《 Epílogo 》

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En el mundo existen personas que lo tienen todo y otras que no tienen nada, es parte de la justicia ciega con la que nos vemos obligados a lidiar, pero…lo cierto es que hasta juzgar esto que parece tan sencillo, puede llegar a complicarse mucho

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En el mundo existen personas que lo tienen todo y otras que no tienen nada, es parte de la justicia ciega con la que nos vemos obligados a lidiar, pero…lo cierto es que hasta juzgar esto que parece tan sencillo, puede llegar a complicarse mucho. Shouto Todoroki provenía de una buena familia, tenía una enorme casa, recibió siempre la mejor de las educaciones y el dinero nunca le había faltado; Izuku Midoriya estaba rodeado de amigos y otras personas realmente especiales, a su lado siempre tuvo una madre amorosa y poseía un corazón valiente capaz de luchar por lo que creía correcto sin importar nada más… ¿Quién de los dos era el que no tenía nada? ¿Quién de ellos lo tenía todo? …o tal vez, no era realmente necesario responder algo como eso, quizá lo único que necesitaban era encontrarse en este mundo y de esa manera, poder complementar a la perfección todo lo que eran hasta quedar convertidos en un solo ser.

Oh, sí, los caminos de la vida son más que enrevesados…pero eso también los convierte en una aventura.






-¿Todo bien por allá?- preguntó el joven de cabellos verdosos a través de la pantalla de la computadora que se encontraba en una linda mesita cerca de la ventana, consiguiendo ver a su mejor amiga al otro lado, en un facsímil aceptable de todas aquellas charlas  que habían compartido por años como amigos

Izuku estaba verdaderamente encantado con el regalo que le había hecho el bicolor en su recién pasado cumpleaños, un momento especial en el que sus dos mundos se habían cruzado por primera vez puesto que la mansión entera se llenó con la familia y los amigos del peliverde, mientras que los hermanos Todoroki no se habían ido aún, demasiado divertidos como para renunciar a los buenos recuerdos que estaban formando entre todos en ese momento, uniendo todo eso a sus muchos nuevos amigos; en realidad la portátil había sido su segunda sorpresa, la primera había sido esa maravillosa fiesta en el jardín, pero ambas le habían encantado puesto que con el aparato ahora él podía comunicarse con todos sus seres queridos cuando quisiera mientras se mantenía en reposo y de paso también podía seguir escribiendo.

Su Shouto sin duda era de lo más tierno en este mundo.

-Por supuesto- aseguró la castaña, satisfecha por el buen semblante que tenía su amigo -Sabes bien lo mucho que me agrada Fuyumi- agregó

Habían pasado ya muchas cosas desde que las aguas dejaran de arremolinarse a su alrededor y la paz volviera a reinar en la casa de la familia Todoroki. Ayako se había recuperado poco a poco pese a su resistencia de tomarse las horribles medicinas que sus tíos le traían, y su adorable sonrisa volvió también a sus labios casi de inmediato, porque esa horrible pesadilla al fin había terminado y estaba de regreso en casa ¿Qué podía ser mejor que eso? Solo ver como su padre y su mamá Izuku se quedaban siempre a su lado para cuidarla; la reconciliación de estos había sido bastante tranquila también, después de todo, el bicolor era la persona más sincera del mundo y el peliverde solo tenía amor y felicidad en su corazón, de modo que aclararon todas las dudas que sentían, todo aquello que les causaba aunque sea un poco de culpa y se permitieron a sí mismos ser completamente felices de ahí en adelante…la maravillosa noticia que Midoriya guardaba, y que reveló esa misma noche a su amado, solo sería un motivo más para agrandar la felicidad de Shouto…porque nunca se había atrevido a pedirle nada a la vida y ahora esta le daba absolutamente todo ¿Cómo no ser feliz? Por otra parte, Jiro había contado todos los detalles del plan de la pelinegra que tenía por jefa y también las amenazas de las que había sido víctima en ese tiempo de fuga, lo que fue de ayuda, no porque eso la exonerara completamente de haber actuado como cómplice, pero Shouto y Eijiro le dieron su apoyo desde el principio porque la conocían bastante bien y sabían de su buen corazón. Alarmada por la demanda que sin duda iba a caerle por chantaje, negligencia y evidente secuestro de una menor, Momo Yaoyorozu desapareció sin dejar atrás más que los papeles de divorcio firmados de manera completamente legal, en un evidente intercambio de libertad por libertad…pero eso hubiera sido demasiado sencillo para ella, algo que el mayor de los Todoroki no estaba dispuesto a permitir; Toya se aseguraría de que su ex-cuñada pagara justamente por todo lo que había provocado a su familia en todos esos años.

