II

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El alba se alzaba brillante y gloriosa. "Deben ser cerca de las 5:30" Pensó el mayor. Durmió cerca de 7 horas sin contar el tiempo del coche. Había despertado hace un rato, podía haber hecho una infinidad de cosas: terminar de acomodarse en su hogar de paso, organizar sus pinturas, o incluso volver a dormir. Como habrán adivinado, no hizo nada de eso: se quedó ahí, simplemente admirando el encanto de vivir. De vivir temporalmente junto a ChanYeol.

Durmieron juntos. Ya estaban acostumbrados al calor del otro, sin contar que la casa se sentía tan solitaria ¿Alguien los puede culpar de querer encontrarse entre sus sueños y sus sábanas?

Lo admiró tanto como pudo, pensó en dibujarlo, pero no quería quitarle el ojo de encima. El menor tenía todo el cabello revuelto y pegado al rostro por el sudor, fruncía cada tanto el ceño y parecía que fuera a despertar, pero sólo enterraba más su rostro en la almohada. BaekHyun jugó un poco con su cabello e intentó arreglarlo torpemente. Se estremeció cuando el azabache dio la vuelta y alcanzo a vislumbrar algo en su hombro. ¿Cómo no lo había visto antes?

Le rogó a los dioses que tanto despreciaba, realmente rogó por estar equivocado. Esperaba que fuera tinta china mal empleada o algo así, porque ¿Quién sería capaz de marcar a su príncipe con hierro?

Volvió a buscar la marca, e imposible no verla. Se vanagloriaba en la espalda del menor. ¿Quién fue capaz de algo así? ¡Marcarlo como si de un sucio animal se tratase! No tuvo que hacer mucho esfuerzo en averiguarlo, con tan sólo ver el hiragana ahí escrito era evidente que había sido el abuelo de ChanYeol. Byun nunca pensó que podía odiar tanto a un muerto.

- Deja de mirarme tanto. Me terminarás desgastando.

- Buenos días a ti también, Dorian. – Siendo honestos, a BaekHyun le encantaba como sonaba; "Dorian, Dorian, Dorian" incluso si se le dificultaba la R y terminaba sonando extraño.

- ¿Cuánto llevas despierto? – ChanYeol se desperezaba de a poco mientras se giraba para saludar al mayor.

- Lo suficiente como para ver el amanecer, pero no como para decidir levantarme aún. – Era el primer momento en el que sus ojos se encontraban, era una buena manera de iniciar el día.

- Tienes ojos bonitos, Byunnie. – El menor delineaba las facciones del mayor con una ternura incontenible.

- Diré lo mismo de la saliva seca que tienes. Vamos, levántate; tenemos que acomodarnos hoy. Si queda algo de tiempo podemos ir a la aldea. ¿Qué te parece? – BaekHyun se desperezaba de a poco y hablaba de manera cantarina. Cualquiera que lo haya conocido hace unos años y lo encontrará hoy, no lo reconocería en lo absoluto.

- Eres tan malo conmigo ¿No te he dado mis mejores días? – ChanYeol intentaba parecer profundamente ofendido, pero era imposible tomárselo enserio cuando se había escondido bajo los cobertores. - ¿No es mejor quedarnos aquí todo el día?

- Deja de hacer que suene tentador. Mañana necesito comenzar con el trabajo de ZiTao, y detesto trabajar en el caos.

- ¿Se conocen hace mucho? – Yeol había salido de los cobertores, pero se negaba a pararse de la cama ¡Hacía mucho frio!

- Lo conocí en la universidad de Tokio. Hace más o menos, no lo sé, quince años, creo. – BaekHyun iba ordenando por los alrededores del cuarto; colgando la ropa de ambos, recogiendo baratijas e intentando poner sus libros en el único estante.

- ¿Te gustó ir a la universidad? – ChanYeol esperaba con cierta curiosidad la respuesta del castaño. Él mismo había intentado asistir a la universidad, pero simplemente no aguantó más de un mes en Oxford y huyó.

The Portrait •Chanbaek•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora