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– No sabía que había un sitio como este en Beverly Hills – digo admirando el bar en el que Jeromme nos ha metido.

– Es que aquí puedo sacar mi spirit animal – dice extendiendo los brazos mientras caminamos por el local.

Es un bar con la música de Lady Gaga sonando a todo volumen, lleno de luces parpadeantes lilas y rosas y las camareras son Drags. Me encanta.

– Bienvenidos, ¿cuántos van a ser?

– Cuatro – habla Jeromme.

– Seguidme, cielos – miro riendo a Jeromme mientras seguimos a la camarera.

Nos sentamos en una mesa y nos deja la carta de cócteles mientras esperamos a que Connor llegue.

– ¡Me flipa este sitio Jeromme! – brama Nía alucinada.

– Y a mí, ¿por qué no nos has traído antes? – le digo.

– Porque no es tan barato como Lucky Joe's – se encoge de hombros.

Lucky Joe's es un pub irlandés al que vamos casi todos los alumnos de la universidad, es el único lugar en el que hemos descubierto que se saltan legalidad y venden alcohol a menores. Y eso es muy raro tratándose de Estados Unidos.

– ¡Ahí está Connor! – dice Nía.

Todos nos giramos hacia dónde ella señala y nos levantamos.

– ¡Bebé! – corro hacia él y me pilla al vuelo mientras le abrazo.

– Tendré cincuenta años y seguiréis llamándome bebé – ríe él. Tras ese efusivo abrazo me deja en el suelo y abraza a todos los demás.

Una vez hechos los saludos nos sentamos y vienen a tomarnos nota. Todos pedimos un cocktail y nos dejamos asesorar por la camarera, aunque claro, tiene que ser sin alcohol. Llamamos bebé a Connor porque es el pequeño del grupo, el bebé, pese a que parece mucho mayor que todos nosotros juntos.

– ¿Cómo ha ido el verano? – pregunta Nía.

– Hemos estado hablando cada día, todos los días en verano, ¿en serio preguntas que cómo me ha ido? ¡Si ya sabéis todo lo que he hecho con pelos y señales!

Es cierto, tenemos un grupo de WhatsApp en el que hablamos, literalmente, cada día y de cualquier cosa que se nos pase por la cabeza. No nos hemos perdido ni un solo detalle del verano de cada uno.

– ¿Ya han llegado Gaby y Thony a casa? – me pregunta Connor mientras saboreamos nuestros deliciosos cócteles.

– Gaby aún no, pero Thony estaba allí cuando yo llegué – ruedo los ojos y los demás ríen, saben de sobra que no le soporto.

– ¿Sabes? Es una pena que Thony sea tan idiota, yo me lo follaría si no supiera como es realmente – dice Nía.

– Es verdad, pero es un idiota – le doy la razón.

– No es tan mal tío ... – Connor se encoge de hombros y todos le miramos mal – A mí me cae bien.

– Oh, cállate – Nía agarra una pajita y se la tira a la cara y de nuevo, volvemos a reír.

– Eso lo dices porque está en el equipo y sois todos unos machotes – dice Jeromme cambiando la voz y golpeando su pecho como si fuera un gorila.

– No, en serio – ríe él – Si dejas de lado su parte de macho alfa, es buen tío.

– Connor, ya te he dicho que te calles, ¿cuántas veces te lo tengo que repetir? – Nía se burla de él y él le saca el dedo de en medio.

Somos muy diferentes entre nosotros pero ha sido una suerte encontrarnos, nos compenetramos muy bien y nos entendemos a la perfección.

AbroadWhere stories live. Discover now