Capítulo 4

690 47 3
                                    

*Pov _____*

Mi cuerpo temblaba cada vez que ejercía el mínimo movimiento y me era casi imposible mantener el equilibrio durante mucho tiempo, debido a que mi cuerpo estaba muy engarrotado y casi sin fuerzas. Ahora me encontraba bajo la atenta mirada de Jeff mientras yo me ponía de rodillas sobre el suelo, siendo bastante desagradable al sentir la suciedad de este. El pelinegro dejó el lápiz y papel sobre la silla, la cual usaría para apoyarme para escribir, pero vamos, ¿de qué iba a servirme siquiera tener apoyo? No tengo fuerzas casi para mover los brazos, y para colmo no puedo usar la mano derecha. Solo quedaba rezar para que las peticiones de Jeff fueran sencillas y Liu le echara imaginación para adivinar que es lo que había dibujado. Intenté controlar la respiración, miraba fijamente la silla esperando a que me diera la orden para realizar la maravillosa obra de arte. Noté como a mi espalda el ojiazul se agachaba un poco y se pegaba su boca a mi oreja.

—Dibuja una magdalena. —El calor de su aliento hizo que un escalofrío me recorriera de pies a cabeza. Estaba muy cerca de mí. 

Reprimí las ganas de gritarle y mis labios se quedaron en una fina línea, aguantando también las ganas de llorar. Sin darme un golpe ya me había hecho daño, porque el sabía el significado de aquello. Aquellas magdalenas que él cogió del coche donde probablemente murieron mis padres. Si antes mi cuerpo parecía un flan que no paraba de temblar, no quiero pensar que sería ahora. La tristeza y el enfado hicieron que agarrara el lápiz con mi mano izquierda con fuerza. Acerqué el grafito al papel a la vez que respiraba profundamente.

—Tic tac. —Escuché decir a Jeff algo más alejado de mí. Intentaba ponerme más nerviosa e incrementar mi rabia. 

No sé si era posible apretar más el lápiz de lo que ya lo hacía, pero este lunático sabía como hacer que me irritara. Tomé una bocanada de aire para poder relajarme un poco y comencé a dibujar. Se me estaba haciendo realmente difícil por el dolor de mi cuerpo, sumado a que nunca había dibujado con esta mano. Dibujé como pude una magdalena con su envoltorio, no era muy bueno pero solo esperaba que Liu pudiera reconocerlo. 

—¿Ya has terminado? —Escuché detrás de mí, ni siquiera me rodee a mirarle y asentí.

El dibujo que estaba sobre la silla desapareció rápidamente, Jeff lo había tomado. Esta vez sí giré un poco la cabeza para verle. Estaba de cara a mí pero observando el dibujo, después sus ojos viajaron hasta los míos, no me dijo nada y se giró dándome la espalda, colocándose frente a Liu. A unos pasos de distancia de él, extendió su brazo mostrándoselo. 

—Bien, es tu turno, tienes dos oportunidades para adivinar que es. —Esta vez no sabía que expresión tenía Jeff, pero no noté ese noto burlesco habitual.

La cara de Liu se tornó de una neutral a una pensativa, frunciendo un poco el ceño. Yo sólo me estaba repitiendo en la cabeza "por favor, acierta", mientras el seguía guardando silencio y tenía sus ojos clavados en la hoja.

—¡Vamos! No puede ser más difícil que un pictionaty o esos juegos. —Comentó el ojiazul.

—Creo que es... una magdalena. —Respondió no muy seguro mirando al pelinegro. 

—¡Bingo! —Exclamó Jeff.

Yo eché la mirada hacia el techo dando un suspiro de alivio que no pude controlar. Después volví a enderezar la cabeza y miré a Liu sin poder ocultar cierto agradecimiento en mi mirada. Sus ojos hicieron contacto con los míos, noté algo de satisfacción, o al menos eso creía estar leyendo en su rostro. No estaba muy segura de como se estaba sintiendo el ojiverde, ocultaba con facilidad cualquier emoción. Por otro lado, el pelinegro giró sobre sus pies, haciendo que le mirase, me sorprendí de que no estuviera con una sonrisa. Supongo que perder la ocasión para lastimarme no era de su agrado.

Siempre en mi memoria (Liu, Jeff y tu)Where stories live. Discover now