Capítulo 23

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Después de pasar una tarde con Nora me acosté temprano sin mucho desvelo y fui a la escuela al otro día, ya estaba sin ningún rastro de pelea en mi rostro así que ya no era el centro de atención que fui hace unos días. Por una extraña razón hoy me sentía feliz, sin problemas y sin amarguras matutinas, y para variar, la primera clase que tendría sería con la hermosa profesora Milkovic y su clase de química.

Hoy había otro juego de baloncesto, los partidos se disputaban cada lunes, hoy los Tigres jugarían con los Tiburones de Green Lake, hoy saldríamos temprano, y así serán algunos lunes si el partido toca aquí como local y no como visitante.

Entré al salón de clases, todos estaban esperando a la profesora que aún no llegaba, Bascilini estaba sentada en su silla mirando lejos hasta que vio que yo llegué. Me senté en mi puesto y ella arrancó como un auto veloz para hablarme.

—¿Cómo amaneció mi pequeño gran amigo proveniente del polo norte? —preguntó ella, la miré girando mi cabeza a su dirección, estaba apoyando su cabeza con su brazo derecho en la mesa, con una sonrisa encantadora en sus labios y su cabello rubio siempre rizado a los lados.

No respondí, jugué un poco con ella.

—Asumiré que bien. Perdón por no haber ido ayer a visitar a Jake —se disculpó con sinceridad.

—No hay problema —digo restándole importancia, igual ayer llegó la Matriarca y no me imagino cómo iba a tratarnos a Scott y a mí frente a ella, o incluso cómo iba a tratar a Charlotte.

—Le compré algo a Jake para compensar mi ausencia —soltó la rubia poniendo su bolso en su mesa y abriéndolo al instante para sacar algo.

(¿En serio?)

Ella no tenía que comprarle nada a Jake, no lo tenía que hacer, tiene de todo en su habitación y su madre le compra muchas cosas siempre. Pero, por otro lado, es una buena muestra de importancia, así es ella.

—Oye, no tenías que hacerlo... —miro lo que estaba a punto de sacar de su bolso.

—¡Claro que sí! Jake se debió sentir solo al saber que yo no fui ayer a verlo —dramatizó con una voz chillona.

(Ni tanto. Era domingo, día en que se plastaba en sus juegos)

Charlotte estaba lista para sacar lo que se supone que le compró a Jake, pero antes se detuvo para decir algo más.

—Supongo que si es un fanático de videojuegos y cosas como esa le debe gustar cosas de fantasía, fantasía épica y esas cosas, ¿no? —intentó afirmar a través de mí. Yo asentí, incluso a mí me gustaba un poco, pero no le tenía tanto fanatismo como Daniels —. Bien, ayer fui a una tienda de cómics que estaba abierta por suerte...

Una mujer... ¡¿En una tienda de cómics?!

(Ya los tiempos no son como antes. Las mujeres se revelan)

—Todos me veían extraño pero no le hice tanto caso, todos eran chicos nerds. Le pregunté al tipo que atiende la tienda sobre algo recomendable como para alguien como Jake, no le describí nada, solamente le dije "algo recomendable para alguien de catorce años". Tenía muchas cosas pero al final me mostró un libro que estaba recién llegando a la tienda para venderse, solamente le quedaba uno porque la gente se alborotó al ver el libro, según él.

(Vaya historia)

—¿Y qué libro es? —indagué.

Charlotte sacó el libro. Era un tanto grande y grueso, era lindo y el nombre del libro era "Imperfectos". Charlotte me lo dio y yo analicé sin abrirlo.

La Excéntrica Relación de un Chico Frío © [Completa✔️] Where stories live. Discover now