Prólogo

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«Perro que ladra no muerde» su trasero.

Izuku había adoptado un pequeño pomeranian hace tres semanas. Y vaya que lo que tenía de adorable lo tenía de bestia.

—"Consíguete un perro" ellos dijeron, "son fieles y serán tus mejores amigos" dijeron –murmuró Midoriya, poniendo la curita de All Might en su dedo índice–. Pues yo no veo que me quiera ni de amigo...

El nombre de la diminuta bestia era Katsuki, Kacchan, para los compadres.

Kacchan solía morder sus pobres pantuflas, orinarse en la alfombra de su sala, despertarlo con sus ladridos hacia la completa nada a las tres de la mañana y, por su puesto, utilizarlo como su juguete antiestrés favorito. Sí, mejores amigos, yay.

Shinsou le había dicho hace muchísimo tiempo que él prefería los gatos. En ese momento le tomó por loco, pero casi podía escuchar su risa maquiavélica burlándose de su desgracia en esos precisos instantes.

Un ladrido lo sacó de sus pensamientos, dirigió su vista hacia la entrada de la cocina y descubrió al pequeño perro rugiéndole con una rabia inexplicable al refrigerador.

«Aparte de malhumorado, estúpido» pensó, pero luego se sintió mal por ser poco comprensivo con un perro y simplemente se acercó al pequeño que ladró con más ganas hacia el gran aparato.

—Hey Kacchan... –apuntó al refrigerador– ¿Por qué le ladras? ¿Tienes hambre?

Katsuki le miró y gruñó hacia él, mostrando sus filosos y diminutos dientes. Izuku casi pudo sentir el odio en sus ojos y un claro: «Métete en tus malditos asuntos, humano estúpido.»

Bueno, tal vez estaba exagerando, pero definitivamente sentía la rabia del can. Por lo que recurrió a sus sucios intentos de manipulación que aprendió de su mejor amiga.

—Pues entonces creo que no vas a querer el nuevo juguete que te compré, Kacchan; es de All Might y hace ruiditos –dijo, tomando un pequeño muñeco de hule de la mesa y apretujándolo, haciendo un sonidito típico de los juguetes para perro–. Supongo que tendré que regalárselo al gato de Shinsou...

Y, casi como si fuesen palabras mágicas, Kacchan se acercó con sus pequeñas patas como pudo hasta el pecoso, ladrando eufórico y buscando el juguete. Midoriya sintió un golpecito de calor en su corazón de pollo que lo hizo sonreír amenamente.

—Espero ganar con esto tu confianza, Kacchan...–murmuró.

Izuku se agachó a la altura del perro, y cuando estaba a punto de entregarle el muñeco, éste fue arrebatado de sus manos con una tremenda mordida por parte de Katsuki, quién salió disparado lejos de la cocina hacia su escondite –que era realmente el canasto de ropa sucia en su baño–.

El peliverde observó la escena petrificado. Sabía que ganar la confianza de su perro sería difícil, pero no creyó que fuese tan difícil.

Pero él definitivamente lo lograría; si había conseguido que Uraraka e Iida tuviesen una cita, entonces podría lograr lo que fuera. O no se llamaba Izuku Midoriya.

Yay, nuevo fic

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Yay, nuevo fic.

Estoy muy emocionada con la idea, la verdad es que me hace muchísima ilusión porque los animales son mi vida y me pone muy contenta poder escribir sobre ellos 💕

Una disculpa de ante mano por el intento de comedia, banda.

Dedicado a missfaggy & gioshe 💖💗

Who let the dogs out? | 'Tododeku'Where stories live. Discover now