VIII

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A la mañana siguiente nos despedimos de Sofie y de Lydia y nos dirigimos rápidamente hacia el colegio de Hibernalia. Por suertr, ya había estado allí antes, por lo que nos dejaron entrar sin problemas.

 Por suertr, ya había estado allí antes, por lo que nos dejaron entrar sin problemas

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Tuvimos que ir directamente a la biblioteca del colegio, donde estaba Urag gro-Shub. Era un ogro bastante serio que se tomaba su trabajo al pie de la letra. Una vez cerca de él, le pregunté directamente lo que quería saber. No había tiempo que perder, ya habíamos derrochado demasiado y Harkon podía estar pisándonos los talones.

 No había tiempo que perder, ya habíamos derrochado demasiado y Harkon podía estar pisándonos los talones

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—Hola, Urag. Necesito tu ayuda. Estoy buscando un Pergamino antiguo.

—¿Y qué pretendes hacer con él? ¿Sabes al menos de qué estás hablando o solo eres un mandado?

—Claro que lo sé, y muy bien. No me gusta ir haciéndole recados a la gente. ¿Tienes uno aquí o no?

—¿Acaso crees que, aun en el supuesto de tener uno aquí, te lo iba a dejar ver sin más? Porque creo que estás muy equivocado. Estaría guardado bajo fuertes medidas de seguridad. Ni el mayor ladrón de este mundo lograría ponerle un dedo encima. Por suerte para ti, no es el caso.

—¿Tienes al menos información sobre ellos?

—Por supuesto. Te traeré todo lo que tenemos sobre ellos, pero no es mucho. No te hagas ilusiones. La mayoría son mentiras mezcladas con rumores y conjeturas.

Urag se levantó y me buscó unos libros que tal vez me podían servir.

—Aquí tienes. Intenta no derramar nada sobre ellos.

Los dos comenzamos a leer, el primer libro era Reflexiones sobre los Pergaminos Antiguos de Séptimo Signo.

Imagínate vivir bajo las olas con una bendición de vista fuerte hecha del tejido más excelente. Sujetando el tejido sobre tus agallas, empezarías a respirar (beber) su urdimbre y trama. Aunque las fibras de la materia de la planta imbuirían tu alma, el maldito plancton contaminaría el paño hasta que oliera a profecía de una forma terrible que repugnaría hasta a los dioses. Esta es una manera en que los pergaminos llegaron a existir por primera vez, pero… ¿somos el mar, o las vías respiratorias, o el tejido? ¿O somos la respiración misma?

El corazón del Dovahkiin.Where stories live. Discover now