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Salimos finalmente de clase, hoy no había sido tan pesado, me lo había pasado bien con Manuel.

- Ahora vamos a tu casa, ¿no? - dijo Manuel a la salida.

- Sí, no está muy lejos. ¿Y la tuya? - dije empezando a caminar.

- Tampoco, porque me da demasiada paja caminar mucho en las mañanas recién despierto.

- Ojalá vivas cerca mío, así podemos ir juntos en la mañana.

- Sí, estaría piola, así vigilás que no me atropelle ningún coche, ando muy dormido en las mañanas - dijo él mientras reímos.

Entre tanta platica llegamos a mi casa, frené y saqué las llaves.

- ¿Vivís acá? - dijo Manuel con un toque de asombro en su voz.

- Sí, ¿por qué?

- Yo vivo allá - dijo señalando con el dedo a una casa de la calle de enfrente, casi que vivíamos al lado.

- Nana jodeme, ¿posta?

- Ysi boludo.

- Faa alto vecino tengo - dije finalmente entrando a casa.

- Hola pa - dije cuando me lo encontré en la cocina.

- ¿Que te pasó? - dijo, seguramente por las heridas de mi cara.

- Oh no fue nada, solo estaba protegiendo a un amigo - ¿por qué debería de costarme decir la palabra "amigo"?

- Mm bueno - dijo dudoso, él sabe que yo daría todo por los míos - Hola me llamo Pedro, soy el papá de Mateo - dijo saludando a Manuel.

- Hola, yo soy Manuel, un gusto.

- Bueno pa, vamos arriba que tenemos que hacer un trabajo - dije agarrando de la mano a Manuel, para llevarlo hacia arriba.

- Un momento ¿Te querés quedar a  cenar? - preguntó mi papá haciéndonos parar.

- Oh no, muchísimas gracias pero mi mamá me está esperando.

- Para la próxima será.

- Dale - dijo sonriéndole, se llevan bien, me gusta.

Subimos, aún agarrados de la mano, yo no me había dado cuenta y al perecer Manuel tampoco.

Llegamos a mi cuarto, íbamos a dejar nuestras mochilas hasta que finalmente nos dimos cuenta.

- Oh, emm, perdón - no sabía exactamente porqué estaba pidiendo perdón pero ya fue.

- N-no pasa nada - dijo él un poco nervioso.

Sacamos nuestras cosas. El trabajo era sencillo, habían varias preguntas, solo teníamos que contestarlas y listo.

- ¿Hacemos hasta acá? - pregunté indicando una de las preguntas, más o menos a la mitad.

- Seh, escribo yo, vos busca información.

- Bueno señor sargento - dije mientras reíamos.

Nos pasamos lo que quedaba de la tarde riendo, hablando y merendando algo.

La había pasado realmente bien, Manuel es una persona interesante.

Llegamos a la pregunta que escogimos para acabar hoy.

- ¿Ya te vas? - le dije a Manuel, quería que se quede un rato más.

- Sí perdón, mi mamá ya me esta echando prisas.

- Bueno, mañana volvés, ¿no? - dije haciendo pucherito - Hay que acabar el trabajo.

- Mañana vamos a mi casa, ¿te parece?

- Me encanta, te acompaño a la puerta - dije agarrando su mochila.

Bajamos y al pasar por la cocina vimos a mi papá.

- ¿Ya te vas? - dijo mi papá, y reímos porque dijo exactamente lo mismo que yo.

- Su mamá ya lo extraña - respondí yo irónicamente.

- Podés volver cuando quieras, acá siempre tendrás tu lugar, me caíste bien.

- Muchísimas gracias Pedro, espero vernos pronto - dijo Manuel despidiéndose.

- Tomá - dije en la puerta dándole su mochila - ¿Me dejás tu celu?

- ¿Para qué?

- Vos confía en mí.

- Mm bueno - dijo confuso dándome su celular tal como le pedí.

Fui a sus contacto, añadí mi teléfono y me agendé como "Mateo el lindo ❤" y le devolví el celular.

- Para que me llames cuando me extrañes - dije riendo.

- Lo haré - dijo él también riendo.

- ¿Mañana vamos juntos?

- Claro, antes de salir te escribo.

- Ponete lindo eh.

- Yo siempre.

- Buenas noches Manu - dije dándole un beso en el cachete.

- Igualmente Teo - nadie me suele llamar así, pero que lo diga él suena lindo.

Después lo seguí con la mirada hasta que vi que entró a su casa. Cerré la puerta y detrás mío se encontraba mi papá.

- Me asustaste tonto - dije, no esperaba que estuviese ahí.

- ¿Te gusta? - preguntó él re directo.

- ¿Qué? No, recién lo conocí hoy.

- Pues no lo parecía.

- Bueno pero es la verdad.

- Ojalá.

- ¿Ojalá qué? - dije sin entender nada.

- Que ojalá te guste él, es muy buen pibe y un amor de persona, valoralo.

Y ahí me quedé paralizado, ¿mi papá quería que estuviesemos juntos? eso es algo que no pasa mucho, mejor dicho, nunca.

Sabía que en la merienda, cuando fuimos a comer junto con mi papá, se habían llevado bien, pero no pensaba que tanto.

Ahora me encontraba en mi cama, intentando dormir, pero no podía las palabras de mi papá resonaban por toda mi cabeza.

¿Manuel aceptaría estar con alguien como yo? ¿Se fijaría en alguien así? Es decir, no es que me guste, pero me da curiosidad, supongo.

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