Capítulo V

1.8K 467 120
                                    

Si antes Katakuri estaba estupefacto, ahora no habían palabras para describir su expresión.

—¡Si vas a matarme, hazlo de una maldita vez! —le gritó (Tn)—. ¡Pero no me sacudas de aquí allá aún a sabiendas del estado en el que mi cuerpo se encuentra! —Volvió a darle una bofetada en la misma mejilla. Esta vez él se lo permitió. Esperaba el golpe—. ¡Siento morir de dolor, idiota!

Katakuri permaneció con la cara volteada por algunos instantes en los que, se sintió culpable dado que no recordó nada acerca de los golpes y heridas de las que(Tn) aún no se recuperaba. La colocó con mucho cuidado en el piso, e hizo un sutil gesto de culpabilidad al mirarla sentándose sobre las pantorrillas para abrazarse de las costillas.

Quería seguir llorando, pero aunque llorara, el dolor punzante de sus órganos internos y sus huesos parecía aumentar. La herida de su estómago no se había abierto de nuevo pero la molestia era agonizante.

—¿Lloras por el dolor de tu cuerpo o por el terror de ver mi cara? —preguntó Katakuri, con un tono de voz un poco más calmado, a la vez que se colocaba de nuevo su bufanda.

—¿A quién carajo le interesa tu cara? No sé porqué le das tanta importancia al hecho de que te haya visto. Siento un dolor infernal en mi cuerpo y en mis heridas... ¿tú crees que tengo cabeza para asustarme por un par de cicatrices y unos colmillos?

No dejaba de presionarse las costillas. Sus heridas punzaban como si estuviese siendo apuñalada por hielo de nuevo. E inclusive había olvidado el hecho de que estaba desnuda en el piso.

—¿Crees que parezco un pelícano anguila? —Inquirió con temor de escuchar la respuesta.

No estaba pensando claramente, de modo que le era muy difícil prever lo que ella contestaría.

(Tn) se puso de pie con dificultad. Se acercó a él, y comenzó a patearle las pantorrillas mientras decía:

—¿Eres tan débil como para desestabilizarte emocionalmente por lo que otro piense de tu apariencia? ¡Eso es patético, Katakuri! —Continuaba pateándolo. Él le permitía desahogarse—. Pensé que alguien de tu calibre no podría tener ni una gota de debilidad. Resulta que sí la tienes, ¿y por algo tan insignificante como tus cicatrices? Nunca creí que te importara tanto lo que otro pudiera pensar.

—Dilo, soy un pelícano anguila —murmuró. Se sentía afectado por lo que escuchaba. Estaba consciente de que (Tn) tenía razón, pero quería saber qué era lo que ella pensaba sobre él.

—Estás bien tal cual eres —dijo, (Tn).

Katakuri abrió los ojos, incrédulo. Recordó que esas fueron las palabras de Brûlée cuando era una niña. Aquel día, ella resultó terriblemente herida a manos de unos rufianes a los que él le hubo de propiciar una paliza porque se burlaban de su apariencia bestial y despreocupada al comer donas.

«Estás bien tal cual eres, onii-chan». Le resonaba en la cabeza, la voz de su hermana menor.

—Es una idiotez cubrir tu cara por algo que lo único que hace es agregarte más personalidad y originalidad. —Le espetaba (Tn) sin parar de patearlo. Sus golpes se iban volviendo descuidados y cada ves más débiles—. ¿En serio te molestó que yo te viera tanto como para querer matarme? —Le cuestionó, ya que sintió su sed de sangre—. ¿De verdad te ciegas por algo tan insignificante?

Él se quedó escuchando en silencio.

—Pero si no querías salir de la bañera después de verme... es porque te asustaste de mí —replicó Katakuri.

—¿Te das cuenta el estado en el que me encuentro? —le cuestionó, sin dejar de golpearlo. Ella lloraba de frustración—. ¿Crees que me puedo defender? ¿Eh?

ESTOCOLMO  ━━ [Finalizado] 《28》Where stories live. Discover now