Con ayuda de la luz que ahora habitaba dentro de esas cuatro paredes: Toya, Fuyumi, Natsuo y Shouto, por fin pudieron dejar atrás todo el dolor del pasado que tanto los atormentaba en mayor o menor grado y volver a iniciar.

-Me alegra que puedas ayudarla en eso- comentó Izuku acomodándose frente al aparato; su vientre había crecido en ese último tiempo pues ya rondaba los siete meses, pero había quedado a cargo de la enorme casa en lo que la albina viajaba a la ciudad para participar en un proyecto realmente importante -No sabía que la revista en la que trabaja Tensey estuviera tan interesada en comenzar a escribir artículos sobre viajes

-Yo tampoco, pero parece ser una buena idea ¿no crees? A la gente le gusta tener opciones

-Cierto, y ¿quién mejor que ella para contarles como es el mundo?

La conversación sostenida con su peliazul amigo durante la fiesta los había llevado inevitablemente a hablar sobre la familia Iida, a quienes el pequeño pecoso les guardaba un enorme cariño por todo el tiempo que habían compartido y de ahí fue que se enteró de las pretensiones del hermano mayor de su amigo, por supuesto había sido Izuku el que sugiriera la participación de Fuyumi en la redacción por tener una vasta experiencia en el tema y afortunadamente todo había resultado bien, porque la albina había quedado realmente emocionada con la idea de hablar con otras personas que sentían la misma pasión que ella por el mundo y sus maravillas ¿Quizá había permanecido demasiado tiempo en un solo lugar? Era posible, pero de alguna manera, la seguridad de tener un lugar al que regresar, también era algo muy bueno.

-Pienso lo mismo. Ojalá pudieras saludarla, pero está descansando ahora; iremos a la editorial mañana, pero conocerá a Tensey esta noche

-Llámame luego para contarme todos los detalles ¿sí?

-Eso haré- le aseguró antes de continuar con aquellas preguntas que tanto le interesaban –Ahora cuéntame, ¿Cómo has estado?

-¿Yo? Estoy perfectamente, Ochako; los mareos ya se fueron, aunque por alguna extraña razón sigo comiendo más soba fría de la recomendada- comentó sonriendo, al parecer su aun no nacido bebé tenía el mismo apetito particular de su padre –Todos quieren que descanse mucho y Shouto no me deja solo a menos que Kirishima-kun esté cerca para cuidarme

-Y ¿Dónde está ahora el valeroso guardián?

-Salió. No debe descuidar a Kacchan si es que quiere mantenerse vivo- fue el inocente comentario que los hizo reír a ambos, porque de muchas maneras, era muy cierto, aunque al parecer al pelirrojo le gustaba el peligro

-Estoy convencida, pero…ya que mencionaste al gran amor de tu vida…- inició la castaña solo para ver el bonito rostro de su interlocutor teñirse de carmín -Dime ¿sigue siendo tan maravilloso como al principio?

-Lo es- confirmó en medio de un suspiro enamorado -Es más y más maravilloso con cada día que pasa. A su lado…lo tengo todo

Y la joven pudo ver con total claridad que era cierto, sintiéndose muy feliz por eso.

