DEL ODIO AL AMOR

❥Capitulo 19

-¡Suéltenme! - Gritaba mientras intentaba zafarse de aquellos guardias pagados que trajo aquella mujer.

-Cállate, es hora de que te vayas marchando. - Dijo con cinismo. -No te preocupes por tu hijo, es seguro que encontrarás un buen padre para él. - rió sarcástica. -Llévenselo al calabozo-.

- ¡No!, ¡Madre sultana, ¡¿Por qué hace esto?!- No podía aguantar el dolor de sus brazos. -¡Su majestad la castigara! - Gritaba.

-Hagan lo que quieran con él, por atreverse a golpear a mi yerno. - Se giró en sus talones y fue yéndose de aquel pasillo que nunca en su estadía había conocido. Tanto alfas hembra y macho sonrieron con malicia.

-¡No! - Gritaba llorando el omega, tenía miedo.

-No quiero que me veas como un mal amigo, te ayudare en todo lo que este en mis manos, mi mejor amigo. -Le dio un abrazo sorprendiendo a su amigo omega.

-Muchas gracias, HoSeok. - Lloró en los brazos del omega, tranquilizándose más con el hermoso aroma maternal que desprendía HoSeok

-Ahora, háblame de ti y de él. - Se separaron del reconfortante abrazo.

-Ja ja ja, bueno todo empezó cuando SeokJin no tenía tiempo para ir a lavar las prendas y le hice ese favor, y ya sabes el resto. El fue muy tierno conmigo, nunca se sobrepasó. Hasta hace una semana el solo me dio un pequeño beso en los labios, no quiso ver todo mi rostro aun. Dijo que no era el momento, no hasta que el me elija como su concubino. TODO de él lo amo. - Había dicho con brillo en sus ojos.

HoSeok le dio una tierna sonrisa. Quería mucho a su amigo y lo iba a apoyar en todo. -Pues, cuentas conmigo. - JiMin lo miró sincero y sonriente.

-Te parece si me acompañas al harem, Jiwoo necesita decirme algo importante. - le sonrió.

-Si madam. -

Ambos omegas se levantaron de aquella cama. JiMin llamo a Nazli para que esta llame a las otras criadas y vistan a HoSeok. las criadas lo desvestían con delicadeza mientras una de las criadas escogía uno lindos vedlah que se encontraban en un cofre hermoso de cobre, otra de ellas peinaba el pelo rojo del omega. Un criado se le acercó con un vedlah.

Vistieron a HoSeok con un hermoso vedlah amarillo con bordados de oro en forma de rosas, la parte superior de la vestimenta ahora tenía un estiramiento de tela para cubrir su estómago y espalda. El velo ya no era como cuando era el favorito del sultán, ahora la parte superior era una corona, la parte delantera cubría su rostro y la parte trasera era una especie de capa de seda que le llegaba hasta las rodillas.

Las zapatillas doradas que llevaba eran puestas por una criada que nunca había visto, sus ojos se abrieron mirándola sorprendido, miro a las demás criadas, no eran las mismas que lo vestían.