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Alba esperaba algo nerviosa a que Natalia llegase para ir juntas a trabajar. Le resultó extraño que no estuviese ya esperándola, siempre era muy puntual. Miró el reloj, apenas pasaba unos minutos así que decidió esperar antes de llamarla para ver el porque de su retraso.

Hoy se verían a solas por primera vez desde que se fue de casa de Natalia así que no sabia muy bien que esperar. 

El día de antes, aprovechando que había comido con su hermana y su cuñado les pidió que la acompañaran a por la morena a Alicante. Cuando fue consciente que tenía que ir a por ella e iban a estar solas le entró miedo. Miedo a que Natalia le dijese que había recordado lo que pasó en su casa , se disculpase y saliese una conversación incomoda entre ellas.

Sin ganas de hablar con tanto que decir...

Intentaba tranquilizarse. Pensaba y trataba de convencerse que tampoco había que hacer un mundo de eso, pero su cabeza era un hervidero. 

Había días que deseaba que todo hubiese sido un mal entendido y las cosas siguiesen como hasta ahora,  pero en ocasiones, en su cabeza pasaba la posibilidad de que pasase algo con Natalia y sentía una calidez en el pecho  que hacía años que no sentía.

-Perdón perdón- dijo Natalia entrando al coche rompiendo sus pensamientos- No encontraba las llaves de casa, llevo diez minutos loca buscando, luego me pongo a buscar el movil para avisarte, y tampoco lo encontraba, un desastre vamos.

-No pasa nada, no creo que el jefe nos eche- dijo Alba riéndose- ¿Lo has encontrado todo por lo que veo no?

-Si, en mi mochila estaba... y mi mochila en mi espalda claro... así iba a encontrarlo yo- explicó resignada.

-¿Enserio? jajajajaj

-Ya estaba pensando, mira a tomar por culo, me voy y cierro de portazo, seguro que tienen copias de las llave de casa... cuando mis neuronas han vuelto a hacer sinapsis entre si, y he recordado que lo había guardado todo en el bolsillo pequeño cuando me he preparado las cosas esta mañana.

-Eres un caso  aparte hija mía.

-¡Ah! ¿Pero te has dado cuenta ahora de eso?

-No no, te calé el primer día tranquila.

Cinco minutos bastaron para que las dos se dieran cuenta que todo estaba bien entre ellas. Daban igual los nervios y las dudas que ambas tenían. Cuando se juntaban, la extraña conexión que existía era mas fuerte que todo lo demás y conseguían aparentar una normalidad que en realidad ninguna tenía ya.

Con ellas las cosas parecían fáciles. Se complementaban bien, y habían aprendido a esquivar terrenos pantanosos para no tocar el tan temido tema para ambas.

Estos días juntas  desde la vuelta de la morena de Madrid, habían servido para que Natalia viviese un poco mas tranquila con sus sentimientos. 

Hablar con su amiga le vino bien. Decir en voz alta lo que tanto temía fue liberador para ella. Le gustaba una mujer. Le gustaba Alba. Ya lo había reconocido,  y ahora sentía un poquito menos de presión en el pecho. Sabía que su siguiente paso era tener el suficiente valor para atreverse a reconocer que le encantaría intentar algo con Alba. 

Alba mientras tanto había aceptado por fin que lo que pasó el jueves anterior no fue mas que una estupidez a causa de la gran borrachera de su amiga.

Volvía a sentir la amistad sincera de Natalia hacía a ella. No la notaba cohibida o con miedo como se temía ella que podría volver de Madrid, cuando sospechó que la morena había huido.

Nada de esto había pasado, la notaba igual con ella, se podría decir, que incluso la notaba mas liviana, mas libre...así que se limitaba a resignarse  y aceptar lo que la Navarra estaba dispuesta a darle, que era mucho.

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