Capítulo 3. Abue Angie

772 80 118
                                    

- Mi amor – la abraza – No estés así – soba su espalda

- Pensé que sería diferente – jala la cobija – Espero que tu mamá no reaccione igual

- No creo – besa su cabeza – Mamá muere por ser abuela, lo va a tomar bien

- La quieres invitar a casa? – se acomoda en el – Hace mucho que no la ves

- Hacemos un almuerzo aquí? – sonríe acariciando su espalda

- Claro, podemos aprovechar nuestra cocina, abrimos un vino – acuesta la cabeza en su pecho

- Hablaré con ella si? – sonríe





Luís paso esa tarde dándole mimos a su esposa, sabía que lo de hace rato fue duro, hasta hace unos meses Lucía les andaba insistiendo y insistiendo en darles nietos, la verdad no entendía por qué pensaban de esa forma.

Pero decidió no meterse, era un tema delicado por ahora, de todos modos siempre estaría del lado de Altagracia, deseaba adoptar igual que ella, aún así tenía un poco de miedo y si el niño o niña que les tocará no los amaba?

O si tal vez no eran buenos padres? Estaba seguro que Altagracia pensaba lo mismo, de todos modos descubrirían eso pronto. Dos días después, Altagracia preparaba el almuerzo con su suegra en lo que Luís iba por lo que le mandaron.





- A que se debe este almuerzo Altagracia? – pregunta apagando el horno

- Luís y yo tenemos algo que contarte y aprovechando, pasa tiempo contigo – sonríe poniendo la mesa

- Me encanta! – ríe – Aunque me dejan algo preocupada, no es nada grave verdad?

- No – va por las copas – Bueno no sabemos cómo lo tomaras tú pero para nosotros no es nada de otro mundo

- Ya me preocupaste más – admite – Ustedes tienen una forma muy rara de pensar – ríe – Pero me agrada, gracias a eso mi hijo no termino solo! – quita la charola del horno

- Esas papas se ven bien – sonríe

- Vi la receta en uno de esos canales de cocina, esperemos que hayan quedado bien – se quita los guantes – Ya el pollo está en la mesa no?

- Si, en lo que Luís llega con el vino creo que podremos poner las papas en la mesa – suelta su cabello

- Bueno entonces ven y cuéntame – la lleva a la mesa sentándose – Que anduvieron haciendo?

- Compramos una casa – acomoda las servilletas – En un vecindario cerquita del tuyo

- De verdad? – sonríe – Y a que se debe el cambio, si tienen maravillosos vecinos – ironiza

- Lo sé  – ríe – La casa nos encantó, tiene mucho para dar, le estamos haciendo una reparación general

- Osea derribando paredes y así? – indaga

-  Ya esa face la terminamos – ríe – Andamos sellando las paredes

- Cuántas habitaciones tiene? – sonríe acariciando a Charlie

- Ocho – se muerde el labio

- Wow – ríe – No pues, hasta podré tener la mía – bromea

Por Casualidad Kde žijí příběhy. Začni objevovat