cuando un niño está solo

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- Fuiste muy duro con él

- Debe aprender a comportarse

- Howard…

- ¡Basta, Steve! Ya me hice la idea de que estás vivo, ya no siento culpa ni nada por ti, ni siquiera miedo. No puedes amenazarme cada que corrijo a Tony.

- ¡Pues no me gustas como lo haces!

- No me importa si te gusta o no. Mi padre lo hizo conmigo y funcionó bien.

- Te recuerdo a todas las conquistas que tuviste, las botellas que bebiste y las muchas malas decisiones que tomaste?

- No te atrevas, Steve. Estás cruzando la línea.

- ¡Entonces deja de comportarte como un imbécil!

- ¡Tú eres el imbécil que…!

- Señores… - interrumpió Jarvis totalmente agitado.

- ¿Qué? – exclamaron al mismo tiempo mientras dirigían su mirada al británico.

- Tony no está

Ambos se quedaron estáticos de la impresión.

Inmediatamente Steve optó su forma espectral y salió por Tony.
Howard abrió la boca al ver la débil silueta del rubio.

- No sabía que podía hacer eso de día…

- Señor, no es el momento.

- Sí…

Toda la casa buscaba al castaño pero no estaba por ninguna parte. El miedo tanto de Steve como de Howard y Jarvis crecía en gran manera. ¿Y si lo habían secuestrado? Esa era la pregunta que los inquietaba.

El rubio buscó por las habitaciones, el taller, el jardín… no estaba, por ninguna parte, y su desesperación crecía cada minuto.

- ¡Howard!

El castaño se volteó y un escalofrío lo recorrió cuando vio los ojos de Steve sin sus típicas gafas.

- Tony no está – dijo recomponiéndose.

- Howard, iré a la calle, no debe estar muy lejos, que Jarvis también lo busque en un radio de tres calles.

El castaño asintió y la búsqueda se hizo más intensiva.

~~~~~~~~~

Tony corrió calles y calles, sin un rumbo. Entre lágrimas se fue. Solo quería algo de paz, sin nadie encima de él, sin que Steve tuviera que abogar por él todo el tiempo, sin que su padre lo estuviera reprendiendo cada que lo veía, sin Jarvis que le dijera que hacer o que no. Solo quería estar solo.

Limpió una vez más sus lágrimas y se vio en un lugar que no conocía, era un parque, algo descuidado, algunas personas pasaban por ahí, él solo se escondió tras unos arbustos y trató de recuperar el aliento.

Pasaron algunos minutos y ya estaba más tranquilo, entonces apreció mejor lo que había alrededor.

Las tiendas estaban abiertas, no había mucha gente, entonces un niño pasó cerca de él, estaba solo y gimoteaba, abrazaba un peluche y tenía los ojitos rojos.

- Yo lo conozco – habló bajito al niño – es Mickey mouse – dijo señalando al peluche

El niño se asustó pero luego vio a su peluche y solo pudo dar una débil sonrisa acompañada de una lágrima.

- Mi… mi mamá… - no completó la frase porque más lágrimas le acompañaron y su voz se quebró.

- ¿Quieres sentarte conmigo? – pregunto mientras se hacía a un lado – aquí nadie nos encontrará.

no le temas a la oscuridad - Stony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora