Cinco.

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No. Sus sentimientos seguían ahí, se habían multiplicado, ahora lo deseaba aún más que antes. Sabía que no era una confusijón, lo quería demasiado. Afortunadamente, supo cuando parar, no se quedaría a dormir, sentía vergüenza, ¿qué pensaría Alex de él ahora? Se levantó del sofá con su rostro ardiendo y salió por la puerta disculpándose, aunque no se arrepentía de haberlo besado.

De nuevo en casa, analizó la situación aunque no podía mantenerse en pie, estaba muy mareado y todo le parecía irreal. No podía creer que al fin, después de tanto tiempo, había besado a Alex. Mientras intentaba dormir, cerraba sus ojos y la imagen de hacia horas atrás se reproducía una y otra vez en su cabeza y a pesar de que habían sido menos de cinco minutos, se reproducía como una película de una hora y media. Volvía a recordar la calidez, la textura y la precisión de sus labios, estaba delirando. No podía creerlo. Todo parecía tan incierto... No sabía que pasaría ahora, estaba muchísimo más confundido que antes, no sabía que pensar de la reacción de Alex. Podía pensar que él lo había aceptado, que de algún modo también le atraía, pero también podía pensar que no lo recordaría mañana, que había actuado fuera de si mismo.

Pensó en América, ella iba a apoyarlo moralmente, pero cuando vio el reloj que marcaba 01:35 am se retractó. No iba a molestarla, ella debería estar durmiendo en su casa, sin ningún problema invadiendo su cabeza. La necesitaba, necesitaba desahogarse. Decidió escribirle un mensaje, si le respondía, la llamaría.

Tuve problemas con Alex, PROBLEMAS GRANDES. Quizás todo acabe...

No obtuvo una respuesta textual, sino que su celular comenzó a sonar en su mano, indicando en la pantalla el nombre "América" y una pequeña foto de la morena y él hace varios años atrás. Ella sonreía a la cámara de una manera en la que ya no lo hacía y él tenía su cabeza hacía atrás, riéndose abiertamente.

— ¿Miles? ¿Ya has comenzado a llorar? —bromeó.

—No, aún no —respondió—, pero estoy a un paso de hacerlo.

—Oh, Kane, ¿qué pasó?

—Nos besamos.

Su mejor amiga ahogó un grito del otro lado de la línea. — ¡No te creo! ¡Dios! ¿Qué tan genial fue?

—No lo sé, fue... —suspiró— Todo lo que esperaba. Deberías haberlo visto, yo solo había chocado sus labios y él continuó, él me besó.

—Estoy tan feliz ahora mismo, quisiera darte un abrazo.

Miles sonrió por primera vez después del beso. —Esto es demasiado, ¿crees que sea gay de verdad?

—No sé realmente. Puede que no lo seas, pero Alex sea tu excepción, eso es probable. Ahora, si se besaron, ¿por qué te encuentras tan mal?

—Nada de esto iba a ser bueno, no creo a él le pase lo mismo que a mí —recordó lo que había dicho Alex sobre Alexa cuando llegó a su casa y sus ojos comenzaron a arder—. Él había dicho que las cosas con Alexa iban en serio.

—Miles —le dijo en un tono suave—. Estás enamorado de él, no creo que sea atracción física porque te preocupa lo que pueda pasar entre Alex y Alexa y sabes que si fuera sólo eso no te importaría Alexa.

—No, no estoy enamorado de él. Eso es ridículo.

—Claro que no, lo conoces desde hace años, y ahora empiezas a sentir algo por él, y no es algo pequeño, de eso estamos seguros.

—Gracias, América.

—No es nada, Europa. —le respondió, burlándose de ella misma y logrando que él soltara una de sus características risas.—Y tranquilo, todo saldrá bien.

—Eso espero, adiós.

—Adiós, Kane. —y la llamada terminó, dejándole a Miles una gran confusión.

¿En verdad estaba enamorado? No, él no creía que fuera así, había estado enamorado antes y no sentía lo mismo. Cuando estaba enamorado antes, le gustaba estar con la chica y besarla. Con Alex era distinto, le gustaba estar con él, quería abrazarlo en todo momento y su compañía lo completaba, era todo distinto cuando estaba junto a él, era el cariño de una amistad pero Miles lo quería aún más que un amigo.

¿Era porque Alex era una excepción para Miles? ¿Sería por eso que no sentía lo mismo que con una chica?

00:35 a.m › milex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora