Rindiéndose

1.5K 77 23
                                    

¡Hola! Bueno pues les traigo una pequeña historia nueva, en realidad es una historia muy corta, repito muy corta, así que serán cuatro o cinco capitulos, es una historia un tanto diferente a lo que hasta ahora hecho, lo hice en forma de catarsis, no es que me esté sucediendo algo así, o a alguien cercano, afortunadamente peeeero, creo que estos días con el encierro, el estado anímico de las personas está decayendo y al menos a mi me afectó, ya que cambió totalmente mi rutina, salir a trabajar, y hacer cosas que aunque no tengo una vida social muy ajetreada xD al menos el trabajo si, es algo pesado y ahí pues se me va el día y ahora ni la musa me ayudaba ^^' pero bueno escribir esta pequeña historia "un tanto triste" creo que me ayudó a sacar lo malo que me inundaba, espero que les guste que ustedes estén muy bien, que sigan cuidandose, espero sus comentarios, sus opiniones, todo :P gracias.





Observó su reloj de pulsera, casi daba las nueve de la noche, no había llegado a cenar, había tenido bastante trabajo, pero había alcanzado a desocuparse justo a tiempo aun así se ocupó en otra cosa siendo sinceros, para evitar llegar a casa y ni si quiera sabía por qué.

— Doctora – Le llamaron.
— ¿Sí? – Levantó la vista.
— ¿Necesita algo más? Es decir, es que ya es tarde y me gustaría irme – Exclamó.
— No, no, está bien Dianna, puedes irte – Le sonrió.
— Gracias doctora, la veré mañana, con permiso.
— Gracias, igual descansa.

Después de que Dianna, su asistente salió observó su mano izquierda donde reposaba su sortija de matrimonio ¿en qué momento su relación se volvió así? No podía decir que era toxica o que estaba aburrida, hasta hacía unos meses de pronto algo había cambiado, había estado llegando tarde a casa por el exhaustivo trabajo, aunque después se quedaba en el hospital aunque no tuviera trabajo, se sentía extraña a su lado, y ni si quiera sabía el por qué, no habían discutido, no habían peleado, no habían tenido ningún desacuerdo, nada, bufó para salir del hospital tal vez cuarenta minutos después aun así condujo lentamente hasta casa, al llegar pudo ver desde fuera una leve luz, estacionó su camioneta en el garaje para después entrar, le sorprendió toparse con una mesa arreglada lista con la cena que obviamente estaba fría, las velas se habían consumido casi en su totalidad, en su lugar encontró un pequeño obsequió, sintió un nudo en el estómago repasó mentalmente la fecha, era su aniversario, cumplía cinco años de casada, abrió el obsequio para toparse con un hermoso collar, una sonrisa ligera apareció en su rostro, caminó a la habitación se sentía realmente agotada ya que había tenido bastante trabajo, al entrar en su habitación de inmediato sus ojos se clavaron en la figura que estaba en la cama, su cabello rubio-castaño se esparcía en la almohada, se sintió culpable, se alistó para alistarse y tras eso entrar en la cama.

— Lamento haberlo olvidado – Susurró.

No recibió respuesta por lo cual supuso dormía, suspiró para sentarse a la cama, sin quererlo sus ojos azules se posaron en la foto que estaba en la mesita de noche era la de su boda realmente estaban felices ¿Qué había sucedido? ¿Solo le pasaba a ella? Observó los ojos verdes de su esposa que tenían una mirada radiante y feliz, e incluso los suyos se veían igual.

— En verdad lo lamento Karlie – Volvió a decir.

Se acomodó en la cama, para pegar su cuerpo al de su esposa, la abrazó suavemente, cuando su cuerpo estaba completamente relajado, que estaba a nada de quedarse dormida la despertó una suave sacudida, no entendió lo que sucedía hasta que sintió su mano húmeda, ella estaba llorando, su estómago volvió a encogerse ¿Qué se suponía que tenía que hacer? No tenía disculpa alguna, había llegado tarde apropósito, pero no solo eso, había olvidado su aniversario, sabía que lo peor que podía hacer era eso que estaba haciendo, fingir que se había quedado dormida y no se había dado cuenta, escuchó el llanto silencioso de su esposa sin dignarse a tratar de disculparse, sin abrazarla un poco más fuerte, intentar consolarla o decirle algo lindo que le compensaría ese olvido, no supo cuando se quedó dormida, pero por la mañana despertó sola en la cama, se levantó, entró a la ducha y se alisto para salir.

Ingeniería Del Corazón (Short-Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora