Capítulo 36. Un millón

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- ¡Ana! ¡Ana! -la voz de Mimi retumbaba en mi cabeza como una taladradora- ¡Ana! ¡Mira esto! -noté que algo, o más bien alguien me zarandeaba y allí me di cuenta que todo aquello no era fruto de un sueño, o más bien dicho de una pesadilla, si no de la realidad.

- Joder Mimi, que estoy durmiendo -respondí mientras me tapaba con el edredón hasta la cabeza para que me dejase de molestar.

- Pero hazme caso Ana, mira esto -me giré de mala gana para ver de qué se trataba lo que me quería mostrar, porque sabía que era la única forma para que me dejase en paz de una vez y pudiera seguir durmiendo- ¡1 millón!

- ¿Qué? -dije mientras intentaba mirar lo que me estaba enseñando Mimi en su móvil.

- Tía 1 millón, en el vídeo -me aclaró Mimi acercándome a escasos centímetros de mi cara el teléfono.

- No puede ser Mimi, ¿estás segura? Serán cien mil... -dije cogiéndole el móvil de las manos para poder verlo bien. 

- ¡Qué sí tía! -respondió Mimi muy emocionada. Cuando por fin lo vi me quedé boquiabierta, refresqué la página un par de veces, debía tratarse de un error, era imposible ¿cuánto tiempo había pasado de la publicación?

- No... no me lo creo -dije mientras empezaba a procesar todo aquello.

- ¿No lo ves? Un millón ¡Enhorabuena Anita! Estoy tan orgullosa de ti -continuó Mimi dejándome un beso con fuerza en la mejilla.

- Pero, ¿qué hora es?

- Las 9 -respondió Mimi sin entender el por qué de mi pregunta.

- ¿En 9 horas? ¿¡Un millón en 9 horas!? -dije en voz alta mientras intentaba asimilar lo que aquello suponía.

- ¡Sí! -respondió Mimi casi gritando. No pude contener la emoción una vez fui consciente de todo aquello y me empezaron a caer lágrimas de los ojos, lágrimas de emoción. Después de tanto esfuerzo todo había merecido la pena y por fin podía respirar aliviada, les había gustado, le había gustado a mi jefa, a la productora y lo habían visto hasta 1 millón de personas. ¿Cuánto son un millón de persona? No era consciente de la magnitud que eso suponía, sin duda no estaba preparada para recibir aquella noticia, me pilló por sorpresa. Mimi me abrazó, fue un abrazo largo y sincero, un abrazo de felicidad.

- Tengo que llamar a mi jefa, necesito saber más.

- Sí claro, ¿me voy?

- No -dije sonriéndole a Mimi- quédate.

- Me quedo - dijo devolviéndome la sonrisa.

Marqué rápidamente el número de mi jefa, se me hizo eterna la espera pero cuando ya iba a colgar me respondieron al otro lado del teléfono.

- Sí?

- ¡Hola! Soy Ana.

- Ay, hola Ana, ya lo has visto ¿no?

- Sí, lo acabamos de ver, digo, acabo de ver.

- No me queda nada más que felicitarte, no te voy a negar que la canción es muy buena y parte de las visitas se deben a eso y la fama de Lola, es una de las top del país actualmente.

- Sí claro -le respondí dandole la razón.

- Pero el videoclip está a la altura y tú has tenido mucho que ver en esto, es uno de sus mejores estrenos, si no el mejor.

- Estoy encantada de haberlo hecho, no lo dudes. ¿Han salido ya las críticas? ¿Está gustando?

- Ana, tiene un millón de visualizaciones, ¿crees que las tendría si no estuviera gustando?

- Pues no...

- Allí lo llevas, las críticas empezaran a salir al mediodía, pero no te obsesiones, ya te dije que te tomaras el día de hoy libre. Y por favor, descansa, que esta tarde tienes una sorpresita!

- ¿Cómo?

- Te dejo, que me llaman por la otra línea.

- Pero espera, ¿qué sorpresa? -cuando terminé la frase mi jefa ya me había colgado el teléfono.

- ¿Qué? -dijo Mimi que esperaba impaciente que le contara lo que me había dicho.

- Me ha dicho no sé que de una sorpresa, pero no me he enterado mucho y me ha colgado -dije algo extrañada.

- Ana, seguro que te van a subir el sueldo.

- Sí, seguro, me van a dar un millón de euros -dije vacilando a Mimi.

- Que sí, ya verás -insistió Mimi- ¡tú me sacas de pobre! 

- Vas apañada.


🖤🖤🖤


Ya era la hora de cenar, y ya casi me había olvidado de lo que me había dicho mi jefa "esta tarde tienes una sorpresita" seguro que lo había entendido mal, no me había dicho nada más y ya eran pasadas las once de la noche, así que no habría ninguna sorpresa ni tampoco me subirian el sueldo tal y como quería vaticinar Mimi. Estaba en el sofá, con ganas de irme ya a dormir mientras Mimi terminaba de preparar la cena, tenía el mando del televisor mareado de las vueltas que le estaba dando con la mano.

- Ya casi está -dijo Mimi dejando dos vasos encima de la barra de cocina. Me levanté para ir a cenar, dejé el mando encima de la mesita y cogí mi móvil. Anduve hasta la barra de la cocina como un autómata, y en el momento que Mimi dejaba los dos platos de pasta encima de la mesa, me senté en una de las sillas.

- ¡Que buena pinta! -dije mientras cogía algo de comida con el tenedor- ¡Buenísimo! -continué nada más meterme la pasta en la boca.

- Eres tan feliz con tan poco -dijo Mimi riendo- Te quiero -continuó mientras se sentía para comer- ¿Que tal?

- Bien, algo cansada, me iré directa a la cama -Mimi puso cara de pena- No te quejes que eres tu la que me ha hecho madrugar -continué.

- Bueno, pues voy a mirar mi serie si no quieres hacerme compañía -dijo Mimi fingiendo que estaba ofendida.

- ¡Anda que te quejarás! -respondí.

- Te llaman -dijo Mimi señalando mi móvil.

- ¿A estas horas? A ver quién coño es -respondí mientras cogía el móvil y deslizaba para responder a la llamada.

- ¿Hola?

- ¿Eres Ana Guerra? -me preguntaron al otro lado del telefono.

- Sí, ¿quién eres?

- Adivina

- No esoy para bromas, ¿has visto la hora que es? -Mimi me miró con cara extrañada intentando preguntar con la mirada que es lo que estaba pasando.

- Vale, vale, entendido... Soy Lola Índigo.


Miércoles 15 de abril - Día 33 de confinamiento


Atrapadas en Madrid | ‪WARMIWhere stories live. Discover now