Un Nuevo Amigo

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Anthony se despertó con la voz de Jarvis.

- Hora de ir al colegio – dijo con voz cantarina abriendo la amplia ventana

La rayos del sol acariciaron su carita, odiaba ir a su salón, era el más pequeño y se burlaban por ello, pero tenía que.

Se incorporó de su cama somnoliento tallándose un ojito, despertó de golpe recordando al rubio, buscó bajo su cama y no había nada, fue al armario y Hydra poniendo un dedo en sus labios le dio a entender que callara.

Anthony emocionado sacó su uniforme y cerró el armario.

Jarvis vio aquel gesto.


- ¿Porqué tan feliz?

- Es que hoy es un bonito día para salir al jardín, ¿no crees, Jarvis? – sonrió con inocencia.

- Hoy debe ir al colegio y no olvide sus clases extra.


Jarvis tenía razón, su madre lo inscribió en varios cursos de música, arte y ciencia. Se pasaba casi todo el día fuera de casa y en la noche hacía su tarea. Un verdadero martirio para el niño, pero ya estaba acostumbrado a ese tipo de presión.

Desayunó y se llevó un poco, oculto en los bolsillo de su uniforme, subió a su habitación y abriendo el armario le extendió una tarta y un poco de fruta.


- Toma, debes tener hambre – le dio una sonrisa, contento por su hazaña

- Gracias, Anthony – tomó la comida.

- Dime Tony, ya debo irme, adiós, oh – se detuvo antes de cerrar el armario - ¿cómo te llamas?

- Hydra

- No me gusta ese nombre, en la mitología era alguien malo, ¿te puedo poner otro nombre?


Steve se encogió de hombros y el niño tomó eso como un sí, se despidió con un movimiento de mano y cerró el mueble. Se cepilló rápido y tomando su mochila salió de su habitación.


~ ¿ahora que hago con esto? ~ pensó Hydra viendo lo que tenía en sus manos.

Él se alimentaba del miedo, emociones y pensamientos llenos de temor, pero ahora… no es que nunca lo haya intentado, por supuesto que comió ese tipo de alimentos, pero sabían horrible. Recordaba que en su pasado le hubiera encantado comer esa tarta, pero ya no era aquel niño.

Así que materializando su forma, se decidió por probar la tarta. La comió. No está mal, comió un poco más y no estaba nada mal, incluso llegó a gustarle el sabor, comió la fruta, pero ahora quería más.

Volviendo a su forma espectral, se decidió por salir un rato, tal vez hallaría más comida.
Ya había recorrido la planta de abajo cuando llegó por primera vez, así que sabía donde estaba la cocina, pero cuando llegó, habían dos personas que estaban hablando mientras preparaban la comida. Frustrado volvió sobre sus pasos e intentó buscar en otra parte sin ningún éxito.


Volvió a la habitación de Anthony y se decidió por esperarlo.

Horas y horas pasaron y Anthony no volvía, cuando ya empezaba a desesperarse y querer salir, el pequeño entró y cerró rápido la puerta.


- Steve, ya estoy aquí – dijo abriendo la puerta.


Hydra se quedó petrificado, recordaba ese nombre, pero el recuerdo era difuso, lo escuchaba tan lejano…


- ¿Qué pasó, No te gustó el nombre? – preguntó el castaño.

- ¿Porqué Steve? – atinó a decir

- Te pareces mucho al capitán América, pero el murió en combate. Papá siempre habla de él.

- Oh…

- Enseguida vuelvo, te voy a traer más comida.


Tony cerró el armario y Hydra se quedó con la mirada perdida, era cierto, ahora lo recordaba todo, él había muerto, él hielo, la nave… no eran un sueño, él en verdad había muerto.

Pero ¿qué había pasado después? Él creía en el cielo, entonces ¿porqué no estaba ahí?

Preguntas y más preguntas se formularon en su mente y ninguna tenía respuesta, dejó de pensar en ello cuando se vio interrumpido por Tony.


