Capítulo 1

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Misión

     Pasaron unas dos semanas después de que me quedara en la guarida de la Orden. Sirius me había dejado quedarme en una habitación, la de Carina Black. Él dijo que normalmente no la dejaría, y que si viniera más gente ya se las apañaría el para colocarlos a todos, pero que no preocupara.

     No hablábamos mucho, bueno, en realidad yo no hablaba casi nada, si soy sincera. Mi rutina consistía en levantarme, lavarme, vestirme, hacerme el pelo y cepillarme los dientes, ir a por un libro de la biblioteca de la familia y encerrarme en mi cuarto, comer algo que yo preparara (Kreacher cocinaba asqueroso y Sirius tenía pereza), y volver a encerrarme en mi habitación hasta el día siguiente.

     El pergamino que me había dado Dumbledore antes de marcharse, en realidad era una lista de todos los miembros de la Orden. Conocía unos cuantos, pero no llegaba ni a la mitad. Habría al menos unos treinta en la lista, y creo que iba en aumento porque en dos ocasiones vi un nombre nuevo. 

     Lo que más me gustó, fue el hecho que Buckbeak se encontraba en la casa. Estaba justamente en lo antes era el dormitorio principal, el de la difunta abuela Walburga, y os aseguro que a Kreacher no le hacía ninguna gracia.

     Una semana y media después, pude participar en mi primera reunión. 

     Estaba en mi habitación, sentada en una silla al lado de la ventana y leyendo un libro de pociones, bueno, de elementos de pociones en realidad. Me gustaban mucho porque podía ver la relación de pociones entre si y cuanto era la cantidad para equilibrar los diferentes puntos. Nyx estaba en el poste de la cama, durmiendo, cuando me tocaron la puerta.

     -Pasa -dije sin apartar la vista de las hijas de papel.

     -Buenos días Lilianne -era la voz de Remus Lupin-. Me alegra mucho de verte. ¿Cómo has estado?

     Alcé mi vista hasta él.

     -Dumbledore me ha mandado llamarte, dijo que vinieras a la cocina un momento.

     Cerré el libro y lo dejé en la silla de donde me acababa de levantar. Nyx, que se había despertado por la voz del ex-profesor, voló hasta mi hombro.

     Bajamos en silencio hasta la cocina, y allí me encontré con un par de personas que conocía, y otros que no.

     -Buenos días Lily -me saludó el profesor Dumbledore que por lo visto no iba a volver a llamarme por mi nombre completo-. Por favor, siéntate, estamos apunto de comenzar.

     ¿Os digo la verdad? No hizo demasiada gracia.

     Allí, los que conocía eran Dumbledore, Moody (al menos su nombre y aspecto), McGonagall, Snape, Remus, Sirius, Bill y el matrimonio Weasley. Los otros no tenía ni idea de quienes eran, pero creo que tampoco les hizo mucha gracia.

     -¿Qué significa esto? -preguntó Sirius.

     -Os presento a Lilianne, nuevo miembro en la Orden -dijo simplemente el director mientras yo tomaba silla en una esquina apartada.

     -Es solo una niña Albus -decía Molly-. No puedes...

     -Ya esta hecho -la replicó.

     -La Orden del Fénix la forman solo magos mayores de edad que ya han terminado los estudios -dijo Lupin-. La última vez Thonks no entro porque era demasiado joven.

     -¿Ahora también hacemos de niñeras? -preguntó Moody, quien se acercó y puso sus dos ojos en mi, escaneándome-. No sabemos si es de fiar, y Voldemort ha estado en contacto con ella en varias ocasiones, ¿Cómo sabemos que no hará ninguna tontería? Podría hacer una estupidez, es una mocosa.

Lilianne y la Orden del FénixWhere stories live. Discover now