Nadie preparo a el pequeño pueblo para afrontar a un asesino en serie entre ellos.
El pueblo Yoshika es bastante pequeño para alguien como Yuju, también algo aburrido, rutinario junto a sus amigos, pero todo cambio cuando graves asesinatos comenzaro...
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Yuju:
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-¿Entonces que hacemos?-Pregunto Minho sentado en el asiento detrás del auto de Félix, acercándose a nosotros, entre ambos de nuestros asientos.
Estábamos estacionados a unos cuantos metros de la estación de policía y solo faltaba una hora para nuestro toque de queda, aún asi debíamos entrar allí para realizar lo que habíamos planeado hace días.
Robar la evidencia de las últimas víctimas.
-Lo que hemos dicho hace días que haríamos.-Dije observando atentamente la estación, viendo cómo entraban y salían oficiales.
-¿Y eso es?-Pregunto Minho y Félix se giró junto a mi para ambos mirarlo algo enojados.-¿Que? Ya hemos hablado de tanto que me cuesta mantener un poco el hilo a la situación.
-Joder... Lee Minho mira... debemos...-Comencé a decir hasta que Félix perdió la paciencia.
-¡Robar las evidencias!-Soltó Félix y negó con la cabeza, volviendo a mirar a la estación. Su pequeña bufanda que estos días llevaba se corrió un poco para que justo notase un gran chupeton.-Lo que sea, que sea útil Minho, lo que pueda ayudarnos pero principalmente algún diario o teléfono que encuentres de ellas.
Mi mano se estiró, corriendo la bufanda y Félix mirándome sorprendido.-¿Donde has estado estos días? Parece que te has estado divirtiendo.-Dije divertida y el trago saliva nervioso.
-Oh, Wowww Félix... más bien la pregunta es, ¿Con quien has estado? ¿Una maldita vampira o que? ¿Quien es la elegida?-Pregunto Minho y Félix bajo mi mano delicadamente para cubrirse nuevamente algo avergonzado.
-¿Elegida?-Dijo suspirando.-No la hay... es solo una alergia.-Termino por decir y Minho me miro tratando de contener su risa.-No es nada.
-Pronto lo descubriremos Minho.-Dije y el asintió, mientras que Félix nos miró a ambos algo asustado.
-¡Yah! ¡He dicho que no fue nadie!-Se quejó y yo me reí.
-Tus mejillas no dicen lo mismo.-Termine por decir, mientras mire la hora en mi teléfono para después abrir la puerta del auto.-Ahora vayamos antes de que sea la hora del toque de queda.