- Toma, te traje una dona y una taza de chocolate, pero tal vez debas esperar a tomarla, Jarvis vendrá en unos minutos.


Poniendo la comida en su mesita de noche fue a lavarse los dientes. Hydra salió y vio que ya era de noche. Escuchó unos pasos de afuera y se metió bajo la cama.


- ¿Anthony? – el niño salió de su baño y se subió a la cama – tu padre está aquí – el niño se tensó y a Jarvis le dolió un poco el corazón – será mejor que ya duermas.


Tony obedeció y acomodándose vio a Jarvis tomar el vaso con chocolate y la dona


- No, no te lo lleves

- Pero esto no debe estar aquí

- Por favor – suplicó con sus ojitos


Jarvis dejó la comida y se fue. Anthony se sentó en el borde de su cama.


- Steve, sal de donde estés – Tony mecía sus piececitos


Hydra salió de debajo de la cama como un espectro, para luego materializarse.


- Wuo… increíble – susurró impresionado – y ¿qué eres tú? – dijo mientras le extendía el vaso y la dona


Steve se sentó, tomó la comida y suspiró


- No lo sé… - dirigió su mirada a Tony – creía que era lo que me llamaban los niños, un monstruo, pero ahora… no lo sé, tal vez sea un fantasma. También solía pensar que era un humano que había sido maldito

- ¿Un humano maldito? – preguntó  curiosos mientras ponía sus codos en sus muslos y prestaba atención

- Sí, conozco a muchos. Se les dice malditos porque tuvieron la mala fortuna de toparse con una bruja, un hechicero o algo así, les lanzaron maldiciones y… pues acabaron como mis compañeros.

- Wuo… y ¿me puedes describir algunos?

- Por ejemplo uno es un mapache parlante, el cuenta que era un hombre muy guapo, pero no le creo. Otro tiene como compañero algo que se llama simbionte, lo llamamos venom, es muy aterrador – trató de advertirle al niño.

- Tú eres más aterrador.

- Gracias, es un gran cumplido viniendo del niño más valiente del mundo.

- ¿Soy el más valiente? – sus ojitos brillaban

- Oh, sí – se acercó para susúrrale – no le digas a nadie, pero hiciste que renunciaran tres monstruos – le guiñó el ojo

El pequeño soltó una risita y Hydra escuchó que alguien venía con pasos pesados. Dejó el vaso y la dona en la mesa de noche y se ocultó bajo la cama, pero fue empujado por el pequeño.


- Dame campo, vete más allá. Si me encuentra… - su voz quedó ahogada.

- ¿Dónde estás, maldito niño… - las palabras arrastradas de Howard se escucharon tras la puerta.


Hydra recordó las heridas y moretones en las manos de Tony. La puerta se abrió y Steve dando forma a su figura espectral se presentó ante Howard.

Sus colmillos sobresalían en una maléfica sonrisa, sus ojos habían adquirido un rojo vibrante, de su espalda salían tentáculos negros y su aura era de color rojo intenso


- Si vuelves a lastimar a Anthony, te las verás conmigo, malnacido. Cuida de tu familia o yo me encargaré de joderte lo que te resta de vida. – Howard cayó al suelo por la impresión

- ¡De-dejaré de hacerlo, por favor, no me mates! – suplicaba atemorizado.

- ¡Largo de mi vista, animal! – Howard salió corriendo.


Steve azotó la puerta y volvió a materializarse como un humano.


- Lo… lograste – el niño salió de su escondite – asustaste a papá…

- Ya no te volverá a… - Tony se abrazó a sus piernas

- Gracias… - susurró.


Steve lo tomó en sus brazos y lo acostó en su cama.


- Si te hubieras presentado así… en verdad hubiera gritado de miedo, Steve. – el rubio bufó divertido y revolvió sus cabellos.

- A dormir

- ¿Te quedaras conmigo?

- Siempre estaré contigo, Tony.

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Gracias por leer =)

06/05/2020

D.S.



no le temas a la oscuridad - Stony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora