Capítulo 1

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¿Los sueños se cumplen?

Y si se cumplen, ¿tendrán algún problema o consecuencia en ello? Puede ser, todo tiene sus efectos negativos lamentablemente, pero a la hora de la verdad, ¿eso qué demonios importa?

Golpe tras golpe, quejidos tras quejidos, realmente era una jodida batalla para sobrevivir, se golpeaban con fuerza, aquellos dos seres quienes se atacaban como si sus vidas dependieran de ello mientras todos los que los observaban se regocijaban, era como un matadero, parecían aquellas batallas del coliseo romano en donde mientras los pobres luchadores se mataban entre si el público se alegraba.

La joven rubia con extensiones de cabello negras, con mitad superior de su rostro tapado por una máscara la cual cubría la mitad de su rostro pero que dejaban ver sus ojos morados, la chica llevó sus manos cerca de su rostro con los puños cerrados mientras miraba de forma desafiante a su "enemigo", le esbozó una sonrisa mientras que con su pulgar derecho limpiaba un pequeño camino de sangre que se había hecho desde su labio inferior hasta su barbilla debido a los golpes recibidos con anterioridad, escupió a un lado así deshaciéndose de algo de su propia sangre la cual le invadía la boca.

-¿Ves a esa niña de allá?- comentó la rubia e hizo un gesto con su cabeza para indicar hacia donde mirar.

-Qué con esa mocosa- preguntó el chico ya cabreado mirando de reojo la chica de cabello negro con rayones rojos con una capucha puesta.

-Es mi hermana menor por dos años y golpea más fuerte que tú-

Eso cabreó aun más a aquel tipo quien se lanzó a por la menor, un puño con su brazo derecho fue el que lanzó y el que recibió fue un izquierdazo directo a su nariz, la rubia había esquivado con gran agilidad el golpe de su contrincante y se lo devolvió de la mejor forma posible. El chico retrocedió mientras se tapaba la nariz, un gran chorro de sangre brotaba de esta, Yang se incorporó con una sonrisa victoriosa.

-Hija de puta- el hombre se destapó la cara dejando ver su ahora hinchada nariz, tomó la posición de boxeador y fue de nuevo a por la rubia pero ahora con un izquierdazo, la de ojos morados lo esquivo dándole redirección con su propia mano izquierda y con la derecha golpeó nuevamente el rostro de aquel hombre quien se tambaleó, pero no retrocedió en lo más mínimo, aprovechó el momento y dio un fuerte rodillazo a las costillas de la más baja quien perdió el aire por unos segundos debido al fuerte golpe, aquel tipo aprovechó nuevamente y ahora conecto un fuerte puñetazo derecho con la cara de la menor tirándola ahora hacia el piso.

Al ver que la rubia estaba en el piso boca abajo sonrió y apoyó su pie derecho en la espalda de esta acompañado de una risilla de superioridad.

-Esto no es para las mujeres- escupió a un lado de Yang.

Los ojos de aquella rubia se volvieron rojos, apretó sus dientes, sus puños apretados igualmente, aquella impotencia se le subió de golpe lo que desencadenó en que ella llevando sus manos a su espalda agarrara el pie de aquel sujeto y torciéndolo con toda la fuerza que tenía.

El chico se cayó por dos razones: El dolor y la inestabilidad de solo estar sujeto en un pie.

-¡Hija de puta!- gritó el hombre agarrándose su extremidad torcida, la gente se puso eufórica, porque no había nada mejor que ver aquellos giros de acontecimientos en las peleas callejeras.

-La tuya por si acaso- Dijo Yang ahora conectando una patada directo a la cara de aquel hombre la cual lo noqueó enseguida.

Varios se pusieron aún más eufóricos por la intensidad de la batalla, otros comenzaron a maldecir porque perdieron las apuestas, entre el público se encontraba la chica que anteriormente había sido nombrada con una gran sonrisa y celebrando. Esta tenía su cabeza tapada por una capucha roja, pero algunos de sus mechones se asomaban por ella. 

Rwby: sueños desde las sombras Where stories live. Discover now