six

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Las clases se dieron por terminadas, logrando que DongHyuck pudiese estirarse y dejase salir un sonido de alivio, odiaba las clases de física, su profesor explicaba todo tan rápido que no podía escribir y entender al mismo tiempo. Debía escoger entre solo anotar o escuchar atentamente a su profesor.

— Hyuckkie, ¿Quieres salir hoy? Podemos ir a ese parque que tanto querías ir. — Dejó de estirarse para apreciar al guapísimo canadiense parado frente a él, le miraba con esa sonrisa que siempre causaba estragos en su estómago, DongHyuck le sonrió con esa picardía característica suya.

— Claro, me encantaría. — Mark parecía emocionado, como si quisiese dar pequeños saltitos de alegría, pero en cambio solo miraba al moreno con una sonrisa auténtica.

— Iré por ti a las siete. — Avisó el castaño.

— Trato, guapo, te espero. — Posicionó su mochila en su espalda, despidiéndose de Mark con un besito en la mejilla que solo trajo un sonrojo por parte del mayor. Dong se dirigió a la puerta para poder irse a su casa junto a su mejor amigo.
De solo pensar en JeNo una sonrisa aparecía en su rostro, sin duda extrañaba caminar a casa junto a él.

— ¿Tienes una cita, solecito? — La voz baja del rubio le sorprendió, pero si algo le revolvía el estómago era como esa camisa blanca se ajustaba a su torso, ¿Era posible que alguien sea tan irrealmente perfecto?
Vista desde la perspectiva de un alumno que pasaba, la situación era como un drama de esos donde la protagonista se queda mirando a su amado embobada mientras el protagonista estaba esperando una respuesta ante su pregunta. — ¿Y bien? ¿Que le dijiste a Mark? — JeNo sonreía levemente incómodo, su mejor amigo no hacía más que mirarlo. Unos segundos pasaron antes de que DongHyuck procesara las interrogantes.

— Pues que si, obvio. — Se sentía extraño hablar sobre el canadiense y que el rubio estuviera tan tranquilo, que le preguntara como si de verdad estuviera interesado en su cita, a pesar de que muchas veces fantaseó con cuchichear junto a su mejor amigo sobre las posibles salidas románticas que tendría con Mark, siempre supo que no sucedería pues JeNo era demasiado celoso y en realidad, le gusta.

— Entonces, solecito, hoy no nos veremos. Debes arreglarte y ponerte más guapo de lo que ya estás. — Dong no sabe si fue la sonrisa o el guiño que le provocó cosquillas en su estómago.
¿Que le estaba pasando?

— ¡No! Precisamente para eso te necesito, quiero que me ayudes. — Excusa, eso solo era una excusa. Solo quería pasar tiempo con JeNo, pero no había nada de malo en ello. Son mejores amigos después de todo.
Tomó el brazo fuerte y blanquecino, se apegó a el rubio, siendo el cariñoso DongHyuck que siempre fue.

— Bien, entonces vamos a tu casa, hay mucho en que trabajar. — Gracias a la broma pudo ver la sonrisa que llegaba hasta sus preciosos ojos formando las tan conocidas medias lunas, ¿Desde cuando JeNo es tan hermoso? Cada detalle es precioso.



















🥴💗



















Ni siquiera notó que ya eran las siete, habían pasado la tarde haciendo una pasarela, probándose las prendas más random y sacándose fotos, para cuando se decidieron por uno resultó ser algo muy casual. Un jeans, camiseta blanca, una gran camisa con capucha y unas zapatillas blancas. Outfit a nombre del modista no profesional Lee Jeno, pues decía que Dong se ve increíble con ropa casual.
Para el maquillaje también jugaron, contornos exagerados, demasiado iluminador y unas sombras dignas de una drag queen.
La galería de JeNo estaba repleta de fotos ridículas de DongHyuck, no pensaba borrarlas nunca.

Sin embargo, su burbuja de diversión se reventó cuando escucharon la puerta siendo golpeada. ¿Tan rápido pasó el tiempo? Realmente el tiempo vuela cuando la pasas bien.

— Llegó tu enamorado. — Una exageradamente melosa y llena de burla voz salió de la garganta de JeNo, la manera en que sus mejillas se alzaban cuando sonreía, como sus dientes parecían perlas preciosas, su pelo rubio desordenado porque habían estado jugando, aquello le llevó a penar que quizás su enamorado siempre estuvo ahí.

Espera, ¿Qué?

— ¿Qué esperas, solecito? — JeNo le mirada con tanto amor, se sentía mal al dejarle.

— Oh, sí, cierto. Mi cita. — Su tono tan monótono, tan apagado, hizo que el otro reaccionara. Algo andaba mal.

— ¿Que sucede? ¿Te duele algo, pequeño? — Negó con su cabecita, despeinándose, pero JeNo estaba ahí para arreglarlo, DongHyuck iba a hablar, pero algo le interrumpió. La puerta volvió a sonar. — Vamos, Mark te espera. — Bajaron las escaleras, increíble como JeNo parecía más emocionado que Hyuck. ¿Estaba feliz de verle con otra persona? Pero si se supone que JeNo le ama, ¿Por qué no se opone? ¿Por qué no está celoso? ¿Por qué estaba tan jodidamente feliz?

La puerta fue abierta por JeNo, ya que DongHyuck estaba parado ahí, con su ceño fruncido, demasiado concentrado en el suelo como para abrirle a su cita.

— Oh, Hola JeNo. — Mark parecía extrañado de verle ahí, pero decidió ignorar aquello al ver al moreno. — Wow, Hyuckkie, estás muy guapo.  — Le alagó el extranjero, pero no dijo nada, seguía pensando en como era posible que JeNo estuviera tan tranquilo con esto.

— Discúlpalo, ha estado así todo el día y aún no sé por qué. — El momento era incómodo, entre que JeNo y Mark no sabían que hacer y que DongHyuck parecía muy ocupado pensando en quien sabe qué.

Bueno, nosotras y él sabemos, pero shhh es secreto.

— Bieen, yo debo irme. Que tengan una linda tarde, Mark, por favor, cuídalo ¿Si? — El nombrado asintió, obvio que lo cuidaría. — Adiós, solecito. — Y reaccionó, con ese apodo DongHyuck volvió a la realidad.

— A-Adiós JeNo. — Mientras el rubio se marchaba, siendo observado por su mejor amigo, Mark se preguntaba que debía hacer ahora. ¿Entra a la casa o le pregunta si ya pueden ir al parque?

— Uh, ¿Hyuckkie? — El moreno se sobresaltó un poco, sonriéndole al mayor un poco avergonzado.

— Mark, lo siento tanto, no sé que me sucede. Pero vamos, vamos. — Le sonrió Hyuck.

Se sujetó del brazo del canadiense, se sentía extraño. A pesar de que entre el brazo de JeNo y de Mark no hay tanta diferencia, Dong podía sentir que tomar el brazo del castaño no era cómodo.
Definitivamente algo iba mal con DongHyuck hoy.

follamigos | nohyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora