23: No te metas con mi chico

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Terminé de leer toda la novela y ya pudé terminar de escribir el capítulo, espero que les guste. Ayudenme con un voto y un comentario. Besos, nos vemos.

<Lleva a Spot contigo> ¿Qué estoy haciendo ahora? Buscando. ¿Buscando qué? El perro.

Si. El perro. No lo encuentro.

Miré hacia todos lados por milésima vez tratando de divisar a la peluda criatura de pequeñas patas y cola tal cual resorte. No puede haber ido tan lejos, después de todo tiene las patitas cortas. Leí nuevamente la nota que aun tenía en mis manos. Diez minutos. Era el tiempo en el que Louis me había dicho que estuviera en la ventana. He perdido siete minutos buscando al cachorro. Vamos Harry, piensa rápido.

De pronto, como si Dios hubiera escuchado mis lastimosas plegarías vi al perro jugando a los pies de aquella extraña mujer de cabello blanco. Esta miraba despreocupadamente a un chico con el cual hablaba sin ocultar su entusiasmo. Si no hubiera sido porque un destello de color rojo bien pronunciado desprendía de la mano de este, no me habría dado cuenta de que se trataba de Liam.

Liam frunció el ceño al sentir a Spot jugar bajo sus pies y tanto él como la mujer de cabellos blancos miraron hacia abajo. Mi corazón dio un salto de adrenalina. Si esa mujer había sido capaz de adivinar que había tenido contacto con Louis, de seguro notaría que esa criatura era mascota de un vampiro.

Spot es el perro de Louis.
Yo soy el no-novio de Louis.
Dudo que a ella le agraden los Louis’.

— ¡Spot! —grité tan fuerte que sentí que se me saldrían los pulmones en el acto

Liam, mi mamá y aquella mujer se voltearon a verme, al igual que muchos ebrios presentes. Corrí hacía la gran mesa en donde se encontraban sentados y estiré los  brazos hacía el piso. Spot pareció entender mi mensaje y corrió hacia mí y dando un salto llegó a mis brazos.

—Harry, ¿Desde cuándo tienes perro? — preguntó Liam, algo extrañado. Sentí unas enormes ganas de romperle un palo en la cabeza.

Tragué duro bajo la mirada de esa mujer –de la cual aun no conozco el nombre- y como última instancia miré a mi madre suplicando con la mirada para que esta me ayudara.

—Es nuestro cachorro. —musitó con una alegre sonrisa y estiró los brazos en mi dirección. Rápidamente me acerqué a ella y esta acarició al can. —Harry se sentía algo solo y decidí conseguirle compañía. Además de paso le servirá para aprender…—pero la voz de mi madre fue interrumpida por una voz coreada por ángeles.

—A comunicarse con él. —asintió la mujer, sonriendo con adoración. —Brillante.

¿Comunicarme con él? ¿Acaso puedo hacer eso? Que mierda.

Soy claramente un ejemplo perfecto para la esquizofrenia. Si le dijera estas cosas a mi maestra de secundaría, quien solía hablar de mitos y leyendas, estoy seguro que aun así a pesar de todas sus creencias ella no dudaría en mandarme a un loquero.

—Emm, bueno. —dije mirándolos a todos de manera extraña. —Tengo prisa, así que buenas noches. —sonreí incomodo y caminé lentamente hacía las escaleras en silencio para no llamar la atención.

Spot se removió algo inquieto entre mis brazos y yo le dediqué una mirada algo severa.

— ¿Acaso tú hablas? —enarqué una ceja y este respondió a mi pregunta con un agudo y rasposo ladrido. —Lo suponía.

Mientras pasaba vi la rubia cabellera de Sharon removerse sobre el sillón, apresuré el paso de inmediato antes de que pudiera notar mi presencia. No quería más retrasos.

Forbidden ~ Larry StylinsonWhere stories live. Discover now