La vida es un ir y venir de todo tipo de emociones que pueden poner nuestro mundo de cabeza en más de una ocasión, muchas de esas emociones son efímeras, otras arden como un fuego intenso hasta terminar por desaparecer, pero, otras tantas se aferran a nuestros corazones con envidiable tenacidad y lo cambian todo a su voluntad; lo que significa que no debemos cerrarnos a la oportunidad de sentir, porque nunca sabes de donde llegará ese sentimiento tan especial que va a transformar tu vida.

-Me alegro mucho por ti, pero prométeme que en cuanto Todoroki-kun se decida a formalizar la cosa entre ustedes, seré la primera persona en enterarse ¿sí?- rogó con un tono tan dulce como decidido en su voz -¡Promételo, Izuku!

-Sí, sí…lo prometo

Al terminar la videollamada, la habitación se sumió en un plácido silencio; cierto es que al peliverde le encantaba hablar con su amiga de cualquier cosa, pero ese último tema no se lo había esperado, o, mejor dicho, había esperado que no se presentara durante la conferencia y es que no tenía una respuesta para ello. Shouto le decía a diario lo mucho que lo amaba, él lo sentía sincero y aunque antes de todo ese desastre habían hablado sobre el matrimonio, el tema había quedado guardado desde entonces…no es que fuera algo imperativo en su vida, Izuku no necesitaba un anillo en su dedo para sentirse más unido al bicolor que tanto amaba, pero igual se preguntaba a diario si el mayor habría cambiado de opinión o algo parecido…esperaba que no…de todas formas aún no había reunido el suficiente valor para preguntarle.

-¡Mamá! ¡Mamá!

Fueron los dulces gritos que anunciaron la llegada de ambos bicolores a casa, y en efecto, la puerta del saloncito solo tardó un par de minutos en ser abierta para revelar a un pequeño ángel con zapatillas rojas que cargaba con un enorme ramo de rosas que prácticamente la ocultaban de la vista de todos.

-Estamos de regreso, cariño- anunció el bicolor sonriendo divinamente entrando en la habitación y encaminándose en dirección al peliverde para besar suavemente sus labios, sentándose en el brazo del sillón

Pasando por la florería después de encargarse de muchos otros asuntos, la pequeña Ayako se había empeñado en llevarle rosas al peliverde para hacerlo sonreír y Shouto no había podido refutar esa maravillosa lógica, por lo que ambos Todoroki se tomaron cerca de media hora en seleccionar las más perfectas flores que habían en el local para confeccionar ese ramo tan especial…puede que se hubieran dejado llevar un poco, pero a pesar del tamaño y el peso extra, la niña se había negado a dejar que su padre lo llevara…

-Bienvenidos- saludó el pequeño sonriendo por la adorable imagen

-Mira, mira- inició la pequeña caminando con todo cuidado -Papá y Ayako consiguieron este regalo para mamá

-¿Son para mí?

-Sí, sí

-Muchas gracias, mi pequeña Ayako- el corazón de Izuku no podía estar más lleno de emoción que en ese momento, teniendo a esas dos maravillosas personas a su lado, y no pudo hacer más que sonreír -Gracias también a ti, Sho-chan

-¿Llegó ya mi hermanito?

Ambos adultos rieron discretamente por la inocencia de la criatura.

Ayako parecía ser una experta para asimilar noticias impactantes, o eso pensaban todos los habitantes de la casa. ¿Qué el peliverde iba a ser su mamá de ahí en adelante? Pues perfecto, porque ella no quería a ninguna otra persona en ese puesto tan importante ¿Qué dentro de poco se iba a transformar en una hermana mayor? La noticia la había hecho muy feliz, solo le molestaba el hecho de que el bebé se tomara tanto tiempo en presentarse.

-Tendrás que esperar un poco más, pequeña- comentó Shouto acariciando los lisos cabellos de su hija; sin duda ese día no podía ser más perfecto, pensaba…o talvez sí -¿No tenías otro regalo para Izuku, cariño?

-¿Otro regalo?

