lo aseguro — respondió Nott — muy molesto y poniendose de pie buscaba la manera de no flaquear sobre la situación de Draco.

— No quiero pensar que estoy en el camino, Don Theo — dijo la castaña — y que usted también es un mentiroso.

Una vez expuestas sus dudas, salió de la casa de Nott sin despedirse.

Theo para tranquilizar su carácter se sirvió una copia de Brandy. Estaba a punto de tomarla, pero escucho golpes en la puerta y se acercó a abrirla.

Se encontró con un joven mensajero que al confirmar su nombre, le entregó una pequeña carta.

Theo la leyó soltando un suspiro de fastidio. Tomó su bastón y sombrero, saliendo de su casa.

— Te digo que cree que Draco está vivo — dijo Megara al tuerto

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— Te digo que cree que Draco está vivo — dijo Megara al tuerto.

— Sí, a mi también me lo dijo — confirmó el tuerto.

— Tuerto ¿Por qué no vamos esta noche a ver como está Draco? — preguntó Megara.

— ¡No es muy arriesgado! — contestó el tuerto —

— ¡Nos cuidamos! – aseveró la muchacha — a poco no lo hace Don Nott cuando va a verlo — o nosotros somos tan burros —  si se nos acerca alguien seguimos de largo y ya.

— No se luego veremos — contestó el tuerto cansado.

— ¿Qué no piensas volver a abrir la cantina? — preguntó Megara.

— No sé — respondió el tuerto.

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