8.Retirada

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Cuando sus rostros se vuelven a encontrar, Naruto tiene una expresión apenada. Le da escalofríos entenderlo.

-...Siempre confiaré en ti. En tus palabras, en tu amistad... no quiero que lo nuestro cambie por...-

-Porque me enamoré de ti.- El más alto se adelanta para concluir la frase del rubio. Y entonces se dan cuenta de que anocheció, y de que ambos están experimentando esa situación incómoda del desamor.

- Sigues siendo Shikamaru... El mismo de siempre.- Una mano se posa en su espalda con una fraternidad repulsiva. Quiere que la tierra lo devore. Que le caiga un rayo.

-La aldea le dará caza al criminal rango S Uchiha Sasuke, miembro de Akatsuki. Tus compañeros, Naruto, estamos de acuerdo con ello y participaremos en su detención.-

El jinchuriki del zorro de las nueve colas, acostumbrado a las malas noticias simplemente retira su mano y baja la mirada herido.

- Temía que vinieran a decirme eso... Tiene sentido, digo...- Lleva sus manos a la nuca con un poco de cansancio y deja salir un largo suspiro. - Lo esperaba de todos, y probablemente estén en lo correcto...-

Shikamaru cierra los ojos con el corazón abatido y la mente hastiada. - Deberías simplemente procesarlo... Nunca te confiarán a ti el traerlo. Saben que no podrías hacerle daño. Enviarán asesinos expertos. A sus mejores hombres.-

- Deja de hablar como si fuera a permitirlo. No importa cuánto insistan. Yo traeré a Sasuke de vuelta a la aldea, y todo será como antes.-

...

Pasan muchas cosas. Desde alianzas hasta guerras.

Mientras el caos se avecina, el apellido Uchiha se embarra hasta el cuello. Mientras más se enturbia la historia de los ninjas, más dudas tiene sobre el verdadero proceder de las autoridades de Konoha en ciertos momentos.

¿Era acaso, su nación, verduga de otras naciones?
¿Su vida era descartable? ¿Los shinobi eran solo eso? ¿Armas?

En su vida imaginó la guerra. Y mucho menos, cómo fue vivirlo en carne propia. No imaginó estar parado a sus diecisiete años de vida frente a una enorme planta controlada por un omnipotente dios, fuera por completo de su entendimiento y alcance.

No quedó más que sobrevivir.

Todavía los escucha, esos gritos, el miedo en los ojos de sus amigos, la sangre regada por doquier... Su padre.

Murieron por restaurar la paz, aquella que unos pares enfermos les arrebataron.

Ya no es un niño y la geopolítica no le es ajena. Lleva tiempo sin anteponer su tiempo libre y ocioso, al estudio y las obligaciones. Ocupar el lugar de su fallecido progenitor le exige cultivar su sabiduría y su intención es dejar de perseguir fantasmas.

Allí se acercó a ella por primera vez por propia intención. Una chica linda (porque el cabello rubio y la piel tostada son la endemoniada perdición del infeliz), inteligente, audaz.
Cuando pasan tiempo juntos, simplemente puede imaginarlo, una vida a su lado. Recuerda a su madre y a su padre tomando el desayuno en la mañana, sonriendo en algún momento y cree que tal vez eso es la felicidad.

Temari tiene unas lindas piernas que disfruta tocar. Sus ojos verdes lo miran con un profundo afecto.

Naruto se consagró como héroe no solo de las cinco grandes naciones, sino que de la humanidad. Sus poderes ascendieron básicamente al nivel de un dios, por lo que mientras él viviera, ninguna aldea militar volvería a intentar desafiar la paz que se hirguió con sangre y vidas.

Sasuke, que peleó contra él al final de aquella guerra infernal, simplemente se rindió, entregó y luego fue dejado en libertad para que vague por el mundo. ¿Quiere redención? Sakura lo espera como en una ensoñación. De cierta manera siente lástima por ella y trata de evitarla.

Naruto por su parte, ya no vive en desesperación y confía en que su amigo volverá en algún momento, luego de expiar sus pecados, luego de reconstruir lo que le quedaba de cordura. Sus paseos por la aldea están plagados de elogios y tiene muchísimos admiradores. Cuenta diecinueve años y hace pocos meses pegó su último estirón, pasando a casi todos los varones de su generación... Incluyendo a Shikamaru. Su cabello rubio está más corto y su rostro más despejado, además de que su sonrisa es más madura y encantadora.

Aún se permite el gusto de quedarse mirándolo. Como embobado, mientras hablan o beben, cuando pueden ser amigos.

Shikamaru tiene 19 años, es consejero del Hokage debido a su capacidad de raciocinio innegablemente superior a la del resto de shinobis, y como representante del clan Nara.

Aún despierta empapado en sudor, atormentado por lo que sus ojos presenciaron, porque un ninja debe saber suprimir sus emociones, pero lamentablemente él es demasiado humano.

Como junnin consagrado, lleva una vida sencilla y monótona. Se mudó recientemente a una pequeña casa cerca de la de su madre. Entrena lo suficiente para mantener la forma y le dedica tiempo al desarrollo de técnicas y al aprendizaje, pero trabaja en una oficina el resto del día.

Tiene una relación de dudosa definición con una junnin de la aldea de la arena, a la que ve con poca frecuencia. En quien piensa en ocaciones, y a quien guarda un profundo respeto.

A veces siente que la vida podría ser así de sencilla.

Dónde alguien te quiereWhere stories live. Discover now