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Al terminar la junta, Steve aprovecho el tiempo para desarrollar una pequeña plática con el genio. Parecía un coqueteo mutuo, lamentablemente ninguno de ellos parecía reparar en ello.

Tony soltaba palabras llenas de picardía y de doble sentido y Steve sólo sonreía hermosamente y lo halagaba.

Parecían dos tórtolos en medio de todos esos agentes.

—Tony... —El soldado bajo la mirada avergonzado por lo que diría—, puede parecer muy apresurado, pero...

—¿Pero? —Anthony no podía despegar sus ojos de ese Alfa. Era como algo casi magnético.

—Bueno, si tú quisieras, me gustaría que nos viéramos de nuevo.

Stark soltó una pequeña risa. Cantarina y ronca.

—Creame Capitán, nos estaremos viendo por mucho tiempo.

Era el encargado del armamento de SHIELD, claro que se verían muy seguido.

—Yo me refiero algo más... Personal. —Dijo en un susurró el soldado.

Tony calló. Sus labios sonrieron sin poderlo evitar.

—Rápido y directo. —Anthony le guiñó un ojo, disfrutando segundos después de la apenada mirada del rubio—. Me gusta.

El Capitán le regreso la sonrisa. Quería ver a Tony y dejar en claro sus intenciones de ahora en adelante, sin embargo, quería que fuera algo más íntimo y no delante de tantas personas.

—¿Le parece mañana? —El castaño saco una pluma, y sin pedir permiso, tomó la mano del soldado—. Tengo mi agenda libre.

Apuntó algo cerca de la muñeca.

—Claro, estaré a la hora que usted me diga. —Se ofreció el rubio.

—De acuerdo. —El genio le sonrió con coquetería—. La dirección se la diré en cuanto me llame.

Bajando su azul mirada, observó los dígitos que el Omega había anotado en su mano. Su corazón dio un salto dentro de su pecho.

Ambos se miraron por unos segundos más, como si el día de mañana fuera muy lejano.

—Tony. —La voz de su mano derecha lo trajo de regreso al mundo real—. Vámonos.

Tony asintió hacía Pepper sin dejar de ver al rubio.

—Esperaré tu llamada, Steve.

—Mañana a primera hora lo haré, Tony.

Sus ojos no querían ver otra cosa que no fueran ellos.

•••

—Es el Omega más hermoso que he visto en mi vida, Bucky. —Su hermano sonrió divertido ante los gestos de Steve.

Parecía estúpidizado.

—¿Anthony Stark? —James recordó todos los informes que había leído de ese hombre. Inteligente –un genio en realidad–, millonario, atractivo pero petulante.

Se notaba a kilómetros que era un hombre de cámaras y fiestas.

—Ese mismo. —Steve sonrió hacia su mejor amigo—. Fue como... Amor a primera vista.

—Steve, no lo sé, Stark es de esos hombres de los que hay que tener cuidado. —Barnes se mordió el labio preocupado.

—Lo sentí Bucky, él y yo tenemos un conexión, algo que... Es difícil de explicar. —El rubio tocó su mano, justo donde estaba el número de Anthony—. Sé que Tony también lo sintió.

Recordó los ojos del Omega. Estos parecían brillar y analizar todo de él, como si no quiera perderse ningún detalle de lo que hacía.

—Vamos hombre. —Bucky se cruzó de brazos.

—Buck... —El Alfa sonrió grande—, él es mi Omega destinado.

Buchanan casi tropieza ahí en su lugar. Miró con ojos grandes al rubio, para después abrir la boca con asombro.

Así que era por eso.

—¿Cuál es su aroma?

Steve sonrió, ignorando el hecho de que no estaban solos.

—Pincel.

James inmediatamente lo felicito. Steve, después de haber dicho algo tan confidencial, cayó en cuenta de la presencia de alguien más.

Detuvo el parloteo de Bucky, y sigiloso, camino entre los pasillos del cuartel.

Steve juraba que hubo una presencia aparte de ellos dos.

—¿Steve?

—Alguien nos escucho. —Respondio serio el soldado.

Su estómago se sintió pesado de repente.

•••

—¿Y esa sonrisa? —Pepper picoteo las costillas de su mejor amigo, contagiandose de su buen humor.

—¿Acaso no notaste la presencia de ese Alfa perfecto? —Anthony se sentía suspirar al recordarlo.

La mujer negó divertida. Había causado una muy buena impresión en Tony.

—¿Conseguiste su nombre y número? —Porque  Virginia sabía que Anthony no dejaría escapar a un hombre como ese.

—Por favor Pepper, conseguí más que eso, su nombre, una cita y le di mi número. —Tony sonrió orgulloso de su azaña.

Potts se sorprendió.

—Vaya, eres rápido.

—La cita me la pidió él, y por supuesto no pude negarme. —El castaño suspiró—. Si hubieras hablado con él Pepper; es jodidamente atractivo, el perfecto Adonis que todas quieren.

Stark sonrió al recordar la manera en que se expresaba. Parecía todo un principe con ese lenguaje tan educado y encantador.

—Sí él tomó la iniciativa, quiere decir que también está cautivado por ti. —Su mejor amiga lo abrazo emocionada.

—Fue una conexión. —Tony se sorprendió por sus palabras—. Sabes que no creo en todo eso, pero, lo que sentí...

El Omega no sabía cómo explicar lo sucedido.

Ambos habían encajado desde que se vieron. Lo sabía, sabía que Rogers también lo sintió.

—Y su aroma... —El castaño cerró sus ojos recordando el olor de ese Alfa. Aun no sabía describirlo con exactitud.

Soltó un pequeño suspiro. Steve Rogers había dejado huella en el corazón del genio con tan sólo una mirada y unas cuantas palabras.

AcianoWhere stories live. Discover now