31. El infierno perfecto

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P.V Héctor

-Ay al fin. - sonrie Andrés abriendo la puerta después de yo haber estado llamando un rato.

Había tardado más porque... para seros sinceros porque no sabía ni que ponerme ni nada.

Era mi primera cita seria.

Y aunque fuera Andrés y sería igual que todas las anteriores quedadas,
no era lo mismo.

-Venga vamos que al final acaban cerrando. - sonrío despeinandome.

Andres sonríe y me da un beso como segundo saludo.

Todavía no me acostumbraba a ser tan cariñoso con él.

Pero quería llegar a lograrlo.

Porque era o con él o con nadie más.

Andamos hacia el centro tranquilamente entre bromas como siempre.

-Tio tenemos que entrar si o si. - dice cuando casi llegamos a la tienda de nuestro grupo favorito.

-Nos van a entrar ganas de comprar todo y te recuerda que soy pobre. - bromeo.

Pero claramente íbamos a entrar para querer todo.

-Ya, pero hay que entrar. - sonríe ampliamente y tira de mi para hacerlo.

Nos quedamos mirando sudaderas y camisetas que había en la tienda.

-Buah, me compraría esta. - señala una de las sudaderas negras.

Me acerco a ella y miro el precio.

No era tan cara como pensaba que iba a ser.

Me quedo un rato pensando y cojo una de su talla.

-Te la compro yo. - sonrío y me dirijo a la caja.

-¿Qué? No hace falta Héctor. - me coge del brazo y yo niego con la cabeza.

-Quiero hacerlo. - le sonrío y pongo la sudadera para que me cobren.

Andrés sonreía ampliamente mirandome.

Una vez dije que por esa sonrisa haría lo que fuera.

Y aquí estaba gastando mis ahorros para regalarle esa sudadera que quería.

Pago el dinero y le doy la sudadera.

-Toda para ti. - sonrío.

Andrés me da un fuerte abrazo y coge la sudadera.

-Joder cuanto me encantas. - sonrie y agarra mi mano para salir de la tienda.

-Tampoco era muy cara... - me encojo de hombros.

-Me da igual lo cara o no que fuera... - se queda mirandome esperando a decir algo más.

Le devuelvo la mirada esperando a que siga o se quede callado.

-Me haces muy feliz, más que nunca. - sonríe ampliamente.

Me quedo quieto ya que no esperaba que dijera eso.

Noto como mi corazón late más rápido hasta como se me calientas las mejillas.

No me jodas Héctor que te vas a sonrojar por una cursilada así.

Lo que hace el amor en las personas.

Me tapo la cara con la camiseta para que no me viera.

Bastante estaba haciendo ya para que después pueda burlarse de mí.

Arder en tu fuego Where stories live. Discover now