El pequeño pecoso fue rápidamente invadido por la curiosidad, más que ninguna cosa al ver como la niña comenzaba a rebuscar rápidamente en los bolsillos de sus pantalones cortos y de su abrigo azul, hasta dar con lo que fuera que necesitaba; parecía ser pequeño, pues cabía a la perfección entre sus dos manos, y loca de contento, la niña comenzó a brincar satisfecha por el resultado:

-¡Aquí está! ¡Aquí está! Papá le dijo a Ayako que no lo perdiera y Ayako lo ha cuidado bien ¿verdad, papá?- preguntó extendiendo a su padre la cajita negra que consiguió dejar la mente de Izuku en blanco

-Sho-Shouto, ¿Qué-que-que-que es esto?

-Me parece que…aún no te lo he propuesto de la manera correcta ¿no es así, amor mío?

Semanas de planeación habían pasado por sus vidas hasta que el bicolor entró en razón de que no necesitaba de una ceremonia especial para comunicarle sus sentimientos…eso nunca había sido importante para ninguno de ellos y por eso mismo, días antes, él y la niña se habían encerrado sospechosamente en su habitación solo para comprar en línea el que debía ser el anillo perfecto para el joven de ojos verdes; Ayako no había querido quedarse atrás cuando llegó el momento de ir a recogerlo.

-Izuku Midoriya, me siento afortunado de tenerte en mi vida- comenzó Shouto mientras se ponía de rodillas frente al sillón en el que descansaba su amado y lo miraba con toda adoración –Llegaste como un torbellino de energía y fuerza, y una tras otra, derribaste todas las barreras que tenía por miedo a salir herido, es por eso que ahora soy solo tuyo…por siempre y para siempre…eso es lo único que quiero: tú y yo, juntos para siempre…y por eso mismo estoy aquí, para pedirte, como un hombre completamente enamorado, que me permitas hacerte feliz en esta y todas las vidas que tengamos para compartir; mi amado Izuku, ¿Quieres tú…casarte conmigo?

-S-sí… ¡Sí!- consiguió pronunciar en medio de sus sollozos mientras que en su dedo se acomodaba un anillo plateado adornado con una brillante esmeralda

-Izuku Midoriya, me siento afortunado de tenerte en mi vida- comenzó Shouto mientras se ponía de rodillas frente al sillón en el que descansaba su amado y lo miraba con toda adoración –Llegaste como un torbellino de energía y fuerza, y una tras ot...

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Es normal que las historias terminen con campanas de boda e impresionantes fuegos artificiales que refulgen en cielos claros u obscuros por igual…si lo piensan bien, la imagen no podría ser más hermosa, pero…pocos recuerdan que ese no es nunca el final.

Shoichi llegaría a este mundo dos semanas antes de lo planeado, con sus lisos cabellos de color verde y los heterocromáticos ojos de su padre, solo para iniciar su propia historia rodeado de una familia llena de amor; y ese soleado día de boda en la restaurada mansión, no sería más que una parte de su historia…una maravillosa e inolvidable, sin lugar a dudas, pero Izuku sabía mejor que nadie el valor de cada uno de esos acontecimientos y quería vivir los más posibles, en tanto un hombre de nombre Shouto Todoroki estuviera siempre a su lado, para compartir los buenos momentos, para luchar a su lado cuando fuera necesario y para poder cumplir juntos todos sus sueños.

Más, al fijar su verde mirada en el cielo salpicado de nubes de algodón que parecían brillar gracias a los rayos del sol, estuvo seguro de poder ver tres figuras desde que lo más alto lo observaban con grandes sonrisas y miradas de orgullo y cariño, porque no importa la muerte mientras exista el verdadero amor en nuestros corazones…aquel sentimiento que nos une a través del tiempo y la distancia.

Y una sonrisa se formó en sus labios antes de regresar al lugar que le pertenecía por derecho: los brazos de su esposo.




Retornando A Tus Brazos (Tododeku)Onde histórias criam vida. Descubra agora